Canarias

El precio del alquiler se dispara en Canarias y arrincona a los jóvenes: "Es imposible tener un mínimo de ahorro para el día de mañana"

Puerto de Mogán, en la isla de Gran Canaria.
Getty Images

El turismo de masas sigue haciendo mella en las Islas Canarias y la situación del mercado inmobiliario ha levantado ampollas entre los canarios, que ya han protestado en algunas manifestaciones como la del 20-A: los más jóvenes denuncian que acceder a una vivienda digna es cada vez más complicado y señalan directamente a los precios desorbitados, sueldos estancados y una oferta muy escasa. 

Los últimos informes avalan este malestar social y muestran un nuevo despunte del coste del arrendamiento, según recoge el portal inmobiliario Tinsa: de acuerdo con su informe de abril, el precio del alquiler en el último mes se ha disparado un 1,1% en Canarias y Baleares. De esta manera, este marcador acumula ya un aumento del 9% respecto al mismo mes de 2023. Este dato se pone aún más de relieve teniendo en cuenta que a nivel nacional estos valores son sensiblemente más bajos: el precio mensual ha subido un 0,1% respecto a marzo y 3,2% en el último año. 

Ante un mercado inmobiliario tan tensionado, muchos jóvenes han visto frustrado su deseo de emanciparse como consecuencia de una situación que califican como insostenible. "Los pisos son de malas calidades, muy pequeños y carísimos", explica a 20minutos Ignacio Suárez, un programador informático de 29 años que ha tenido que volver a casa de sus padres tras más de un año viviendo con su pareja.

"Malas calidades, pequeños y carísimos"

Tras varios meses buceando entre los diferentes anuncios de portales inmobiliarios, este grancanario y su pareja, profesora de primaria, decidieron dar el paso para emprender una vida juntos. "Nos mudamos a un edificio de nueva construcción", indica, por el que hacían un esfuerzo "bastante importante" al pagar más de mil euros mensuales.

Sin embargo, apunta desilusionado, las características del inmueble no eran buenas, pues aquellos apartamentos estaban destinados a alquileres turísticos, como casi todas las nuevas edificaciones del archipiélago: "Pagábamos un pastón por apenas 40 o 50 metros cuadrados" con materiales bastante malos, reconoce: "Era una mierda".

Ante esta situación que comenzó como un proyecto ilusionante, Ignacio y su pareja, tras seis meses de sacrificio, se vieron obligados a volver a casa de su familia. "Era algo insostenible. Estábamos pagando más del 40% de nuestros sueldos y no estábamos a gusto", explica el joven, que detalla que en las islas es muy difícil labrarse un futuro. "Con estos precios es imposible tener un mínimo de ahorro para el día de mañana. Es una vergüenza".

"Con estos precios es imposible tener un mínimo de ahorro para el día de mañana. Es una vergüenza"

"Es imposible"

El caso de Ignacio, no obstante, no es una rara avis, sino una tendencia cada vez más habitual, tal y como constata Michelle Flores, una enfermera grancanaria de 29 años que ha visto como su deseo de emanciparse se ha visto frenado de golpe por las exigentes condiciones de arrendamiento del archipiélago. "Me fui sola y pagaba 580 euros al mes, pero al año siguiente me subieron el alquiler a 600 y pico", apunta. Sin embargo, el contrato estipulaba nuevas subidas para los años siguientes, por lo que ella también se vio obligada a volver al hogar familiar.

Actualmente, independizarse es algo que califica de "inviable" para la gran mayoría de jóvenes. A pesar de que no pierde la esperanza y este 2024 ha vuelto a aventurarse en la ardua tarea de conseguir un alquiler digno, explica que es sumamente difícil. "He estado buscando con mi pareja este año, pero ahora sí que es imposible", afirma.

A pesar de la cualificación de los jóvenes, la formación ha dejado de ser garante de poder tener una vida relativamente cómoda, algo que también le ocurre a Christian Afonso. Este periodista grancanario de 28 años confiesa a 20minutos que trató de independizarse hace dos años, pero los prohibitivos precios se lo impidieron. "Lo intenté cuando la cosa ya se estaba empezando a poner fea, pero ahora es incluso peor", expone en la misma línea que Michelle.

Entonces, "los alquileres superaban los 700 euros fácilmente en pisos que no eran gran cosa". Por debajo de ese precio "solo había cuartos grandes de apenas 20 metros cuadrados", por lo que tras cinco meses de búsqueda infructuosa, finalmente desistió en su tarea de independizarse. "Al final decidí que la cosa estaba imposible y que seguiría con mis padres hasta que bajara algo o que me incrementaran el sueldo", detalla con pesadumbre.  

"Algunos son solo para funcionarios"

Este aumento de los precios, no obstante, no solo es perceptible a través de la estadística. Ignacio comenzó a buscar vivienda hace aproximadamente hace tres años, y en el aquel momento todo era mucho más barato. "Antes se podían encontrar cosas decentes por 500 o 600 euros", que ahora están en torno a los 900 y 1.000, confirma.  

"Ha sido una subida increíble y ahora nada baja de 800 euros al mes" si se busca algo mayor de 35 metros cuadrados, indica Michelle con resignación. Además, esta joven pone el foco también sobre los requisitos que piden los arrendadores, que cada vez se han vuelto más exigentes. 

