Pros y contras de jugar con mordedor con nuestros perros: "Lo primero es saber si tenemos un perro de boca o de patas"

Un perro mostrando los dientes al jugar con una cuerda de morder.
Un perro mostrando los dientes al jugar con una cuerda de morder.
MICHAEL LUENEN / PIXABAY
Un perro mostrando los dientes al jugar con una cuerda de morder.

Cuando ampliamos la familia y empezamos a convivir con un perro hay muchas decisiones que debemos tomar y, algunas de ellas, conviene hacerlas habiendo recabado un poco de información antes. Este es el caso de los juguetes. 

En las tiendas de animales nos encontramos con numerosos tipos de accesorios y juguetes pensados para el entretenimiento canino: algunos están pensados para que se entretengan ellos solos (como los famosos Kongs) y otros para que jueguen con los tutores (como pelotas o cuerdas).

Estos dos últimos son especialmente recurrentes y, en muchas ocasiones, se ofrecen sin recabar información previa, lo que puede llevar a algunos problemas de comportamiento, como puede ser, en el caso de la pelota, la obsesión al juego de lanzarla, recogerla y traerla.

Sonia Losada, profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestramiento de l’Escola d’oficis de Catalunya y más conocida como Xila's Training y divulgadora a través del podcast 'Hablemos de perros', analiza las ventajas y desventajas de utilizar el mordedor y explica en qué casos puede llegar hasta peligroso.

Perros de patas y perros de boca

"Lo primero que debemos saber es que hay dos tipos de perro según su patrón motor, para qué lo hayan creado y de qué raza (o de qué cruces), ya que hay perros más de patas y otros más de boca", explica. "Esto quiere decir que unos disfrutarán de jugar a juegos con la boca y otros, no tanto".

La experta explica que hay perros que juegan a correr o que les pones un puzzle y enseguida dan con las patas en él, como pueden ser los galgos o los podencos. "Estos son perros de patas", aclara.

"Luego están los perros de boca como los Pitbull, los Rottweiler o el Pastor australiano, que les gusta más romper algo a trocitos pequeños; o como los retrieves (Golden o Labradores), que les gusta tener cosas en la boca", agrega Losada. "Estos siempre disfrutarán jugando más con la boca".

Por lo tanto, si queremos jugar con un mordedor, la experta recomienda, primero, hacerlo siempre que sea un perro de boca. "Pero no debemos olvidarnos de que se trata de jugar y reforzar ciertos comportamientos", recuerda.

Hay que tener especial cuidado con perros nerviosos o miedosos que utilicen el mordedor para gestionar esas emociones

"Jugar con el mordedor se puede enseñar y entrenar, pero hay que hacerlo controlando siempre la emoción y teniendo claro que el juego va a ser que suelte el mordedor a nuestra orden", aclara la educadora canina. "Por eso, lo primero que debemos hacer es enseñarle a soltar objetos".

Para Losada esto es fundamental porque una mala gestión del mordedor puede desencadenar en problemas de comportamiento. "Hay que tener especial cuidado con perros nerviosos o miedosos que utilicen el mordedor para gestionar esas emociones", advierte.

"Si tenemos un perro un poco nervioso, puede liarse a morder mangas, ropa o a gente (no agresivamente, sino porque lo identifica como un mordedor, a falta del suyo) y si no obedece a nuestra orden, no soltará", explica.

Un perro mordiendo un juguete en una foto de archivo.
Un perro mordiendo un juguete en una foto de archivo.
PIXABAY

Además, Losada apunta que, si estamos trabajando con un perro de boca, de una raza potente y encima le trabajamos la musculatura de la mandíbula y el cuello, va a aprender a morder fuerte. "Y si además tiene un poco de nerviosismo o algo de miedo, va a morder (mientras que un perro de patas huiría)", asegura.

"Por esto, yo no recomendaría un mordedor hasta no tener un perro totalmente equilibrado, sin miedos o nervios, porque estos problemas pueden derivar en mordiscos y, bajo ciertos estímulos, no van a obedecer", concluye Losada.

Inés López
Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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