Asusta ver a un presidente de gobierno de la Unión Europea cometer actos propios de autócratas.
Pedro Sánchez ha demostrado, a los que aún pensábamos que dimitía y que los cinco días de reflexión respondían a la necesidad de su partido de organizarse, que es un político sin escrúpulos, dispuesto a todo para continuar en el poder.
En las más de cuatro décadas que ejerzo como periodista, nunca había visto un espectáculo tan calculado para manipular las emociones de los ciudadanos.
Manipulación política
El ejercicio de manipulación política concebido por Pedro Sánchez no solo revela la fragilidad de la ética política, sino también la astucia detrás de un disfraz de aparente sacrificio. Creo que hoy ya nadie puede dudar de que todo ha sido un artificio electoralista enmascarado por la urgencia de “regenerar nuestra democracia”.
Desde este lunes ya ha sido entrevistado dos veces en medios que no le son hostiles. Y para mí lo único que tiene el deber de responder es lo siguiente: ¿Apoyó Begoña Gómez, su esposa, con su firma y rúbrica a determinadas empresas en dos licitaciones públicas? Lo hizo, ¿sí o no? ¿Se reunió Begoña Gómez dos veces en secreto con el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, mientras se estaba gestionando el rescate de Air Europa por el gobierno de España?, ¿sí o no? ¿Ha financiado una filial de Globalia llamada Wakalua actos del Instituto de Empresa África Center siendo la esposa de Pedro Sánchez la directora?, ¿sí o no? Se reunió Begoña Gómez con el comisionista del Ministerio de Transportes, Víctor de Aldama, ¿sí o no?
Si es verdad que la esposa de Pedro Sánchez mantenía contactos con Air Europa, ¿debía abstenerse el presidente del ejecutivo español cuando el Consejo de Ministros que preside aprobó el rescate de la aerolínea?
Para mí, esas son algunas de las preguntas que debería responder lo antes posible Pedro Sánchez en vez de continuar como el trilero mayor del reino.
Comentarios