¿Pacto de izquierdas, bloque independentista o acuerdo del PSC con Puigdemont? Estos son todos los escenarios posibles tras el 12-M

Los posibles pactos que aguardan a las elecciones catalanas tras el 12-M.
Los posibles pactos que aguardan a las elecciones catalanas tras el 12-M.
Henar de Pedro
Los posibles pactos que aguardan a las elecciones catalanas tras el 12-M.

Quién ganará las elecciones catalanas del domingo es casi una certeza; qué Gobierno se conformará tras el conteo de papeletas, todo un misterio. Con toda probabilidad, la noche electoral del 12-M será para el candidato del PSC, Salvador Illa, de optimismo, celebración y agradecimiento a los militantes y simpatizantes por otorgarle su segunda victoria consecutiva y auparle hasta su récord de 40 escaños. El actual president, Pere Aragonès (ERC) y el fugado Carles Puigdemont (Junts), socios del Gobierno de Pedro Sánchez, desharán el empate de la segunda posición. Son los tres grandes protagonistas... y tres importantes condicionantes de que la legislatura nacional se mantenga estable.

Siguiendo las estimaciones de la encuesta DYM para 20minutos, ni la suma de escaños de PSC y ERC ni la unión independentista alcanzan de forma clara la mayoría absoluta de 68 diputados, por lo que el Gobierno podría quedar en vilo. Con el bloqueo político como opción probable, algunos partidos con augurada representación (PP, Vox, Comuns Sumar, CUP y Aliança Catalana) podrían ser decisivos para la conformación del Ejecutivo. Ni los pactos, ni los apoyos de investidura, ni el nombre del futuro líder catalán están asegurados. Todo en el aire, muchos precedentes en los que basarse y una pregunta: ¿quién estará al frente de la Generalitat los próximos cuatro años?

Gráfico de intención de voto en las próximas elecciones de Cataluña el 12-M
Gráfico de intención de voto en las próximas elecciones de Cataluña el 12-M.
Carlos Gámez

Coalición progresista

Un pacto de izquierdas de PSCERC y, si la aritmética parlamentaria lo exigiese, Comuns-Sumar es la opción favorita para los votantes -cerca del 40% de los catalanes apuesta por esta opción-. Según el sondeo DYM, la suma de las horquillas más altas de socialistas (42) y republicanos (26) llegaría de forma muy ajustada a la mayoría absoluta de 68, pero los cerca de seis comunes electos estimados serían una buena salvaguarda para Salvador Illa.

El candidato del PSC se muestra abierto a la coalición progresista. Este lunes desveló en la sede barcelonesa de EFE que, si no fuese posible un Govern en minoría, sería una buena fórmula unirse a Aragonès y Jéssica Albiach para crear un Govern con "planteamiento socialdemócrata". "Hay varias fórmulas una vez hayan hablado los catalanes. La clave es que haya estabilidad en el próximo Govern", delimita el socialista.

El líder del PSC, Salvador Illa, atiende a la intervención de este miércoles del president Aragonès durante la sesión de control en el Parlament,
Salvador Illa, atiende a la intervención de del president Aragonès en el Parlament,
ACN

El aspirante de ERC a la reelección, sin embargo, pone en duda el pacto y critica que "este PSC es el menos catalanista y el que está más a la derecha de su historia". De hecho, Aragonès amenaza a Illa con repetir la estrategia de 2021 de sentarle en la oposición siendo la fuerza más votada. "Vigile que no se le vaya a quedar cara de señor Feijóo", le reprochó en el debate de laSexta del lunes en referencia a la investidura fallida del líder del PP, que ganó las elecciones generales.

Aragonès aprieta, y marca gruesas líneas para apoyar la investidura del socialista. Tres en concreto. Primero pide sentar las "bases para un referéndum de independencia". Sobre esta propuesta, el líder del PSC ya ha sentenciado que "de ninguna manera" se va a realizar, al considerarla lejana a los problemas reales de los catalanes. También propone una "financiación singular" para Cataluña. Aquí Salvador Illa coincide en cambiar el modelo para que sea más "justo" -incluye en su programa electoral la condonación parcial de la deuda-, si bien apela a la "solidaridad" con el resto de territorios, en contraste con la "singularidad" esgrimida por Aragonès. Por último, el republicano insiste en el "refuerzo de la lengua catalana", algo más realizable para Illa, que pide "pactos transversales para que el catalán no sea instrumentalizado". Las negociaciones entre PSC y ERC versarán sobre estas tres líneas.

