El enigma del manuscrito Voynich, el misterioso códice medieval que guarda la biblioteca de la Universidad de Yale

  • Desde su aparición en 1912 se han empleado diversos métodos para tratar de descifrar el manuscrito Voynich, sin que ninguno haya tenido éxito.
El autor del manuscrito es anónimo, y su nombre procede del apellido del librero polaco que lo encontró en 1912 en un convento italiano.
El autor del manuscrito es anónimo, y su nombre procede del apellido del librero polaco que lo encontró en 1912 en un convento italiano.
Dominio público
El autor del manuscrito es anónimo, y su nombre procede del apellido del librero polaco que lo encontró en 1912 en un convento italiano.

El manuscrito Voynich, también conocido como códice Voynich, fue creado entre 1404 y 1438, según las estimaciones de carbono-14. Consta de 240 páginas de vitela, escritas con una tinta de origen vegetal que ha resistido el paso del tiempo. El texto está compuesto por un lenguaje desconocido, que no se asemeja a ninguna lengua viva o muerta conocida.

El códice se encuentra actualmente en la Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos de la Universidad de Yale en Estados Unidos. Llegó a la biblioteca en 1960 como parte de la colección de Voynich, que fue adquirida por la universidad tras la muerte de su viuda, Ethel Voynich. Desde entonces, ha sido objeto de estudio y análisis por parte de numerosos investigadores. A pesar de los esfuerzos y las técnicas empleadas, el lenguaje del manuscrito Voynich sigue siendo un enigma sin resolver.

Un desafío para criptógrafos y lingüistas

El manuscrito Voynich apareció en 1912 en Villa Mondragone, un antiguo convento jesuita en Frascati, Italia. Lo descubrió Wilfrid Voynich, un librero polaco especializado en libros antiguos, quien le dio su nombre actual. Se desconoce la procedencia exacta del manuscrito, aunque se cree que pudo haber estado en Praga o en la corte de un emperador del Sacro Imperio Romano Germánico antes de llegar a manos de Voynich.

Las páginas del códice están adornadas con ilustraciones de gran detalle y precisión, que representan una amplia gama de temas: plantas, algunas de ellas no identificadas en la actualidad; constelaciones zodiacales; figuras humanas desnudas en poses variadas; diagramas que podrían ser mapas o instrumentos científicos; y textos explicativos en el mismo lenguaje indescifrable.

El libro ha sido objeto de un sinfín de teorías y especulaciones a lo largo de los siglos. Algunos han propuesto que se trata de un manual de alquimia, un tratado médico, un herbario mágico o incluso un libro de oraciones extraterrestres. Sin embargo, ninguna de estas teorías ha logrado descifrar el lenguaje del manuscrito ni explicar su verdadero propósito. La complejidad del texto y la falta de referencias externas han frustrado los intentos de los criptógrafos más expertos.

Características indescifrables del lenguaje Voynich

El lenguaje del manuscrito Voynich, conocido como voynichés, es uno de los aspectos más enigmáticos del libro. Se caracteriza por las siguientes peculiaridades:

El manuscrito utiliza un alfabeto sin ninguna conexión aparente con ningún otro sistema de escritura conocido. Estos símbolos no se repiten con la misma frecuencia esperada en un lenguaje natural, lo que dificulta su análisis estadístico.

No parece tener palabras compuestas, lo que significa que cada palabra está formada por un solo símbolo. Esto también dificulta la identificación de partes del discurso, como sustantivos, verbos o adjetivos.

Las palabras en voynichés parecen tener una estructura morfológica compleja, con prefijos, sufijos y terminaciones que podrían indicar diferentes funciones gramaticales.

No se han encontrado cognados, es decir, palabras con un origen etimológico común, entre el lenguaje Voynich y ninguna otra lengua conocida.

Recientemente, se ha sugerido recurrir a la inteligencia artificial para analizar el manuscrito. Los algoritmos de aprendizaje automático podrían identificar patrones y correlaciones que puedan ser pistas útiles para su desciframiento. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en esta línea de investigación.

Desde el año 2020, el manuscrito puede consultarse en el catálogo de la biblioteca digital de la Universidad de Yale. Para acceder, de forma gratuita, se puede hacer clic aquí.

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