Si hay una cualidad por la que destaca España, es su diversidad. Pero no solo en términos de cultura, historia, lenguas o gastronomía, sino también a nivel geográfico. A lo largo de todo el territorio nacional, se extienden paisajes naturales que abarcan desde localidades de costa bañadas por el sol hasta bosques de gran frondosidad.
En este sentido, Cataluña es un buen ejemplo de estos contrastes, reflejando la biodiversidad única de la Península y albergando desde pequeños pueblos mediterráneos hasta otros de montaña situados a grandes alturas.
A más de 1.500 metros sobre el nivel del mar
Para encontrar el enclave habitado más alto de la comunidad catalana, debemos desplazarnos hasta la frontera de la provincia de Girona con Francia y Andorra. Allí, en la comarca de la Baja Cerdaña, se encuentra Meranges, localidad que, con sus 1.539 metros de altitud, es la más alta de toda Cataluña.
En Meranges habitan 114 personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2023, que viven principalmente de la ganadería bovina, la explotación forestal y el turismo, pues su entorno se encuentra protegido por la reserva de la Tossa Plana de Lles-Puigpedrís, en la que se practican diversos deportes de montaña.
El término municipal tiene una extensión que no alcanza los 38 kilómetros cuadrados, y también incluye el núcleo poblacional de Girul, situado a 1.625 metros de altitud.
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