En caso de necesitar el apoyo de Comuns-Sumar, los socialistas tienen el camino más llano, pues parten de bases sociológicas más comunes y gobiernan juntos en el tablero nacional. Eso sí, la candidata Albiach avisa de una línea roja para conformar el tripartito: no habrá Hard Rock si los Comuns están en el Govern. Y no es algo secundario, ya que no cumplir con esta exigencia propició hace unos meses que se tumbasen los presupuestos y que Aragonès decidiese adelantar elecciones.

Gobierno independentista

Atendiendo a las posibilidades que arrojan los sondeos, el Ejecutivo progresista sería lo más plausible, pero al fijarnos en los precedentes de la gobernanza catalana, la suma de los electos independentistas es lo más común. Junts (antes Convergència) y ERC se han unido en todos los gobiernos de la última década: desde el Govern del convergente Artur Mas en 2012 de la mano del republicano Oriol Junqueras hasta la reelección de Aragonès en 2021 gracias a una nueva coalición soberanista. Sin embargo, en 2022 hubo una ruptura del bloque y los consellers de Junts decidieron abandonar el Govern, lo que podría quebrar la reedición de un Ejecutivo soberanista.

Junts, ERC y CUP sumarían hasta 65 escaños según la encuesta DYM, lo que dejaría a la coalición independentista a tres votos de la mayoría absoluta. Aquí podrían entrar en juego los tres parlamentarios que podría conseguir el partido soberanista de extrema derecha, Aliança Catalana, aunque este lazo resulta improbable después de que ERC y CUP firmasen hace dos semanas junto a los comunes un pacto en el que se comprometen a no pactar ni con Vox ni con Aliança tras el 12-M.

Con la posibilidad de un vuelco electoral encima de la mesa, las formaciones no descartan reeditar el Govern. Puigdemont defendió durante la campaña trabajar "codo con codo" con ERC, apelando a la "unidad" y asegurando que si se repitiese la aritmética de 2021 y hubiese mayoría soberanista, Junts volvería a intentar "formar parte de un gobierno independentista".

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reunió con el expresidente Carles Puigdemont en 2022.
El president, Pere Aragonès, con el expresident Carles Puigdemont en 2022.
Jordi Bedmar

Aragonès es más escéptico con esta coalición, aunque no la renuncia. Sostiene que "la unidad no se predica, sino que se practica", en clara referencia a la marcha de los posconvergentes del Govern en 2022. "Lo que hemos visto en los últimos tres años por parte de Junts, desgraciadamente, ha estado muy lejos de esto", subrayó el president durante la precampaña.

La llave de un Govern independentista estaría también en manos de la CUP, cuya representación se estima en cerca de seis parlamentarios. Su candidata, Laia Estrada, pone un cortafuegos sobre el PSC, aunque se muestra abierta a hablar con ERC y Junts, a quienes apremia a mejorar la gobernanza haciendo "posible el entendimiento" con su formación. También se dispone Estrada a pactar con Comuns-Sumar, pero estos renuncian a un pacto con Junts, por lo que esta unión es improbable. 

En un encaje donde Aragonès debe elegir entre un Gobierno progresista o soberanista, urnas y negociaciones darán la respuesta. Si los números son favorables a un Govern independentista, existen serias posibilidades de que se conforme. Y si no suman mayoría absoluta, pero el apoyo parlamentario a Puigdemont o Aragonès fuese mayor al recibido por Illa -negociaciones mediante-, quedaría en manos del socialista la elección entre ceder ante el soberanismo o repetir elecciones, algo que considera "una falta de respeto a los votantes".

PSC-Junts

Aunque ERC sea la intersección entre el progresismo del PSC y el soberanismo de Junts -y, por tanto, la candidatura con más similitudes para llegar a acuerdos-, las cercanas relaciones entre socialistas y posconvergentes en el Gobierno central de Pedro Sánchez -con la ley de amnistía pactada con Puigdemont- hacen creíble una marcha de Aragonès y una difícil, aunque posible, unión de Illa y Puigdemont, que podrían sumar holgadamente la mayoría absoluta.

A priori, Salvador Illa renuncia a un pacto con Junts y asegura estar "en las antípodas de Puigdemont". "Él quiere separar a los catalanes y yo quiero unirlos. Hay que abrir un nuevo tiempo en Cataluña y no puede protagonizarlo el responsable de habernos llevado a la cola de España", dijo el socialista este lunes. Sin embargo, la semana pasada no descartó que el pacto pudiese fraguarse siempre que los de Puigdemont no prioricen la independencia para evitar el bloqueo y la repetición electoral. También en el debate de laSexta de la noche del lunes hizo desaparecer su contundencia al no rechazar el acuerdo. "Vamos a dejar que hablen los catalanes y luego hablaremos entre todos", sentenció.

