Si el propietario de una vivienda fallece, generalmente son sus hijos quienes heredan esa propiedad. Esto puede provocar que los herederos no se pongan de acuerdo en qué hacer con esa casa. En esas circunstancias, ¿podría uno de los hermanos obligar a otro a venderla?
Según indica el Consejo General de Notariado, sí podría hacerlo, siempre y cuando lleve a cabo una acción de división.
Este concepto viene recogido en el diccionario panhispánico del español jurídico como "acción que se otorga a los copropietarios de una comunidad de bienes para instar frente a los demás condóminos la división de la cosa común. No podrá solicitarse cuando de su división la cosa devenga inservible. A falta de acuerdo entre los propietarios, puede instarse por la vía judicial", indica.
Ante ese desacuerdo, desde Noticias Trabajo señalan que este último recurso termina, en la mayoría de los casos, con una subasta de la vivienda, por lo que lo más recomendable es alcanzar otro tipo de acuerdos antes de llegar a estos términos.
Una alternativa puede ser que uno de los copropietarios compre al resto de herederos su parte de la vivienda y se quede así con ella en su totalidad. Esta práctica viene recogida en el artículo 1062 del Código Civil: "Cuando una cosa sea indivisible o desmerezca mucho por su división, podrá adjudicarse a uno, a calidad de abonar a los otros el exceso en dinero".
Si el desacuerdo entre los herederos persiste, también está la posibilidad de acudir a un mediador, una figura que viene recogida en la Ley de Jurisdicción Voluntaria, y cuyo objetivo es lograr una conciliación que evite la acción de división.
Si las discrepancias entre los herederos concierne al precio de venta, siempre se puede optar por la subasta voluntaria, en la que se debe realizar previamente una tasación de la vivienda.
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