OPINIÓN

Hasta los huevos del plástico

En verano hay que hidratarse más.
Un hombre bebe agua embotellada.
Freepik
En verano hay que hidratarse más.

Científicos de la Universidad de Nuevo México han detectado "niveles significativos" de microplásticos en los tejidos testiculares de humanos y perros. Curiosamente, nuestras queridas mascotas tienen tres veces menos plásticos en los testículos que nosotros por la sencilla razón de que comen mejor; o, al menos, sus alimentos y bebidas no están tan plastificados como los nuestros.

Como ha señalado el profesor de Economía Circular en Harvard, Manuel Maqueda, "una civilización inteligente no pondría su comida y su bebida en plásticos", un material que puede ser fabricado, bajo secreto industrial, con 10.000 aditivos tóxicos diferentes.

Es un problema para la salud humana del que nadie quiere hablar, pues detrás de él bascula nuestra economía, tanto alimentaria como industrial. Cada año producimos en el mundo 400 millones de toneladas de plástico, de los que, digan lo que digan, se recicla una mínima parte. Luego están locuras como la del agua embotellada, con muchos más microplásticos que el agua de grifo, mil veces más cara y 1.400 veces más contaminante, pero cuyo consumo se ha disparado un 50 % en la última década.

No somos tan inteligentes como parecíamos. No parece buena idea acumular microplásticos en nuestros testículos, placentas, sangre, pulmones, corazón e incluso cerebro, ajenos a las reacciones tóxicas que estas sustancias puedan provocarnos a la larga. Son cantidades tremendas.

Al día respiramos, comemos y bebemos entre 3 y 5 gramos de diminutas partículas plásticas, el peso de una tarjeta bancaria. Todo por culpa de esa comida rápida, esa moda rápida, esa economía rápida de usar y tirar que está plastificando el planeta y nos mata rápido. ¿A cambio de qué? Sigo sin ver las ventajas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento