Para Alejandro cada minuto cuenta. El menor de 10 años, diagnosticado con leucemia desde hace dos, necesita un trasplante de médula con urgencia. "Por favor, ayúdanos", implora con desesperación María Luisa, su madre, "solo nos quedan cuatro o cinco semanas".
El pequeño, ingresado en el Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería, está en un momento crítico de la enfermedad. Se encuentra, concretamente, terminando el proceso "de limpieza" previo al trasplante, según explica a este medio su madre.
Este procedimiento consiste en altas dosis de quimioterapia que preparan al organismo para la siguiente fase: el trasplante. Una vez concluya el llamado acondicionamiento, el menor se someterá a la intervención para que pueda iniciarse el proceso de recuperación. Pero para ello necesita un donante 100% compatible, su gemelo de sangre. "Vemos que los días pasan y no lo encontramos", relata María Luisa al otro lado del teléfono.
Por ello, la familia de Alejandro ha pedido solidaridad y difusión para encontrar al gemelo de sangre del menor, es decir, alguien con células madre 100% compatibles a las suyas. Noelia Damián, la alcaldesa de Benahadux, comenzó la difusión del caso. "Agradecemos vuestra total colaboración, pero nos falta un poquito más", declaraba en sus redes sociales. "Alejandro nos necesita".
La historia de Alejandro
Alejandro, que tenía ocho años cuando le diagnosticaron la enfermedad, practicaba natación, baloncesto e incluso tenis. Era un niño sano, que casi nunca se ponía malo y que vivía en un ambiente completamente saludable. "Cuando nos lo confirmaron no nos lo podíamos creer porque tenemos una vida sana, hacemos deporte todos y ninguno fumamos", garantiza su madre. Fue a mediados de julio de 2022 cuando recibieron la noticia.
El niño llevaba unos días con una febrícula que no remitía. Al ser verano, y preocupados por si iba a más, los padres decidieron acudir al médico. "El día anterior había estado en la playa jugando con su primo, haciendo carreras, jugando al escondite", recuerda su madre. "Nada podía presagiar lo que vendría". El menor no presentaba ninguna dolencia, pero los médicos estaban seguros de su diagnóstico. Al día siguiente y tras una prueba, los sanitarios confirmaron "sin ningún género de dudas" que el pequeño tenía leucemia.
Alejandro sabe que tiene unos "bichitos" que hay que quitarle y por eso no puede seguir con la dinámica que tendría un niño de su edad como "ir al cole o jugar en el patio". "Es un niño alegre, que lo lleva todo con buen humor y es un ejemplo a seguir", cuenta María Luisa.
¿Cómo es el proceso de donación?
Actualmente, existen dos procedimientos para donar médula que varían en función de la enfermedad del receptor: el de sangre periférica y el de médula ósea. El primero se realiza en un 80 u 85% de los casos, y es el más practicado en donaciones a pacientes con leucemia, como es el caso de Alejandro.
El proceso consiste en autoinyectarse un medicamento durante cuatro días que, según explica a este medio Juan Diego Rodríguez Gambarte, hematólogo del centro de transfusión de la comunidad de Madrid y coordinador médico de los donantes de médula de la comunidad, genera células madre y las expulsa al torrente sanguíneo. Durante el quinto día estas serían extraídas a través de una máquina de aféresis a través de dos incisiones subcutáneas en los antebrazos para obtener las células madre y devolver la sangre restante al donante..
La segunda forma se practica en un 10 o 15% de los donantes. Este proceso requiere una intervención quirúrgica. Durante la operación, se extraerán unos cinco mililitros de sangre medular a través de punciones en las crestas ilíacas (prominencias óseas en la parte postero-superior de la pelvis).
En función del tipo de procedimiento al que el donante se someta la recuperación es diferente. Normalmente, en procedimientos de sangre periférica se tardan alrededor de 24 horas en volver a la normalidad, mientras que tras la operación el proceso de mejora podría alcanzar dos o tres días.
Pero ¿qué hay que hacer si se quiere donar? Si se tiene entre 18 y 40 años con un peso mayor a 50 kilos es posible hacerlo. Según Rodríguez, lo primero que se debe hacer es inscribirse en el registro internacional de donantes de médula ósea (REDMO). Tras ello, se realiza una prueba de histocompatibilidad (HLA), cuya finalidad es verificar la compatibilidad entre el receptor y el donante y el rechazo en caso de realizarse el trasplante.
El hematólogo incide en que los progenitores solo tienen un 50% de compatibilidad, por lo que la solución normalmente se encuentra en las donaciones anónimas. Solo existe un gemelo de sangre por cada 4.000 personas, por lo que estas listas de donación están interconectadas por todo el mundo. Por ello, María Luisa llama a la colaboración ciudadana para encontrar el compatible de su hijo. "Si la compatibilidad baja del 100% se va a entender a las células como invasoras y el cuerpo empezaría a atacarlas", explica la madre, aunque el experto también señala que con un 80% de compatibilidad podría valer.
El "después" del trasplante
Tras el trasplante existen muchas incógnitas. "En la medida de que encontremos a su compatible, Alejandro podría volver a su día a día porque ya habría arreglado el problema defensivo", asevera su madre. En caso de no encontrar un donante 100% compatible se haría el trasplante "con lo que hay", porque no cuentan con el tiempo de volver hacia atrás en el proceso. En este caso, los progenitores serían la opción seleccionada. "Tenemos bastantes garantías de que en ese caso habría rechazo y tendríamos muchos problemas", asegura. "Alejandro podría ir apagándose como una velita".
María Luisa confía plenamente en la solidaridad de las personas. "Podría pasarnos a cualquiera", expresa para después añadir que "donar es un gesto maravilloso y podrían salvar muchas vidas". La mujer insta a la ciudadanía a colaborar con su causa. "Todos hemos pasado por los 10 años y Alejandro y muchos niños como él merecen la oportunidad de de disfrutarlos en su plenitud y seguir cumpliendo años".
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