Por qué un voto en Álava vale casi cuatro veces más que uno en Vizcaya

Una persona ejerce su derecho a voto en las elecciones autonómicas vascas.
Una persona ejerce su derecho a voto en las elecciones autonómicas vascas.
Europa Press
Una persona ejerce su derecho a voto en las elecciones autonómicas vascas.

Tan solo quedan unas horas para conocer el resultados de las elecciones vascas de este domingo y el peculiar sistema electoral en el País Vasco y su reparto provincial es una de las claves para el resultado, previsiblemente bastante reñido entre PNV y EH Bildu

El Parlamento vasco lo forman 75 diputados que se reparte de manera equitativa entre las tres provincias (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya). Según el Estatuto de Autonomía de 1979, cada territorio aporta 25 diputados, independientemente de su población. 

Esto se traduce en que los partidos de Álava, con 261.623 electores para este 21A frente a los 587.711 de Guipúzcoa y los 952.878 de Vizcaya, necesitan menos votos para obtener representación. De ahí que conseguir votos en territorio alavés sea lo mas codiciado por los candidatos. 

En las pasadas elecciones autonómicas de 2020, por ejemplo, PNV solo necesitó 4.452 votos para obtener un escaño en Álava (de esta provincia sacó un total de 9 diputados), mientras que en Vizcaya tuvo que obtener 16.699 votos para sacar también un escaño (obtuvo 12 diputados con 200.339 votos). En Guipúzcoa, por su parte, cada diputado vino dado por un total de 10.955 papeletas (109.554 votos para 10 escaños). 

En este sentido, Vox, sin representación en País Vasco hasta 2020, logró un escaño en estos comicios al conseguir 4.734 votos en Álava. Algo que este domingo podría beneficiar a partidos como Sumar o Podemos, que se juegan un escaño en la provincia. 

3% mínimo de votos 

El sistema electoral vasco tiene más particularidades. Se da la tesitura de que en el año 2000 se aprobó una modificación para rebajar del 5% al 3% el porcentaje mínimo de votos por circunscripción para acceder al reparto de escaños, algo que beneficia claramente a los partidos con menos representación. 

Así, en los comicios de 1994, Unidad Alavesa consiguió cinco escaños en el Parlamento Vasco con solo 27.800 votos. Algo parecido pasó con Ezker Batua (Izquierda Unida) que logró seis parlamentarios con alrededor de 93.000 votos. Todo este sistema lleva a que un voto alavés valga 3,6 veces más que un voto vizcaíno.

La comunidad autónoma del País Vasco se configuró como una realidad confederal, una unión de sus tres territorios históricos, y en la disposición adicional primera del Estatuto de Autonomía se estableció que cada provincia aportaría 20 diputados al Gobierno, algo que se aumentó después. Todo esto fue concebido con la posibilidad de que, a futuro, se incorporara Navarra. 

Poco debate

Pese a su singularidad, el sistema electoral vasco apenas ha sido objeto de debate. Solo UPyD, a través de su parlamentario Gorka Maneiro, propuso su reforma profunda, cuando presentó en 2010 una proposición no de ley que planteaba que toda Euskadi fuera una circunscripción electoral única para que "los votos de todos los ciudadanos valieran lo mismo". Su propuesta fue rechazada por todos los grupos políticos excepto EB, que se abstuvo.

Uno de los argumentos esgrimidos para tumbar la propuesta de UPyD fue que el sistema vasco no había generado distorsiones importantes en la representatividad, una idea avalada por algunos estudios, como el que elaboró en 2013 el profesor de la Universidad de Burgos y miembro del equipo del Euskobarómetro Sergio Pérez Castaños.

En este trabajo se realizaron simulaciones de los resultados de las elecciones autonómicas de 2009 y 2012 con un sistema de circunscripción única y otro de representación en función de la población. El resultado fue que no se registraban grandes variaciones en el número de escaños de los partidos más importantes.

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