Ciencia

Qué son los osos de agua y por qué podrían sobrevivir a los desastres de la Tierra

Los osos de agua son animales microscópicos de apenas un milímetro de tamaño, aspecto rechoncho y con cuatro pares de patas.
Frank Fox / Dominio público

Desde las profundidades abisales del océano hasta las cimas nevadas del Himalaya, e incluso en el vacío del espacio, habitan unos seres diminutos: los osos de agua, también conocidos como tardígrados. Estos organismos microscópicos, que apenas alcanzan un milímetro de tamaño, son capaces de sobrevivir en las condiciones más extremas que la Tierra puede ofrecer.

Aunque llevan millones de años en el planeta, los osos de agua fueron descubiertos y descritos por primera vez en 1773 por el zoólogo alemán Johann Goeze, quien los denominó "pequeños osos de agua" debido a su apariencia física. Cuatro años más tarde, en 1777, el biólogo italiano Lazzaro Spallanzani utilizó por primera vez el término tardígrado, que proviene del latín y significa "paso lento".

Hasta la fecha, se han descrito más de 1.300 especies de tardígrados que se distribuyen en tres clases distintas, cada una con características fisiológicas únicas y hábitats específicos, pero los expertos estiman que en realidad el número de especies en el planeta pueden superar las 10.000.

El animal más resistente de nuestro planeta

Los tardígrados son animales invertebrados con ocho patas, un cuerpo regordete y movimientos lentos. Poseen potentes músculos en la boca que les permiten alimentarse mediante succión de algas, bacterias, nematodos e incluso otros tardígrados. Respiran a través de la piel y, gracias a la forma de sus garras, pueden anclarse a la superficie en la que se encuentran. Su resistencia es legendaria y han demostrado ser capaces de sobrevivir a:

  • Temperaturas desde los -270 grados centígrados hasta los 180º C.
  • Presiones 6.000 veces superiores a las atmosféricas.
  • Dosis de radiación ionizante de hasta 570.000 rads.
  • Deshidratación extrema sin acceso a agua durante más de 10 años.
  • Ambientes tóxicos mortales para otros seres vivos.
  • Impactos de hasta aproximadamente 900 metros por segundo.
  • Ausencia de gravedad y falta de oxígeno en el espacio exterior.

Los osos de agua poseen adaptaciones únicas que les permiten sobrevivir en ambientes hostiles y a condiciones que matarían en segundos a cualquier otro ser vivo de nuestro planeta. Cuando dichas condiciones se vuelven extremas, entran en un estado latente de anhidrobiosis o animación suspendida. En este estado, sus células se encogen y pierden la mayor parte de su contenido de agua, formando una estructura similar al vidrio. De esta manera, pueden sobrevivir durante años o incluso décadas.

Durante la anhidrobiosis, los osos de agua activan una serie de mecanismos de protección para evitar daños celulares. Estos mecanismos incluyen la producción de proteínas protectoras, la reparación del ADN y la supresión de la actividad metabólica.

Para reactivarse, basta con que un tardígrado vuelva a entrar en contacto con el agua. Este proceso de rehidratación, que dura solo unas pocas horas, hace que comiencen a absorber agua nuevamente, revirtiendo su estado de desecación y recuperando sus funciones metabólicas y vitales. Esta asombrosa capacidad para sobrevivir en condiciones extremas ha despertado el interés de los científicos, que consideran a los tardígrados como un modelo potencial ante posibles desastres naturales o incluso un apocalipsis global.

Aplicaciones en la investigación

La investigación sobre los osos de agua tiene aplicaciones potenciales en diversos campos, como la medicina. Su resistencia extrema a condiciones adversas se está estudiando para crear nuevas estrategias ante la preservación de órganos humanos durante el almacenamiento y el trasplante, al igual que para desarrollar terapias para la deshidratación y la radiación. Asimismo, su capacidad de entrar en un estado de animación suspendida resulta una inspiración para desarrollar tecnologías de conservación de células y tejidos biológicos.

En el ámbito de la biotecnología, se están explorando aplicaciones potenciales para mejorar la estabilidad de productos biológicos sensibles, como vacunas, células madre y medicamentos, mediante la introducción de una proteína y un azúcar que los osos de agua producen durante su estado de anhidrobiosis. De esta forma, se permitiría que el componente biológico sensible se deshidratara y rehidratara para su uso sin perder sus cualidades. Por supuesto, en astrobiología, el estudio de los tardígrados está teniendo implicaciones importantes para comprender la posibilidad de vida extraterrestre y la colonización espacial.

Uno de los últimos estudios sobre las impresionantes capacidades de los osos de agua ha descubierto que su mecanismo de supervivencia se activa cuando ciertos aminoácidos, llamados cisteínas, reaccionan con radicales libres de oxígeno y se oxidan, desencadenando así el proceso de anhidrobiosis que permite a los tardígrados sobrevivir en condiciones extremas. Esta oxidación de las cisteínas funciona como una señal para que el tardígrado entre en un estado protector.

Se trata de una revelación importante porque podría tener aplicaciones en el desarrollo de materiales resistentes a condiciones severas, como el espacio profundo, y en el diseño de terapias que ataquen específicamente las células cancerosas. El hallazgo, publicado en la revista PLOS One en enero de 2024, abre nuevas oportunidades en la investigación biomédica y en el desarrollo de tecnologías para sobrevivir en ambientes extremos.

El tardígrado, conocido como oso de agua, un microanimal que puede sobrevivir en las condiciones más extremas.
Micropia, ANP Photo

Referencias: 

Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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