El Gobierno espera valerse de la debilidad del independentismo para salvaguardar su estabilidad en el Congreso

Díaz no comparte la decisión de Sánchez de renunciar a los Presupuestos de 2024
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.
Europa Press
Díaz no comparte la decisión de Sánchez de renunciar a los Presupuestos de 2024

El Gobierno de coalición respira tranquilo tras los resultados de este domingo en Cataluña. No cree que el batacazo del bloque independentista, que por primera vez desde hace 40 años no suma mayoría absoluta, vaya a afectar a sus negociaciones en el Congreso de los Diputados y al proyecto legislativo previsto en Moncloa. Desde el sector socialista quieren diferenciar "dos carriles" que en ningún momento tendrían por qué cruzarse: por un lado están las negociaciones en Cataluña en las que la única alternativa para formar Gobierno está en manos de Salvador Illa y, por el otro, los acuerdos con ERC y Junts en la Cámara Baja, que espera que ambos sigan cumpliendo durante los tres años que restan de legislatura. 

La lectura que hace Sumar es muy similar a la de los socialistas. Fuentes tanto de la dirección estatal del partido como de Catalunya en Comú coinciden en asegurar que, a corto plazo, el batacazo que ha sufrido el independentismo en las elecciones autonómicas de Cataluña no va a afectar a la estabilidad del Gobierno central, especialmente después del brillante resultado conseguido por el PSC, que el presidente Pedro Sánchez se apunta como propio. A medio plazo, el apoyo de ERC y Junts al Ejecutivo está más en el aire, admiten algunas de estas fuentes, y la negociación de los próximos Presupuestos Generales del Estado (que comenzará tras el verano) será muy reveladora a ese respecto.

Son dos, fundamentalmente, los motivos por los que las fuentes de Sumar y Catalunya en Comú consultadas consideran que ERC y Junts no pueden poner en cuestión la estabilidad del Gobierno central, al menos hoy por hoy. El primero de ellos, argumenta uno de los dirigentes consultados, es que Cataluña es uno de los territorios de España donde más rechazo genera un eventual Gobierno de PP y Vox, y hacer peligrar al actual Ejecutivo de coalición podría leerse por parte de los votantes de Junts y ERC como abrir la puerta a esta alianza de derecha y extrema derecha. De hecho, ese fue uno de los motivos que influyó en que un partido tan intransigente como Junts se abriese el año pasado a entablar negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, que finalmente terminaron fructificando en un pacto a cambio de la amnistía.

Otras fuentes, en este caso de Catalunya en Comú, coinciden con esta lectura y apuntan, además, que el resultado de las catalanas de este domingo refleja hasta qué punto una parte del electorado que votó independentista en anteriores elecciones ha desconectado del procés e incluso ha votado al PSC, una fuga que ha sufrido especialmente ERC. Según la tesis de estos dirigentes, los republicanos (y también Junts) no pueden a corto plazo hacer peligrar la continuidad del Gobierno porque lo que necesitan es recalibrar su posición para adaptarla a la de un electorado que, aunque siga siendo independentista, ya no ve con tanto rechazo como hace años al PSOE.

Pero es que, además, estas fuentes de los comuns consideran que retirar el apoyo al Ejecutivo puede terminar siendo un arma de doble filo para ERC y Junts, puesto que el presidente Sánchez tiene a su disposición en cualquier momento la posibilidad de adelantar las elecciones si ve que la legislatura entra en punto muerto. Y en una situación de tanta debilidad como la que ha demostrado el independentismo, enfrentarse a unos comicios generales, consideran algunos de los dirigentes consultados, supondría para ERC y Junts perder con seguridad varios de los 8 y 7 escaños con los que cuentan, respectivamente, en el Congreso.

Ferraz comparte gran parte de estas tesis, aunque los socialistas concentran sus esfuerzos en alejar las negociaciones en el Parlament de las del Congreso, incidiendo en la total autonomía de Illa para negociar durante las próximas semanas con ERC con el objetivo de ser investido presidente. En cualquier caso, coinciden en la lectura de que la debilidad de ERC tras su batacazo en las elecciones del domingo le aleja de la repetición electoral. “Quien fuerce la repetición lo va a pagar”, aseguran fuentes socialistas. A su juicio, el camino a seguir requiere calma y discreción, por lo que optan por darles tiempo para recomponerse del “shock” y definir el liderazgo tras la marcha de Pere Aragonès. 

Según Ferraz, esto será clave para el PSC. Creen que la recomposición del partido y el sector que finalmente se imponga determinará el pulso de las negociaciones, por lo que no descartan que las palabras de Aragonès asegurando que no facilitarán una investidura de Illa caigan en saco roto cuando la batuta del partido pase a otras manos.

Aunque las esperanzas de Illa residen en un acuerdo con los comunes y ERC, el candidato del PSC ya avanza que también hablará con Junts, aunque en ningún caso será para facilitar la investidura de Carles Puigdemont. En Ferraz no temen a las amenazas de Puigdemont de bloquear al Gobierno de España. Están muy seguros de que las dinámicas en el Congreso de los Diputados ya están constituidas y, de hecho, su intención es retomar las mesas de negociación más pronto que tarde. 

Esta confianza en que la legislatura no está en peligro la exhiben en privado y en público. Este lunes fue muy clara al respecto la portavoz socialista, Esther Peña, recordando que el PSOE ha cumplido y cumplirá todos sus acuerdos con ERC y con Junts, por lo que espera que estos partidos respondan de igual forma. Peña también hizo hincapié en que la hoja de ruta de Sánchez ha quedado validada con los resultados en Cataluña, lo que favorece a la continuidad del Gobierno y a su agenda legislativa.

De hecho, el PSOE trata de desprenderse de la responsabilidad de las negociaciones con estos partidos en Cataluña, que insisten en que le corresponde a Illa. En Ferraz ya están en la pantalla de las elecciones europeas porque -aseguran- confían totalmente en el poder negociador de Illa y en que el tiempo y la calma serán dos factores determinantes para que las negociaciones en Cataluña lleguen a buen puerto.

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