¿Por qué la UE se juega más de lo que crees en la polémica con Eurovisión?

Nemo, el ganador de Eurovisión 2024.
Nemo, el ganador de Eurovisión 2024.
EFE
Nemo, el ganador de Eurovisión 2024.

La música es un elemento de encuentro, de unión y de disfrute y como tal se enfoca siempre el festival de Eurovisión; pero este año la polémica ha estado servida, sobre todo en torno a la participación de Israel dada su ofensiva sobre Gaza, criticada por muchísimas voces. El país, no obstante, recibió también un apoyo relevante durante un evento que ha estado envuelto en una tensión permanente y que ha salpicado directamente a la Unión Europea. Y es que esa zozobra acabó provocando que la EBU (Unión Europea de Radiodifusión, en sus siglas en inglés), organizadora del festival, prohibiera la entrada al reciento en Malmo (Suecia) con banderas de la Unión. 

Esto es mucho más importante de lo que parece, sobre todo a menos de un mes para las elecciones europeas (del 6 al 9 de junio). "Los símbolos políticos no están permitidos", dijo la organización, instantes después además de expulsar del festival al representante de Países Bajos, un Estado miembro de la UE. Sí hubo, en cambio, banderas de los países durante todo el evento. Así, la reacción de Bruselas no tardó en llegar. 

"Eurovisión es ante todo una celebración del espíritu europeo, de nuestra diversidad y talento europeos. La bandera de la UE es un símbolo de ello. A menos de un mes de las elecciones europeas, no debería haber obstáculos, grandes o pequeños, para celebrar lo que une a todos los europeos", expuso sobre el tema el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, consciente de que Eurovisión es también un elemento de poder blando para la Unión, una herramienta de influencia en tiempos en los que la llamada al voto es fundamental. Así, Bruselas envió rápidamente una carta de reproche a la EBU, adelantada por Político y en la que el Ejecutivo comunitario lanza un aviso: "La decisión de la EBU ha contribuido a desacreditar un símbolo que reúne a todos los europeos".

En general, la polémica es relevante porque la UE de momento sigue yendo muy corta de poder duro, pero utiliza el poder blando de una manera atrayente, sobre todo cuando las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina. Pasa con el deporte, por ejemplo, y de hecho la bandera de la Unión se 'paseará' por los Juegos Olímpicos de París que arrancan en apenas unos meses; por eso Bruselas da mucha relevancia al veto a esa bandera en torno a la música, en un festival con una audiencia que es firme año tras año y que atrae público de todas las generaciones; esas generaciones que tienen que ir a las urnas en apenas tres semanas.

Es importante para Bruselas que la bandera de la UE se vea lo máximo posible. Y es que además Eurovisión es el festival de la canción más grande en términos de audiencia, la cual se ha estimado entre 200 y 600 millones internacionalmente de media: perder foco es perder influencia, deben pensar en las instituciones europeas, sobre todo en un momento en el que además se celebran los JJOO ya mencionados, pero también una Eurocopa de fútbol... coincidiendo, con insistencia, con las elecciones europeas más importantes de la historia reciente.

Con todo, Eurovisión no depende directamente de la Unión Europea, pero la mayoría de sus participantes son Estados miembros del bloque comunitario. ¿Y cómo se financia entonces el festival? Las contribuciones de los organismos de radiodifusión participantes, que suman 6,2 millones de euros en total; además, el organismo de radiodifusión anfitrión suma entre 10 y 20 millones de euros, y por último se dan ingresos de venta de entradas, marketing, publicidad o merchandising. Todo esto quiere decir que un choque mucho más directo con la UE o con algunos Estados miembros puede hacer que estos se retiren del festival y este quede desgastado.

A menos de un mes de las elecciones europeas, no debería haber obstáculos, grandes o pequeños, para celebrar lo que une a todos los europeos

El vínculo de la UE y la EBU va más allá: y es que el 23 de mayo la EBU será la encargada de organizar y de retransmitir el debate entre candidatos a presidir la Comisión Europea después del 9 de junio y en función del resultado de las elecciones. Ese encuentro tendrá lugar en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas y será la última oportunidad antes de los comicios para que los partidos políticos confronten ideas de cara al futuro de la Unión. La música, el poder blando y las elecciones europeas quizá tengan poco que ver, pero la UE necesita cualquier chute de energía que le acerque a la gente.

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