Qué es el plantigradismo y por qué es típico cuando nuestros gatos padecen diabetes felina
- Esta patología puede estar causada por un traumatismo, por genética o por alteraciones nutricionales.
- ¿Pueden tener diabetes los perros y los gatos? ¿Qué síntomas manifiestan y cuál es el tratamiento más idóneo?
Nuestros gatos son expertos en esconder dolor y enfermedades, por lo que en el momento que notamos cualquier síntoma puede significar que nuestro pequeño minino lleva malito desde hace un tiempo. No obstante, algunas enfermedades o patologías son más fáciles de reconocer.
Un ejemplo de esto es el plantigradismo. ¿Has oído alguna vez sobre él? Llamamos plantigradismo a lo que clínicamente se denomina hiperextensión, que puede darse tanto en los miembros anteriores (carpal) o en los posteriores (tarsal).
Así lo explica Ana Anglada, experta en medicina felina e integrante de la plataforma EliteVeterinaria.org, quién cuenta que "esto se traduce en que los gatos caminan apoyando carpo y tarso", lo de da como resultado una postura extraña en sus normalmente elegantes andares.
El plantigradismo o hiperextensión es algo que también puede afectar a nuestros perros y otros mamíferos y se puede dar debido a diferentes causas, según explica la experta veterinaria: "Cualquier traumatismo, por causa genética y, por ejemplo, por alteraciones nutricionales".
"En gatos se puede deber a alteraciones neurológicas, incluyendo los secundarios a la diabetes mellitus, que provoca un plantigradismo de los miembros posteriores", detalla. "En diabetes, un exceso de glucosa en sangre provoca un efecto tóxico en los nervios periféricos y esto es lo que provoca el plantigradismo de los miembros posteriores".
Por suerte, el plantigradismo tiene tratamiento, aunque éste dependerá de la causa. "En general, si tratas la causa, se corrige y, concretamente, en el caso de la diabetes se puede revertir si se controla la enfermedad", agrega la experta.
En este sentido, si observamos que nuestros gatos empiezan a caminar de forma extraña, no debemos dudar en acudir al veterinario para determinar la causa y, en caso de tratarse de plantigradismo, averiguar por qué ocurre y empezar cuanto antes con el debido tratamiento.