Internacional

Dispersan por la fuerza a los seguidores de Zelaya apostados ante la embajada de Brasil

La Policía ha dispersado con gases y balas de goma a decenas de seguidores del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, que se manifestaban para expresarle su apoyo frente a la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se han producido algunos disturbios.

En el interior de la sede diplomática brasileña, que está rodeada por un contingente policial que recibe apoyo del Ejército, permanece  Zelaya desde el lunes, cuando regresó por primera vez a Honduras tras el golpe militar del pasado mes de junio que le obligó a salir del país. Le acompañan varios familiares y seguidores suyos, así como periodistas de medios afines.

Decenas de policías, apoyados por militares, participaron en la operación mientras que los seguidores de Zelaya respondían con el lanzamiento de piedras.

Comunicado online

Zelaya ha llamado a los hondureños a acudir a protegerlo y ha dicho que había regresado para buscar una salida a la crisis política mediante el diálogo. Además, Manuel Zelaya, ha denunciado la Policía y el Ejército "están reprimiendo al pueblo hondureño con el fin aparente de capturarlo".

En una nota difundida por correo electrónico, el mandatario derrocado asegura temer ser detenido y ha pedido a la población en resistencia que acuda a Tegucigalpa, específicamente, frente a la embajada de Brasil, "para hacerle frente a estos ataques".

Según el comunicado, Zelaya ha hecho llamamientos a las fuerzas militares y policiales para "que depongan la violencia y que se unan al grupo de ciudadanos que luchan por una nueva Honduras".

Residencia desalojada

Tras varios minutos de enfrentamiento, los cuerpos de seguridad del Estado se hicieron con el control de la zona, donde además irrumpieron en una residencia vecina a la legación diplomática, de la que desalojaron a unos pocos seguidores de Zelaya, que salieron corriendo del lugar.

En un extremo cercano a la embajada de los EE UU, en el mismo sector de la legación brasileña, un coche de la Policía fue quemado, mientras que al menos otros cinco vehículos particulares sufrieron daños en sus cristales y neumáticos. También ha habido daños menores en edificios cercanos.

La esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien también se encuentra en la embajada brasileña, dijo anoche a periodistas que los servicios de agua y electricidad habían sido interrumpidos en la sede diplomática.

Asilo o entrega

Mientras tanto, el Gobierno de Roberto Micheletti ha decretado el toque de queda en todo el país y la vicecanciller hondureña, Martha Alvarado, afirmó que espera que las autoridades de Brasil decidan pronto "si protegen a Zelaya como asilado o lo entregan a la justicia" hondureña, donde afronta acusaciones por delitos políticos y comunes.

Micheletti también pidió a Brasil que le otorgue asilo o lo entregue a la Justicia. No obstante, el Gobierno de facto descartó que sus fuerzas de seguridad vayan a entrar en la embajada para detener a Zelaya.

Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que había pedido a Zelaya que se mantenga tranquilo y no dé argumentos a las autoridades golpistas para una violación de la sede diplomática brasileña en Tegucigalpa.

Tanto Lula da Silva como el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hicieron un firme llamamiento al Gobierno de Micheletti para que respete la integridad de la embajada brasileña y de Zelaya.

El Gobierno brasileño, en coordinación con la OEA, las autoridades de EE UU, la UE y otros países está realizando intensas gestiones para buscar una salida rápida y pacífica a la nueva situación, dijo el canciller brasileño, Celso Amorim.

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