Los malos resultados de ERC en las elecciones catalanas, donde pasaron de 33 diputados en el Parlament a 20 perdiendo 13, han provocado una crisis interna en el partido. La primera consecuencia de la debacle electoral llegó al día siguiente de las votaciones con el anuncio de Pere Aragonès, que confirmó que no tomará el acta de parlamentario y abandonará la primera línea política. Entonces, la secretaria general del partido, Marta Rovira, anunció su intención de dar un paso atrás, aunque este viernes se ha conocido que será la encargada de coordinar las negociaciones con Salvador Illa y Carles Puigdemont para la investidura del próximo president.
El viceconseller de Estrategia y Comunicación Sergi Sabrià también puso de manifiesto su intención de abandonar su cargo en los próximos meses. Al igual que el presidente del partido, Oriol Junqueras, que comunicó este miércoles su dimisión, aunque no descartaba presentarse a la reelección en noviembre.
En el caso de Rovira, anunció este miércoles a la militancia que no se presentará para revalidar el cargo en el Congreso Nacional de ERC del 30 de noviembre, pero sí se encargará de capitanear esas negociaciones en las que se tratará de formar un Gobierno y cuya decisión final tendrán las bases del partido republicano.
Rovira, que lleva seis años en Suiza, aseguró en una carta que su decisión de no volver a incurrir llega por "coherencia" y porque considera que es hora de un "recambio". La secretaria general puso en valor el trabajo del Ejecutivo republicano, pero reconoció que el ciclo electoral no ha sido bueno para el partido desde las pasadas elecciones municipales, además de las generales y que, por ello, "se necesitan cambios".
Las palabras de Rovira se dieron a conocer minutos después de que Junqueras, presidente de la formación, anunciase que dimitirá del cargo tras las elecciones europeas del 9 de junio para abrir "un periodo de escucha activa" para saber qué espera la militancia de él. Un día antes, el mismo Junqueras había defendido que se sentía con "fuerzas" para continuar liderando la formación republicana a pesar de los resultados electorales. A diferencia de la secretaria general, no ha descartado presentarse para ser reelegido presidente de ERC en el congreso de noviembre.
El último -hasta ahora- en anunciar su decisión fue el viceconseller de Estrategia y Comunicación, Sabrià. Al igual que el resto de sus compañeros, dio a conocer su intención de dejar la política institucional través de una carta a la militancia en la que también aseguró que es hora "de caras nuevas e ideas nuevas". El de Palafrugell (Girona) añadió que está convencido de que el partido cuenta con "una nueva generación preparada para tomar el relevo" y defendió el gobierno de Aragonès, calificándolo de "humilde y generoso".
¿Quiénes podrían ser las nuevas caras visibles de ERC?
Pese a su negativa de volver a presentarse como secretaria general del partido republicano, Rovira finalizará el cargo siendo la que controle todo lo relativo a las conversaciones con el PSC y Junts para formar Govern. Un último paso antes del Congreso del 30 de noviembre.
Según la estructura del Ejecutivo nacional y si Rovira sigue con su plan, la siguiente dirigente que debería encabezar el proyecto republicano es la adjunta a la secretaria general y portavoz parlamentaria de ERC, Marta Vilalta. Además, en los pasados comicios, Vilalta ya fue la número 1 de la lista de Lleida; sin embargo, en dicha circunscripción, los republicanos perdieron dos escaños y más de 15.000 votos respecto a 2021.
Siguiendo la estructura orgánica, el siguiente en el escalón es el conseller de Territorio en funciones, Juli Fernàndez, ya que también es secretario general adjunto, en este caso de Estrategia, Comunicación y Coordinación Institucional. Fernàndez, que fue regidor en Sabadell, ocupaba el puesto número 13 en la lista por Barcelona, quedándose a las puertas de entrar al Parlament si no hubiera renunciado Aragonès a recoger el acta.
En cuanto a la estructura del Ejecutivo actual, la siguiente en línea sería la vicepresidenta del Govern y mano derecha de Aragonès, Laura Vilagrà. Aunque todavía no se ha pronunciado sobre cuál será su papel dentro del partido en un futuro, cuenta con el respeto y la confianza de sus compañeros, que han puesto en valor su trabajo a la hora de gestionar negociaciones determinantes con el Gobierno, como las que hubo para la amnistía o el traspaso de Rodalies a la Generalitat.
Otra figura para tener en cuenta es la del presidente del Consejo Nacional, Josep Maria Jové. El parlamentario era el número 3 en la lista para Barcelona. Quien también se puede postular a encabezar una nueva etapa es la portavoz del partido. Raquel Sans se presentó como cabeza de lista en Tarragona, y a pesar de también perder dos diputados y cerca de 17.000 votos, la republicana ha sido una de las caras más visibles, junto a Vilalta o Vilagrà, de la campaña electoral.
También aparecen nombres que, en un segundo escalón, podrían dar un paso adelante. Por ejemplo, el expresidente de la Mesa del Parlament y conseller de Empresa en funciones, Roger Torrent, quien ha liderado "el proyecto de reindustrializar" Cataluña durante la pasada legislatura. Otro de los nombres más conocidos por el electorado es el de Gabriel Rufián. El diputado en el Congreso difícilmente querrían asumir esta nueva función, pero es otro nombre a tener en cuenta. Finalmente, los nombres de los consellers que han formado parte del ejecutivo catalán durante la pasada legislatura podrían formar parte del tablero.
Más allá de plantear nombres que puedan coger el relevo de Aragonès, Junqueras y Rovira al frente de Esquerra Republicana, lo que está claro es que antes de las elecciones europeas del 9 de junio - dónde Diana Riba y el meteorólogo Tomás Molina encabezan la lista- y de la celebración del Consejo Nacional no se conocerá la nueva cara del partido. Eso sí, en caso de repetición electoral, ERC necesitaría una nueva candidatura, por lo que se podrían acelerar los procesos y ver antes quién encabezará el proyecto.
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