"Ahora un piso 65 metros cuadrados está por 800 euros, pero algunos solo son para funcionarios, te piden cobrar cierta cantidad al mes, no se cuantos años trabajando...", defiende. "Fuimos a Las Palmas a ver una casa y después de todo el casero me dijo que había cogido a otra pareja que cobraba más", manifiesta con una risa irónica que deja entrever su desesperación.

Lo mismo le ha ocurrido a Christian, que en algunos se ha encontrado como necesitan "una solvencia demostrable" para acceder una vivienda. "Muchas veces piden doblar o incluso triplicar el salario", lo que se traduce en que para poder optar a un alquiler de 700 euros habría que tener unos ingresos mensuales por encima de los 2.000. 

"Tengo claro que voy a cambiar de profesión"

Este proceso de búsqueda infructuosa para todos estos jóvenes inevitablemente ha llegado a convertirse en algo que roza la obsesión. "Es bastante duro" apostilla con frustración Ignacio, al igual que le ha sucedido a Christian, que reconoce haber llegado a sufrir "malestar, frustración y estrés" por no ser capaz de independizarse, lo que en algunos momentos le ha afectado a su salud emocional: "Ves que no avanzas y que todo está muy estancado, entonces terminas teniendo esa sensación de que no merece la pena".

Dado el deterioro del plantel inmobiliario, los jóvenes se están viendo obligados a tomar decisiones drásticas en búsqueda de un mejor plan de futuro. "Si mi pareja y yo no conseguimos independizarnos, tengo claro que voy a cambiar de profesión", afirma Christian con clara resignación palpable en su voz. "Me da mucha rabia porque el periodismo para mí siempre ha sido vocativo", defiende tras varios años de carrera profesional, aunque indica con tristeza que seguramente no tendrá más opción que buscar una "profesión más estable y mejor pagada". 

Michelle, por su parte, también alega que una de las opciones que baraja es tratar de acceder a la sanidad pública del archipiélago. "Creo que es lo mejor para ahorrar decentemente y poder comprar una casa", confiesa, y defiende que prefiere "cobrar mejor y tener un puesto inestable" que percibir la remuneración insuficiente que actualmente recibe del sistema privado. 

"Si mi pareja y yo no conseguimos independizarnos, tengo claro que voy a cambiar de profesión"

Otra de las opciones que sopesa es continuar viviendo con sus padres para poder optar a una hipoteca en un futuro, una idea que también ronda la cabeza de Ignacio, que tantea otras opciones de manera desesperada tras "más de seis meses buscando y no encontrar nada decente". "Voy a optar por contactos o conocidos" que quieren alquilar y prefieren hacerlo a gente de confianza. Incluso, detalla, se plantea recurrir a la "puerta fría" recorriendo otros lugares y pueblos en búsqueda de mejores opciones.

"Mis amigos siguen en casa de sus padres"

Esta situación desesperante, confiesan, es la tónica general que se vive desde hace tiempo en las islas. Como consecuencia, los más jóvenes se han visto obligados a recurrir a sus familiares para poder salir del nido. "Mis amigos cercanos, o se han independizado así, o siguen en casa de sus padres", reconoce Ignacio. 

Los allegados de Christian, no obstante, tampoco corren mejor suerte, y los que han conseguido independizarse es porque han "buscado compañeros o han dejado de tomarse ciertos lujos" como ir al cine. Mientras, asevera que una de las tendencias palpables en los últimos tiempos es que mucha gente ha optado por sacrificarse y "opositar a puestos públicos" para poder gozar "de estabilidad".  

Sin embargo, confiesa que algunos de sus amigos han tenido que dejar atrás su lugar de nacimiento para emigrar a otros lugares para "encontrar mejores condiciones de vida y un trabajo con sueldos más decentes". De esta manera, apunta directamente a los salarios como uno de los grandes problemas que también están contribuyendo a esta situación. 

"Los sueldos no van para arriba"

Por si la incesante subida del precio del alquiler no fuese suficiente, los canarios también denuncian los ínfimos sueldos de la región, que simplemente "no dan", tal y como lo califica Christian. "La presión habitacional es cada vez más alta en todas las islas, pero los sueldos no van para arriba", confiesa, y denuncia que el margen "entre lo que se gana y el alquiler es cada vez más pequeño". 

Michelle, actualmente en la sanidad privada, asevera que sigue "cobrando lo mismo que hace tres años", mientras que los alquileres parecen no haber tocado techo ante el boom turístico. "Algo tienen que hacer. El coste de vida sube, pero los sueldos no", se queja. 

Ante esta tesitura, estos tres jóvenes denuncian sentirse olvidados por el Gobierno en detrimento de las políticas para atraer a más turistas. Por ello, piden que se implementen algunas medidas de regularización del mercado inmobiliario. "Deberían establecerse unos precios razonables dependiendo de la vivienda, del número de habitaciones o de metros cuadrados", reconoce, pues la oferta que hay se ha vuelto "una locura". 

Otras de las propuestas es "construir promociones específicas de alquiler asequibles para jóvenes", defiende Christian, pues "o se regula el alquiler o se regula la cantidad de vivienda vacacional que se pone al servicio turístico". Mientras, Ignacio indica que otra de las medidas que se podrían tomar es "acotar el alquiler solo a zonas turísticas", pues esto está provocando la subida del precio en zonas residenciales, por lo que "los arrendatarios te ponen esta excusa para seguir subiendo los precios", concluye notablemente contrariado. 

Redactor '20minutos'

Graduado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos en 2023. Me inicié en algunos medios universitarios escribiendo sobre eventos deportivos. Actualmente escribo en la sección de Última Hora.

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