Felipe y Letizia, veinte años después de su boda: del estupor al éxito familiar

Un gesto afectuoso de los recién casados, Felipe y Letizia.
Un gesto afectuoso de los recién casados, Felipe y Letizia.
EFE
Un gesto afectuoso de los recién casados, Felipe y Letizia.

Llovía muchísimo aquel 22 de mayo. En los pueblos y ciudades de provincia, en días de boda, se llevan huevos a las monjas clarisas para que la fe ayude a tranquilizar al clima, si es adverso, y la suerte acompañe a los novios. No consta que nadie en el palacio de la Zarzuela cumpliera con este trámite poco empírico, aunque a la vista del óptimo resultado, bien podría haber sucedido que alguien los llevara a un convento cualquiera de manera anónima. 

Porque los reales contrayentes, aquel aguado día de 2004, siguen veinte años después juntos y contentos, a pesar de lo que ha llovido. Y si bien es dudoso que comieran ni coman muchas perdices, el cuento que comenzó entre un príncipe heredero y una periodista carismática ha proseguido con un fundido en negro y música de violines.

Dicen las crónicas que Felipe de Borbón se quedó prendado de la presentadora de la segunda edición del telediario, Letizia Ortiz, rubia, ojos preciosos, dicción impecable... y asturiana. Aunque los asistentes a la cena en la que se conocieron (a petición de él) no han soltado prenda en 20 años, se cuenta que hubo química entre los dos, como un bosón de Higgs encontrando el universo. El discreto anfitrión, Pedro Erquicia, exjefe de ella, los situó tenedor con tenedor en la mesa. Y así, compartiendo mantel y miradas, se inició uno de los romances más breves, secretos y sorpresivos de la historia reciente.

Aunque los novios trataron de vivir entonces su noviazgo a espaldas del escrutinio general, los rumores, comentarios y especulaciones 'obligaron' a la pareja a anunciar públicamente, seis meses después, que, eso que comenzó en una velada improvisada iba tan en serio como un compromiso de estado. Un asunto oficial que, sin embargo, no evitó el estupor social, una marejada en tierra, un estallido de perplejidad y de dudas. ¿Estaba preparada la dichosa prometida para el futuro que le esperaba?

Fue el 1 de noviembre cuando Felipe y Letizia aparecieron en la puerta del palacio de él, dentro de la Zarzuela, envueltos en la sorpresa mundial que generó su anuncio (el día 6 tendría lugar el compromiso oficial con ambas familias). Él, reflejan las hemerotecas, había lanzado un órdago a sus padres, o era ella o ella. Y la señalada, aunque se resistía, tardaría poco en dejar las cámaras como informadora para convertirse en noticia de muchas ediciones. Una noticia que, lejos de apagarse, se ha ido renovando año a año, como el aire y las estrellas.

Princess Letizia Ortiz and Crown Prince Felipe (Photo by Lalo Yasky/WireImage)
Princess Letizia Ortiz and Crown Prince Felipe (Photo by Lalo Yasky/WireImage)
WireImage

Pocas personas han suscitado tanto y tan pertinaz debate como Letizia Ortiz Rocasolano, hija de periodista y de enfermera, nieta de taxista, divorciada, amiga leal de sus amigos (más aún a día de hoy), perfeccionista hasta el agotamiento, de asombrosa memoria y con discurso propio: lo mismo rapea, que saca los colores a las autoridades por la salud mental, que se pone deportivas porque le duelen los pies, que se lee media Feria del Libro, que baila en un concierto de rock.

Quizás por todo eso, porque no venía de un ambiente refinadísimo, ni de una vida ociosa, ni de un mundo de hadas, Letizia Ortiz se enfrentó a su nuevo destino como San Jorge al dragón: podía salir victoriosa o sucumbir a las llamas.

Superadas dos décadas de aquel paseo desde el altar mayor de La Almudena -vestida ella de Pertegaz, él con uniforme de etiqueta del Ejército de Tierra-, los hechos y su firme voluntad han demostrado que la batalla la ganó San Jorge; que el dragón, el fuego y la contumacia de algunos sectores críticos no solo no lograron derrumbarla, sino que su matrimonio se creció en la la adversidad.

La primera boda real en casi 100 años en España salió bien. Paradójicamente, algunas de las parejas más deslumbrantes invitadas a aquella alfombra roja no han superado estos 20 años: las propias hermanas de Felipe, Elena y Cristina, se han divorciado, la primera hace ya catorce años. Y la segunda ha vivido el paso por la cárcel de su exmarido, Iñaki Urdangarin, lo que provocó un desencanto fatal.

Infanta Cristina en la boda de Letizia y Felipe
La Infanta Cristina y su marido en la boda de Letizia y Felipe. 18 años después están divorciados.
Getty Images

Carolina de Mónaco y Ernest de Hannover (quien no pudo acudir a la ceremonia religiosa por indisposición etílica); Paloma Cuevas y Enrique Ponce; Marta Luis de Noruega y Ari Benh... entre otras, no podrán celebrar sentados en el mismo sofá que hace veinte años vivieron en directo en Madrid una boda real de campanillas.

El nacimiento de sus dos hijas, Leonor (18) y Sofía (17) cuya formación y evolución está demostrando que la tarea hecha en equipo es casi perfecta, ha supuesto una dicha añadida, un mástil con su vela en la dura tarea de reinar. Felipe y Letizia son a partes simétricas reyes y padres. Tras la tormentosa convivencia de los anteriores monarcas, Juan Carlos y Sofía, pasto de los devaneos de él y de la germana paciencia de ella, Felipe VI no quería para sus hijas lo mismo que él vivió. Y esa paz del hogar se entrevé en los rostros y compostura de dos jóvenes que caen bien porque son naturales y creíbles y sobre todo, porque han entendido que su papel es fortalecer la misma monarquía que otros zarandearon.

Este reportaje fotográfico se ha realizado en los Jardines del Moro del Palacio Real, con motivo del 20 aniversario de boda de los reyes Felipe y Letizia.
Este reportaje fotográfico se ha realizado en los Jardines del Moro del Palacio Real, con motivo del 20 aniversario de boda de los reyes Felipe y Letizia.
Casa de S. M. el Rey / EFE

Por eso, incluso las fotos oficiales por el 20 aniversario de su boda, otorgan un papel fundamental a las jóvenes princesa e infanta, con quienes los reyes se fotografían a menudo de manera espontánea y entre las que no hacen diferencias, salvo las estrictamente imprescindibles que marca el futuro de Leonor como sucesora de su padre (como la educación militar).

Este miércoles 22 de mayo se cumplen 20 años de la fecha de la boda entre el rey Felipe VI y la reina Letizia en Madrid.
Este miércoles 22 de mayo se cumplen 20 años de la fecha de la boda entre el rey Felipe VI y la reina Letizia en Madrid.
Casa de S.M. el Rey / EFE

Aunque no son proclives a los gestos afectuosos (mucho menos a los besos en público), ni a mirarse a los ojos, como se presume que hacen los enamorados, la llegada al trono de Felipe, el 19 de junio de 2014, diez años después del 'sí quiero', cimentó aún más sólidamente las bases de su convivencia.

La crisis institucional sembrada por su padre debido a sus problemas con hacienda y a sus relaciones extramatrimoniales dejaba temblando a la institución, solo una retirada a tiempo podía 'salvarla'. Y Juan Carlos dio el paso y el protagonismo a su hijo y a su nuera. Si bien siempre se ha insinuado que el rey emérito no se lleva bien con Letizia, ella ha soportado el testigo que le ha tocado, como consorte y madre de futura reina, de manera honrosa y elegante. Para muchos, incluso brillante.

La llegada al trono fue, además, especialmente para la nueva monarca, un premio a la resistencia de años complejos. La pareja, siempre unida, también debió cruzar su propio desierto con desencuentros, informaciones personales siempre contra ella, maledicencias y penalidades diversas. Pero convertirse en reina asentó la personalidad de Letizia, volcada en el cuidado de sus hijas, en proteger con celo el papel de su marido y en demostrar al mundo que aquella boda de ensueño bajo la lluvia ha servido para callar conciencias y tapar murmullos. Pero colorín, colorado, este cuento aún no ha terminado.

Y llegó el año de la boda. El sábado 22 de mayo de 2004, Letizia Ortiz se casó con don Felipe en Madrid en una mañana lluviosa que no enturbió, de ninguna manera, uno de los días más felices de la nueva princesa de Asturias.
Letizia, vestida de Pertegaz, el 22 de mayo de 2004.
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Periodista Cultural '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Complutense. Trabajé en los principales medios de Aragón (Heraldo, televisión regional, El Día...); en el grupo Hearst: Supertele, Elle, Diez Minutos, Agency Hearst (publicidad editorial). En la editorial Roca. Unidada Editorial: Fuera de Serie.

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