El Port de Barcelona ha completado la restauración de los cuatro históricos 'tinglados' del muelle Oriental, que se encontraban deteriorados por el paso de los años, y que se han rehabilitado en el marco de la celebración de la Copa América de vela, que será del 22 de agosto al 21 de octubre en la capital catalana. La actuación ha tenido un coste de 7,3 millones de euros
Tres de los cuatro edificios, que cuentan con más de 100 años de antigüedad, funcionarán como lugar de encuentro ‘hospitality’ para la Comunidad Portuaria durante el evento deportivo. Serán un espacio donde recibir visitas institucionales y comerciales, y también un escenario para realizar sesiones de trabajo y conferencias.
Además, a partir de noviembre, estos tres edificios acogerán actos y eventos culturales para la ciudadanía. El cuarto será la estación marítima del nuevo bus náutico de la capital catalana, que entrará en funcionamiento el 1 de julio y que conectará el muelle de Drassanes y la zona Nova Bocana.
Este jueves se ha celebrado la presentación de los espacios, con la presencia de la consellera de Cultura de la Generalitat, Natàlia Garriga; la primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet; el presidente del Puerto, Lluís Salvadó; el director del Port Vell, David Pino, y la directora de Obra de Port de Barcelona, Gemma Peñalver.
Un espacio de "arte y cultura"
Los 'tinglados' los gestionará la gerencia del Port Vell y tienen el objetivo de atraer actividad cultural al recinto. "Es un nuevo compromiso del Puerto para preservar el patrimonio y abrir a la ciudadanía más espacios", ha asegurado Salvadó.
Estos edificios se construyeron a principios del siglo XX para dar respuesta a las necesidades surgidas a raíz del desarrollo industrial de principios de siglo. que coincidió con una gran ampliación del Port de Barcelona.
Salvadó ha añadido que ya están colaborando con el Departamento de Cultura de la Generalitat para "llenar los tres 'tinglados' de arte y cultura”. En este sentido, Garriga ha asegurado que los 'tinglados' "serán un espacio de referencia de la cultura" y ha sostenido que es un paso importante para "recuperar parte del patrimonio industrial" de Cataluña.
Por su parte, Bonet ha defendido que la celebración de la Copa América es una "oportunidad para generar prosperidad en los barrios de Barcelona y para impulsar la innovación, la economía azul, la transformación de la ciudad y el litoral". "La rehabilitación de los tinglados es un muy buen ejemplo de transformación que imaginábamos y se ha hecho realidad", ha añadido.
Una reforma que mantiene la estética original
Las obras de restauración, iniciadas en marzo de 2023, han consistido en una reforma integral de los cuatro edificios ejecutada por una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Copisa, Constructora Pirenaica y Natur System.
Los tinglados se han bautizado haciendo referencia a sus usos originales. Así, uno se llama La Carbonera, ya que funcionó durante muchos años como almacén de carbón y para depósito de botes y embarcaciones menores, y los otros se llaman: La Fusteria y El Taller respectivamente. El último es un edificio más pequeño que será la estación marítima.
La reforma se ha llevado a cabo manteniendo la estética original y buscando una integración entre los edificios que permitiera un uso multifuncional.
Dos de los edificios, que en el origen eran independientes, ahora se han unido con unos pórticos de madera y hierro, y se ha reforzado su estructura. También se han restaurado completamente las cubiertas y los forjados, y se han renovado las instalaciones para ponerlas "al día" en el ámbito normativo. Peñalver ha explicado que las cubiertas se han rehabilitado "buscando la estética del momento" en que se construyeron los tinglados, y que se han utilizado materiales que perduren en el tiempo.
Parte de la transformación del Port Vell
La restauración de estos edificios se enmarca en la gran transformación que el Port Vell está viviendo coincidiendo con los preparativos para la celebración de la Copa América.
El Port de Barcelona, así como los diversos concesionarios con presencia en el Port Vell, están ejecutando una veintena de actuaciones que, con una inversión de 120 millones de euros, modificarán la fisonomía del área más ciudadana del puerto, dotándola de nuevos espacios y de nuevos servicios para los barceloneses y barcelonesas.
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