Somos más pobres y, al parecer, la inmigración es un dato importante para que esto sea así. Al ser más a repartir, lógicamente tocamos a menos, ya que los inmigrantes rara vez tienen el detalle de traer en sus maletas la fortuna del sultán de Brunei. Sin embargo, sus hijos pagarán nuestras pensiones mañana, de modo que podríamos considerar que, como sociedad, les estamos haciendo un préstamo interesado que a la larga nos resultará muy ventajoso.
Dicho de otra forma, no hacemos caridad, simplemente invertimos en nuestro plan de pensiones. Como dijo Marx: «Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero, pero cuestan tanto...». La frase es marxista, pero del gran Groucho, naturalmente.
Es el único Marx al que hoy se sigue citando constantemente, porque del otro parece que ya nadie se acuerda. Así que, además de pobres, también nos hemos vuelto desmemoriados.
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