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Arancha Arroyo, psicóloga de Autismo España: "El diseño tradicional de las ciudades no tiene en cuenta a las personas con TEA"

Familia en un parque
Jill Denny Photography

Según los cálculos más consensuados, una de cada 100 personas tiene autismo en nuestra sociedad, una condición que, en muchos casos les permitirá llevar una vida más o menos normalizada y en otras tendrá grandes necesidades de apoyo. Sin embargo, sean cuales sea sus necesidades de apoyo, su calidad de vida y su autonomía serán mucho mayores si viven en ambientes amigables, es decir, que tienen en cuenta sus características y sean inclusivos.

Hoy en día, el interés por crear ciudades y espacios accesibles está creciendo, ya sea por exigencias legales o porque existe una mayor sensibilización, pero para que sean verdaderamente accesibles es esencial que se tengan en cuenta todas las discapacidades.

Para que, a la hora de crear o rehabilitar estos espacios, se tengan en cuenta las necesidades de las personas autistas, el Proyecto Rumbo de Autismo España, en colaboración con las entidades de la confederación que forman el proyecto (Federació Catalana d'Autisme, Federación Autismo Andalucía, Federación Autismo Castilla y León y Federación Autismo Galicia) y de las propias personas con autismo, han creado la guía Ciudades Inclusivas: entornos amigables con el autismo, proyecto que tiene como objetivo principal abordar los retos relacionados con la accesibilidad a los que se enfrentan las personas autistas tanto en espacio públicos como privados, "se inspira en la necesidad de ofrecer orientaciones prácticas para el diseño de espacios que no sólo sean accesibles, sino también respetuosos con el autismo".

La guía incluye ejemplos de buena práctica basados en la evidencia, pero Arancha Arroyo, psicóloga del área de Investigación de Autismo España y responsable del Proyecto Rumbo, quiere destacar que "lo más importante es que cuenta con la participación de personas con autismo, garantizando así que las recomendaciones sean realmente útiles y prácticas y que se satisfagan eficazmente sus necesidades específicas". 

El fin último de esta guía que, a través de una arquitectura más inclusiva, se mejore la calidad de vida de las personas con autismo.

Una guía muy necesaria

Si desde Autismo España han considerado que una guía así es necesaria es porque, en la actualidad, las personas con autismo todavía se encuentran con entornos, ya no solo poco accesibles, sino poco amigables y que pueden incluso provocarles un enorme malestar, lo que dificulta su participación en la sociedad, "el diseño tradicional suele pasar por alto las necesidades de las personas con sensibilidad sensorial o diferencias cognitivas", lamenta Arroyo, por eso, en general, "suele ser difícil encontrar entornos verdaderamente adaptados al autismo en las ciudades y espacio públicos". 

El diseño tradicional sigue primando, por ejemplo, la estética o las necesidades de la población ‘normotípica’ sin tener en cuenta las dificultades específicas a las que se enfrentan las personas en el espectro del autismo, "sigue existiendo un considerable desconocimiento sobre el autismo y sus repercusiones en el funcionamiento cotidiano".

Sigue existiendo un considerable desconocimiento sobre el autismo y sus repercusiones en el funcionamiento cotidiano

Así, como apunta Arancha Arroyo, no se tiene en cuenta, por ejemplo "la sensibilidad sensorial o la necesidad de entornos claros y predecibles". Y esto sigue ocurriendo a pesar de que tener una legislación cada vez más exigente en materia de accesibilidad, "se han producido avances en la legislación que nos dan claves y recomendaciones para generar entornos accesibles, pero estamos a la espera del reglamento que desarrolle las previsiones sobre accesibilidad cognitiva incluidas en la Ley General de Derechos de Personas con Discapacidad para ver cómo se enfocan estos requisitos o condiciones mínimas. Esta laguna puede dar lugar a entornos que cumplan las normas generales de accesibilidad, pero que no aborden las necesidades específicas de las personas con autismo. Incluso cuando existen políticas y directrices, su implementación y/o aplicación puede ser desigual lo que refleja el desconocimiento de realidades como puede ser el autismo".

Además, aunque esto está cambiado poco a poco, en general, las necesidades específicas de las personas autistas no se tienen en cuenta a la hora de diseñar espacios arquitectónicos accesibles, pues, como advierten desde Autismo España, "las normas de accesibilidad tradicionales suelen centrarse más en las barreras físicas, como las que requieren acceso en silla de ruedas, y pueden no tener en cuenta las necesidades sensoriales, cognitivas y emocionales que son fundamentales para las personas con autismo". 

Sensorialmente poco accesibles y falta de apoyos visuales

Entre los principales retos y limitaciones que todavía encuentran las personas con autismo en el diseño de espacios arquitectónicos, Arancha Arroyo destaca dos: los aspectos sensoriales y los cognitivos: "muchos entornos no se diseñan teniendo en cuenta las sensibilidades sensoriales y no suelen incluir elementos que faciliten la accesibilidad cognitiva, como señalización clara y sencilla y apoyos visuales que ayuden a las personas con autismo a comprender y navegar por los espacios con más facilidad". 

Espacios tranquilos y de escape de la Universidad de Dublín
Imagen extraída de la guía 'Ciudades Inclusivas: entornos amigables con el autismo'

Los diseños suelen ser estandarizados, es decir, que no "permiten ajustes o personalizaciones que puedan adaptarse a las necesidades individuales del espectro autista. La capacidad de modificar la iluminación, los niveles de sonido o la configuración de las salas rara vez se tiene en cuenta en la planificación arquitectónica tradicional", señala, "para superar estas limitaciones es necesario un planteamiento multidisciplinar que incluya, entre otras cuestiones, una mayor formación de los profesionales del diseño, una mejor participación de las personas autistas en el proceso de diseño y actualizaciones de la normativa para incluir disposiciones sobre accesibilidad cognitiva y sensorial. De este modo, las ciudades pueden empezar a crear entornos no sólo accesibles, sino también acogedores y de apoyo, que permitan a las personas con autismo participar plenamente en la vida de la comunidad". 

Las normas de accesibilidad tradicionales se centran  en las barreras físicas, no suelen tener en cuenta las necesidades sensoriales, cognitivas y emocionales 

Un pequeño empujón en favor de la inclusión

La falta de accesibilidad y sensibilidad a la hora de crear espacios amigables para personas con autismo se debe, en la mayoría de las ocasiones, a la falta de conciencia y formación. Los diseñadores y arquitectos no tienen en cuenta las necesidades de las personas con autismo simplemente porque no conoce sus necesidades. 

Más formación en este sentido, les ayudaría a crear espacios amigables y, de ahí la elaboración de esta guía, "dirigida a profesionales de la arquitectura, el urbanismo y el diseño, así como a quienes participan en la rehabilitación de espacios públicos y viviendas. Su objetivo es servir como recurso para, por un lado, sensibilizar sobre sus necesidades, y por otro, orientar la creación de entornos -públicos y privados- que no sólo sean físicamente accesibles, sino también cognitivamente adaptados para las personas en el espectro del autismo. Con esta guía, invitamos a los profesionales y al público en general a comprometerse y aplicar los principios de la guía para conseguir entornos más participativos, inclusivos, comprensibles y amigables para todos y todas".

Imagen extraída de la “Guía de buenas prácticas para una señalización accesible en edificios”, del Grupo de Trabajo Andaluz de Accesibilidad Cognitiva
“Guía de buenas prácticas para una señalización accesible en edificios”

Y en ese ‘todos’ no solo incluye a las personas con autismo, también "a la comunidad en general, incluidos las personas mayores, los niños, las personas con discapacidad y otras personas que se benefician de espacios más claros y navegables. La guía destaca la importancia de la accesibilidad cognitiva, garantizando que los espacios se diseñen de forma que sean fáciles de entender y con los que puedan interactuar las personas con diferencias cognitivas, como las personas con autismo". 

Esta guía aboga, por tanto, por un urbanismo y una arquitectura ‘universalmente accesibles’, que ayuden a su vez, a concienciar y profundizar sobre las necesidades del otro, fomentando la empatía y la acción informada, "con esta guía queremos que se abogue por principios de diseño inclusivo que den cabida a una gama más amplia de la diversidad humana, garantizando que los entornos sean utilizables para todos y todas. Esta guía proporciona directrices específicas sobre cómo hacer los entornos más accesibles y cómodos para las personas con autismo, ofreciendo soluciones prácticas que pueden reducir el estrés y aumentar la autonomía de las personas autistas, permitiéndoles participar más plenamente en la sociedad".

La inclusión y la accesibilidad deben estar en todas las áreas, urbanas y rurales, para garantizar que todas las personas, vivan donde vivan, puedan acceder a servicios y oportunidades

No es más que una herramienta más, y muy poderosa, para lograr un mundo más inclusivo, en el que las personas autistas puedan participar en igualdad, "es importante considerar la inclusión y la accesibilidad en todas las áreas, urbanas y rurales, para garantizar que todas las personas, independientemente de donde vivan, puedan acceder a los servicios y oportunidades necesarios. Esto puede implicar, por ejemplo, garantizar el acceso al transporte público en áreas rurales, o asegurar que las instalaciones y servicios en estas áreas sean accesibles para todas las personas, incluyendo aquellas con autismo", insiste.

Además, ayudará a cumplir con las leyes sobre accesibilidad, que van a ser cada vez más exigente, sobre todo en entornos públicos, "en muchos países, incluyendo España, existe ya la obligación legal de hacer accesibles los espacios públicos a todos los ciudadanos. Por lo tanto, guías como ésta pueden servir de catalizador para un cambio social más amplio proporcionando la adopción de principios de diseño universal". 

Siguiendo estas premisas, desde Autismo España son optimistas, y vislumbran un futuro, con ciudades y espacios cada vez más amigables con las personas autistas, "es cada vez más factible, dada la creciente concienciación y los avances en el diseño urbano inclusivo. A medida que mejoren la comprensión y el reconocimiento de la diversidad humana, es probable que más ciudades adopten estrategias para ser más respetuosas. En la actualidad, contamos con numerosos ejemplos de buena práctica y proyectos piloto como Rumbo que demuestran los beneficios de este tipo de entornos. La promoción, la investigación y la colaboración son elementos fundamentales para acelerar esta tendencia y contribuir en la construcción de una sociedad en la que todas las personas, independientemente de sus características y necesidades, puedan vivir en igualdad de condiciones, con dignidad y respeto".  

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