Joaquín Torres no atraviesa su mejor momento. El arquitecto, que recientemente ha recibido el alta hospitalaria después de las complicaciones que sufrió con una cuarta operación de cadera, contó que le habían detectado una infección de sangre, y que tendría que pasar una quinta vez por quirófano para extraerle las prótesis.
Ahora se recupera en casa y, desde ahí, ha ofrecido una entrevista en Semana en la que cuenta los relatos más amargos de su vida. Uno es la reciente muerte de su madre. "He tocado fondo. Lo perdí todo el día que ella murió", dice.
"En su lecho de muerte, pregunté a mi madre si quería ver a mi hermano Julio y me dijo que no, que se quería ir en paz", revela.
Sobre lo que ha significado en su vida, afirma: "Mamá lo era todo para mí. Cuando yo me sentía una decepción por mi homosexualidad, estuvo a mi lado". En cuando a su sexualidad, revela un episodio pasado: "Con 14 años, mis padres de llevaron a un psiquiatra para curarme de mi homosexualidad y eso hizo retrasar mi proceso".
Tanto que incluso llegó a casarse con una mujer, con la que tuvo descendencia. "Mi exmujer ha sido muy generosa, con mis hijos y con mi marido, Raúl".
Del televisivo, dice: "Raúl Prieto es el amor de mi vida, es la persona con la que quiero vivir y morir". Atrás ha quedado la crisis con él. "Llegué a sentir que le hacía daño, porque descargaba contra él mi dolor, por eso dije que necesitaba alojarme". Además, anuncia que, "en breve", se mudarán a una casa de 800 m2 en el centro de Madrid.
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