Carmen Martínez Diputada socialista por Valencia
OPINIÓN

La Europa en la que queremos vivir

Sesión en Estrasburgo del Parlamento Europeo.
Sesión en Estrasburgo del Parlamento Europeo.
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Sesión en Estrasburgo del Parlamento Europeo.

El próximo 9 de junio se celebran comicios al Parlamento Europeo y los ciudadanos de los 27 países miembros de la Unión Europea tendremos la oportunidad de elegir con nuestro voto cómo será la Europa en la que queremos vivir.

El proyecto europeo surge tras la segunda guerra mundial a través de un movimiento político para asegurar la paz. Sin embargo, ha sido su desarrollo económico y social el que ha resultado decisivo para alcanzar el éxito de una unión que representa los intereses comunes de todos los Estados miembros. Algo que se ve plasmado en los recientes Eurobarómetros que reflejan la importancia que tienen las próximas elecciones para los europeos en la aprobación de la gestión de sus instituciones y el reconocimiento que sus decisiones tienen en nuestra vida diaria.

Una gestión que ha beneficiado a millones de europeos, tal como ha demostrado la respuesta sanitaria común durante la pandemia o las medidas adoptadas ante la crisis energética. Pero, también, a través de los beneficios económicos que han llegado a nuestras industrias e infraestructuras con los fondos Next Generation, que han contribuido a la generación de nuevos empleos y al fortalecimiento del sistema de protección social.

Históricamente, las elecciones europeas han movilizado discretamente a la ciudadanía a pesar de la buena opinión que tiene de la institución. Por eso no podemos confiarnos ni caer en la complacencia, porque todavía quedan muchos retos pendientes: cambio climático, la guerra de Ucrania y la defensa europea, la pobreza, la inmigración o la inteligencia artificial. Desafíos que se están viendo amenazados por las corrientes populistas y de ultraderecha que recorren toda Europa, y a las que en España da cobijo el Partido Popular, pactando gobiernos de coalición y dando pábulo a las políticas negacionistas que están socavando las raíces de la democracia.

Por ello, frente a esta corriente reaccionaria y euroescéptica, hemos de llenar las urnas el próximo 9 de junio en pro de la cooperación entre los pueblos y la defensa de los valores humanistas que hace 74 años lo hicieron posible.

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