La que fuera consellera de Educación en Cataluña durante el 1 de octubre de 2017, cuando los centros educativos fueron colegios electorales en el referéndum ilegal, quiere distanciarse de su pasado y alejar su imagen de figuras como la de Carles Puigdemont para ir más allá. Clara Ponsatí (Barcelona, 1957) apuesta este 12 de mayo por un independentismo duro e identitario, recela del partido que la acogió y del que es eurodiputada -Junts- y señala al expresidente catalán como un traidor al procés.
Su alternativa es una nueva formación política llamada Alhora (en castellano ‘Al mismo tiempo’ o ‘A la vez’) que defiende que la independencia de Cataluña es posible sea cual sea la situación. En palabras de la propia exconsellera durante la presentación del grupo el pasado 23 de abril, es necesario "no someterse a las necesidades de España" y abrir un "conflicto" para conseguirlo.
Formada entre Barcelona y Minnesota (EE.UU), Ponsatí es doctora en Economía y experta en la teoría de juegos y economía pública, especializada en negociación y resolución de conflictos. Nieta del pintor Josep Obiols, ha tenido la política presente desde que era niña. Su tío fue Raimon Obiols Germà, un político que lideró al PSC entre 1983 y 1996, además de ser diputado en el Parlament de Cataluña, en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo.
En el programa que presenta, señala que la independencia "es la necesidad de demostrar que un gobierno efectivamente gobierna sobre un territorio" y que, para ello, hace falta que la población esté dispuesta a obedecer el mandato. De esta manera, Alhora apuesta por una red de contactos exterior, por tener presente "qué trabajadores públicos tendrán que liderar el proceso de alineamiento de la lealtad con la voluntad popular de autodeterminación" y por tener el control del orden público, para anticipar todos los escenarios y actuar con adaptabilidad.
A diferencia de sus antiguos socios, la candidata cree que la vía unilateral es la única manera de solucionar el problema que desde hace años marca la agenda política en la comunidad catalana y en el resto de España. Un camino que, a su parecer, tendría que haberse llevado a cabo tras el referéndum de autodeterminación de 2017.
Es más, reconoce en una entrevista del diario Ara que fue "la única persona de ese Govern (el de Puigdemont) que la noche del 1 de octubre dijo: "¿No teníamos que hacer la independencia?"" y lamenta que ni siquiera "lo intentaron". Sin embargo, en el mismo medio, la exconsellera también explicó en noviembre del 2017 que no estaban "lo suficientemente preparados para dar continuidad política" tras las votaciones.
Aferrada a su posición como independiente, Ponsatí fue miembro del secretariado de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) hasta julio de 2017. Fue entonces cuando dejó Saint Andrews, un pueblecito al norte de Edimburgo (Escocia) en el que dirigía la Escuela de Economía y Finanzas y volvió a tierras catalanas para asumir el departamento de Educación a petición de Puigdemont, que buscaba la unidad de todo su ejecutivo de cara a la consulta. Y Ponsatí era clave en la organización, ya que como consellera de Educación tenía que ordenar la apertura de colegios e institutos durante el 1-O.
Tras la votación y la posterior declaración unilateral de independencia, que duró 44 segundos, el Gobierno tomó cartas en el asunto, destituyó al Govern y disolvió el Parlament. Fue entonces cuando Ponsatí abandonó Cataluña junto a Puigdemont y otros seis consellers con dirección a Bélgica, donde se instaló para escapar de los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos.
Cinco años después anunció con una imagen en el coche que había vuelto a Barcelona. Dio una rueda de prensa en el Col·legi de Periodistes y minutos después fue detenida. Horas más tarde fue puesta en libertad. La historia se volvió a repetir en marzo de 2023. Ahora, se postula para ser elegida presidenta de la Generalitat de Cataluña con un programa catalanista que apuesta por un cambio en el movimiento independentista.
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