Psique y Eros, el mito que inspira la historia de amor entre Penélope y Colin en 'Los Bridgerton': el romance entre una humana y un dios

Nicola Coughlan y Luke Newton en 'Los Bridgerton'
Nicola Coughlan y Luke Newton en 'Los Bridgerton'
Cinemanía
Nicola Coughlan y Luke Newton en 'Los Bridgerton'

Ella era una humana. Él un Dios del Olimpo griego. Juntos protagonizarían una de las historias más bonitas de la mitología, que inspiraría innumerables piezas artísticas. Hoy, con motivo del reciente estreno de la tercera temporada de Los Bridgerton, rescatamos el mito de Eros y Psique, del que beben los personajes de Penélope y Colin. 

El mito de Eros y Psique

Psique, condenada a la soledad por su belleza

Psique era la pequeña de tres hermanas. Todas ellas princesas griegas cuya belleza era ampliamente conocida por el pueblo. Las dos mayores se casaron pronto y pronto, también, se fueron a vivir con sus esposos. En casa quedó Psique, y sobre su espalda, el convencimiento de su familia de que -por su excesiva belleza- ningún hombre nunca se atrevería a pretenderla.

En lo alto de los cielos, la diosa Afrodita observaba recelosa como el mundo comenzaba a olvidarse de ella por la belleza de la joven princesa, y cargada de rabia, mandó a su hijo Eros -Cupido en la mitología latina- a clavar una flecha de amor invisible en su corazón para hacer que la joven se enamorase del hombre más horrendo y vil que pudiera existir.

La reunión de Cupido y Psiques.
La reunión de Cupido y Psiques.
MeisterDrucke

Cuando Eros llegó a la tierra a cumplir su misión, quedó asombrado ante tanta belleza, y desobedeciendo a su madre, guardó la flecha y se marchó.

Aceptar su amargo destino

Mientras tanto, los padres de la joven, preocupados por su situación, consultaron al Oráculo de Apolo para determinar qué le depararía el destino, y lejos de encontrar consuelo, el Oráculo predijo que Psique se casaría en la cumbre de la montaña con un monstruo de otro mundo. 

Obedeciendo a las predicciones, Psique y su familia aceptaron amargamente la profecía: la llevaron hasta la cima de la montaña y la abandonaron en llanto para enfrentar su destino.

Allí, sola y desconsolada, la encontró el Céfiro (viento del Oeste), y la elevó por sobre las montañas hasta depositarla en un valle colmado de flores. Al despertar, Psique se adentró en un bosque cercano siguiendo el sonido del agua. Al entrar, encontró un hermoso palacio, de indescriptible lujo y belleza. 

Con el atardecer, llegó una presencia a aquel hermoso jardín. Era el esposo del que había hablado el Oráculo -o eso creía ella-, aunque no era tan monstruoso como se temía. Su voz era suave y amable y sus gestos le hacían sentir tranquila. La única condición para quedarse a su lado, dijo él, es que Psique nunca le viera el rostro, de lo contrario la perdería para siempre. 

La vuelta a la tierra y la curiosidad, su pecado

Así comenzó una historia de amor que duraba lo que las noches, pues al amanecer, Psique se quedaba sola en su palacio. Poco tiempo después, la joven comenzó a sentir una añoranza por su familia y decidió volver a visitarles. Fue, de nuevo Céfiro, quien por petición de su marido, la llevó a la cumbre de la montaña donde la habían abandonado, y desde allí, Psique caminó hasta su casa. 

Cuando a su regreso, confesó a sus hermanas -repletas de envidia por la felicidad de Psique- que nunca había visto el rostro de su marido, estas la convencieron para romper su promesa con él: debía ocultar una lámpara y durante la noche, mientras él dormía, prenderla para así ver su rostro.

Amore e Psiche (1707–09)
Amore e Psiche (1707–09)
Giuseppe Crespi / Wikimedia Commons

Así fue. A su regreso, Psique siguió el plan de sus hermanas y descubrió, que junto a ella se acurrucaba un hombre de gran belleza. De un susto, Eros despertó, y cumpliendo su amenaza, huyó en el acto para no volver jamás. 

Su castigo eterno

Tras su pecado, el destino de Psique se tornó solitario y cruel. Ella vagaba por el mundo perseguida por la envidia de Afrodita, que la encerró en su palacio y la atormentó de todas las formas posibles. 

Una vez, la hizo descender a los infiernos en busca de un frasco de agua de juvencia que debía entregar sin abrir, y una vez más, la curiosidad pudo con Psique, que al abrir el frasco quedó sumida en un profundo sueño.

Matrimonio de psique y Eros
Matrimonio de Psique y Eros
Francois Boucher

Por su parte, Eros no lograba olvidarla. Al enterarse de que estaba sumida en un sueño eterno, no aguantó las ganas de recuperarla: voló hacia ella y la despertó de un flechazo. Después rogó a Zeus que le permitiese casarse con la mortal y el rey del Olimpo le concedió el deseo: otorgó a Psique la inmortalidad, apaciguó la cólera de Afrodita y ordenó el casamiento de ambos, que duraría para siempre. 

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