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Israel González, director gerente del Centro Español del Subtitulado y Audiodescripción: "Son una medida de accesibilidad"

Un concierto subtitulado y traducido a la lengua de signos
Cedida por el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción

Una cultura audiovisual accesible para todas las personas con independencia de si tienen o no una discapacidad sensorial. Una cultura audiovisual que garantice los derechos de las personas con una discapacidad visual o auditiva. Ese es el objetivo del Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA) es un centro asesor del Real Patronato sobre Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, gestionado por la Universidad Carlos III.

Los subtítulos son una medida de apoyo, de accesibilidad, para que personas con discapacidad auditiva puedan seguir un contenido audiovisual en igualdad de condiciones que alguien que no tiene una pérdida total o parcial de audición”, explica Israel González, director gerente de CESyA.

El subtítulo se ve, cosa que no sucede con la audiodescripción. “La audiodescripción es una descripción oral en off de algo que está ocurriendo en pantalla o de un contenido audiovisual. Se dirige a personas ciegas o con discapacidad visual y narra lo que está ocurriendo. Por ejemplo, si es una película, la audiodescripción dirá algo así como: hay dos personas de pie en una habitación, es de día y están a punto de iniciar un diálogo. Se trata de contar una historia apoyando el contenido que hay”, cuenta Israel.

La audiodescripción se tiene que hacer siempre cuando no hay diálogo. Se hace en huecos donde no haya sonido para que la audiodescripción no pise el audio original de la película o la obra de teatro, por ejemplo.

CESyA se creó en 2005. Su trabajo comprende desde la asesoría, consultoría, hasta la proporción de recursos y herramientas de apoyo para todo lo que tiene que ver con subtítulos y audiodescripción. Ofrecen, entre otras cosas, manuales y guías de buenas prácticas. Distintas empresas y entidades que se dedican a prestar servicios de subtitulado y audiodescripción han sido evaluadas por CESyA.

Desde que nació el centro también han realizado labores de concienciación, sensibilización y visibilización de la discapacidad. Trabajan sobre todo en televisión y cine, pero también en teatros, festivales de música o de cine, como el de San Sebastián. “Tratamos de tocar todos los entornos posibles para asegurar la igualdad de condiciones en el acceso a ese contenido y que se respeten así los derechos de las personas con discapacidad”, dice Israel.

Aunque se ha avanzado desde 2005, todavía queda mucho por hacer. Uno de los avances, por ejemplo, es que inicialmente se obligaba a una cantidad de horas de emisión de contenido subtitulado y audiodescrito en televisión. Pues bien, las cadenas emitían este contenido de madrugada, cuando hay menos gente viendo la televisión. Cambios de normativas han llevado a que ahora también haya un mínimo de contenido televisivo que se tienen que subtitular y audiodescribir, pero también horas obligatorias para hacerlo que incluyen el prime time.

Muchas personas sordas se quejan de los subtítulos de la televisión –que no del cine– en directo, pues leen los labios del presentador y lo que dice no encaja con lo que aparece en el subtítulo. “En televisión se ha avanzado mucho”, comenta Israel, “pero hay que tener en cuenta que hay una gran diferencia entre las emisiones en directo y en diferido, la calidad del subtítulo es distinta. En una emisión en diferido ha habido tiempo para preparar los subtítulos, pero en una emisión en directo, como puede ser un telediario, no ha habido ese tiempo. Así que la emisión de subtítulos incluye un pequeño retardo porque hasta que no escuchas lo que dicen no puedes subtitular”.

Israel también sabe que hay quejas cuando un subtítulo se superpone a un rótulo informativo en televisión: por ejemplo, el nombre y cargo de la persona que aparece en pantalla o lo contrario, que el rótulo tape el subtítulo. Aquí también insiste en que hay una gran diferencia entre las emisiones en directo y las que no lo son. “A nivel técnico subtitular es complejo y un directo es siempre difícil por el sincronismo”, explica.

En cuanto a la audiodescripción, también hay muchas personas ciegas que se quejan, esta vez por el poco contenido que hay audiodescrito. Apreciación que comparte Israel, “hay poquísimas cosas”. En CESyA tienen una plataforma llamada Agenda Cultura Accesible donde aparecen todos los eventos culturales que son accesibles. “La realidad es que no hay mucha oferta y además la oferta pequeñita que hay tampoco llega, por eso queremos dar a conocer nuestra plataforma”, cuenta Israel.

El director dice que ahora también existe una normativa que obliga a que los espacios públicos tienen que ser espacios de accesibilidad. En CESyA, por ejemplo, han trabajado con el Ayuntamiento de Madrid para que las funciones de títeres de El Retiro sean accesibles, aunque el problema ha vuelto a ser que no ha llegado a mucha gente esta información.

Según datos que recoge CESyA, en España hay más de dos millones de personas que no pueden acceder al contenido audiovisual por una discapacidad visual o auditiva. 

Soy periodista social freelance, creadora del blog Grandes Minorías y ganadora de los Premios 20Blogs. En 20minutos, además de contar historias de personas que como sociedad solemos ignorar, a través de Grandes Minorías, informo sobre discapacidad en Capaces.

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