Es imposible olvidarse de aquel fenómeno viral, porque en aquel año, 2015, todo el mundo tenía una opinión sobre de qué color era el vestido: o era azul y negro o era blanco y dorado. Keir Johnston era el novio en la boda responsable de aquella imagen, conocida en redes como #TheDress, de la prenda de su pareja. Pero las cosas han cambiado mucho a lo largo del tiempo y ahora el hombre, de 38 años, acaba de entrar en prisión tras intentar estrangular a su pareja.
Según han podido confirmar varios medios, tanto británicos —The Times, The Telegraph y The Guardian, entre otros— como estadounidenses, como People, Johnston ha sido enviado a la cárcel tras admitir una agresión que se produjo el 6 de marzo de 2022 y que su esposa, Grace, pudo denunciar poco después.
En dicha escena de maltrato, Keir inmovilizó a Grace contra el suelo y se sentó sobre ella, colocando en varias ocasiones sus manos alrededor del cuello de su esposa para impedir su respiración. Asimismo, según los documentos, también estaba amenazándola de muerte y llegó a blandir un cuchillo en un momento dado.
Según los susodichos medios y los informes judiciales del pasado jueves 9 de mayo, Keir Johnston llegó a gritar "Alguien va a morir hoy" durante la agresión a su esposa. Grace, eso sí, consiguió gritar para pedir ayuda. "Mi marido está intentando matarme", se citan como sus palabras según los informes.
Todo ello se veía agravado, tal y como le ha explicado el fiscal Chris Macintosh a la jueza Drummond, por la sensación de Grace estar "atrapada", ya que la pareja residía en la remota isla escocesa de Colonsay. "No hay una presencia policial permanente en la isla", ha añadido Macintosh.
Todo empezó porque Grace había asistido a una entrevista de trabajo en el continente, lejos de la isla, lo que había cabreado a su esposo, que se pasó el tiempo de espera bebiendo en un pub. "Johnston se despertó y dijo que la iba a dejar. Ella se fue de la casa, él la siguió y la inmovilizó contra el suelo. Puso ambas rodillas sobre sus brazos, para que no se moviese, y luego comenzó a estrangularla con ambas manos", agregó el fiscal de la corona.
Macintosh ha puntualizado que Grace "pudo gritar" porque "temía por su vida" y porque creía de veras que "Johnston tenía la intención de matarla" dada la contundencia de su ataque. Después de que un testigo los separara, Keir entró en la casa, pero al poco volvió a salir con la intención de "acabar" lo que había empezado.
Lo hizo con un cuchillo en la mano, el mismo con el que fue encontrado, poniéndoselo a sí mismo en el cuello antes de que las autoridades consiguieran arrebatárselo. Los medios británicos han informado de que Grace sufrió heridas "visibles" y marcas y hematomas en el cuello tras la agresión.
La jueza le ha asegurado a Kier que se trata de "un delito tan grave como violento" por el que en poco tiempo será "condenado" si bien mientras se decide la pena impuesta "permanecerá en prisión preventiva".
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