La postura de Junts también se acerca al 'no', aunque sin echar el cerrojo. Puigdemont insistió el pasado jueves desde el extranjero en que ningún voto de su candidatura servirá para hacer presidente a Illa y esgrimió que la credibilidad del socialista es "exactamente cero". "Ha tenido muchas ocasiones para ponerse en contacto conmigo todos estos años y no lo ha hecho", reprochó. Con la mirada puesta en la autodeterminación, el prófugo pretende volver a España para "culminar el trabajo de 2017", en referencia al referéndum, algo que Salvador Illa rechaza tajantemente. No obstante, Puigdemont matizó que el pacto "a cualquier precio va a ser muy difícil" y que va a "esperar y ver por qué camino optan [los socialistas]"

Cabe resaltar que en 2010 el nacionalista Artur Mas fue investido gracias a la abstención del PSC, por lo que no sería la primera vez que los socialistas favorecen un gobierno de la derecha soberanista en Cataluña. De momento, los dos candidatos ponen sus vetos, apelan a la espera y se muestran más dispuestos al tripartito progresista o la reedición soberanista, así que se prevé que solo en caso de bloqueo este Ejecutivo pudiera contemplarse.

Tripartito de 'desbloqueo'

Como solución a un irremediable bloqueo podría darse una conjunción entre las tres formaciones más votadas, PSC, Junts y ERC. Este supuesto solo se consideraría en caso de que ni el tripartito progresista -con los comunes- ni la coalición soberanista -con CUP- ni la unión de dos de estos tres 'grandes' partidos alcanzase la mayoría absoluta. En pocas palabras, solo sería posible si se diese un auge de PP, Vox, Aliança Catalana y/o Ciudadanos y que este fuese tan alto que lograse frenar las combinaciones citadas.

Combo de fotos de Salvador Illa, Carles Puigdemont y Pere Aragonès.
Combo de fotos de Salvador Illa, Carles Puigdemont y Pere Aragonès.
WIKIPEDIA

En concreto, serían los vetos de las formaciones menos votadas los que obligarían a Illa, Puigdemont y Aragonès a encajar sus propuestas para Cataluña. Los comunes rechazan cualquier pacto con Junts, la CUP renuncia a investir al candidato del PSC y los socialistas y republicanos dan la espalda a PP, Vox y Aliança Catalana. Sería un escenario improbable, aunque plausible, que llevaría a las tres formaciones a elegir entre ponerse de acuerdo, valorando una coalición o un acuerdo de legislatura con la fórmula de la abstención encima de la mesa, o repetir las elecciones.

¿Gobierno constitucionalista?

Un último escenario que también esquivaría la repetición electoral sería la unión de los partidos constitucionalistas para evitar la reedición del Govern independentista (PSOE, PP, Sumar y Vox), pero solo el candidato del Partido Popular de Cataluña, Alejandro Fernández, está abierto a esta opción. El PP -que podría aumentar su presencia en el hemiciclo catalán desde los 3 hasta los 13 o 14 diputados tras absorber al electorado de Ciudadanos y parte de los votantes de Vox- confía en su utilidad parlamentaria tras el 12-M y avanza que apoyaría la investidura de Illa para echar al independentismo de la GeneralitatSin embargo, el candidato socialista renuncia a gobernar con los votos del PP y apunta que solo aceptaría "acuerdos puntuales".

Por su parte, el candidato de Vox, Ignacio Garriga, ha afirmado que no facilitará la investidura de Illa al considerar que el PSC es un "partido separatista" a raíz de los pactos de Sánchez con Junts y ERC en el Congreso. "Prefiero una repetición electoral", esgrimió la pasada semana. La candidata de Comuns-Sumar se ha comprometido a "no colaborar de ninguna forma" con Vox. El Gobierno constitucionalista, nunca visto en las trece legislaturas catalanas desde la instauración de la democracia, no se presenta ni siquiera probable.

Redactor '20minutos'

Estudiante de doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Escribo en la sección Última Hora del periódico 20minutos desde 2023, mientras dirijo la sección de Política del periódico universitario La Colmena, asisto a torneos de debate nacionales, juzgo varias ligas preuniversitarias y formo equipos de debate escolares. Cuento con buenas habilidades para la redacción, locución, diseño, edición y manejo de redes sociales.

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