Íñigo Onieva vive uno de los momentos más dulces, al menos, en lo laboral. El marido de Tamara Falcó acaba de inaugurar Casa Salesas, su nuevo restaurante, a cuyo acto multitudinario acudieron sus más allegados, entre ellos su familia y la madre de su chica, Isabel Preysler.
Todo un gesto en señal de apoyo de la 'reina de corazones' hacia su yerno, aunque, por detrás, la historia podría esconder otra cosa bien distinta. Y más si hacemos caso al universo 2.0, el de las redes sociales, tan presente hoy en día en la vida de la gente.
Hay que recordar que Isabel Preysler fue una de las personas más críticas con Íñigo Onieva por su infidelidad a Tamara Falcó. Ahora eso es pasado, pero quizá quede algo en ella que hace que no acabe de ver con buenos ojos al empresario.
Así lo asegura la revista Semana, que deja entrever que la unión de la madre de Tamara Falcó y su marido no sería todo lo idílica que parece. Y, según la publicación, hay un gesto inequívoco que lo demostraría.
Isabel Preysler ha vuelto a las redes sociales para generar un buen tráfico de seguidores. A sus 73 años, cumplidos en febrero, la exesposa del marqués de Griñón y viuda de Miguel Boyer, ha conseguido más de 130.000 admiradores a fuerza de mostrar sus elegantes estilismos. Aunque le queda un largo camino para conquistar el millón largo que tiene su hija Tamara, Isabel avanza segura en su nueva faceta.
Y aquí vendría la clave dejaría al descubierto la verdadera relación entre ella y Onieva. Entre sus seguidores, se encuentra su yerno. Por su parte, la 'reina de corazones' tan solo sigue a 277 personas, entre las que no está Íñigo. Es decir, de momento, no estaría dispuesta a observar los post que hace el marido de su hija. ¿Será un simple despiste o esconderá algo más este gesto?
Comentarios