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Comportamiento felino: ¿por qué los gatos comen tantas veces al día?

El estómago de los gatos es, en promedio, del tamaño de una pelota de ping-pong.
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Los gatos son animales que presentan un patrón de alimentación particular, caracterizado por la ingesta de varias comidas pequeñas a lo largo del día. Entender por qué los gatos prefieren comer varias veces al día nos permite ofrecerles una mejor calidad de vida y fomentar una relación más positiva con ellos.

Existen varios estudios científicos (Rogues y equipo, 2020) que han demostrado que cuando se les da acceso libre a los alimentos, los gatos prefieren consumir múltiples comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de un único atracón. En promedio, un gato puede comer hasta 15 veces diarias. Este patrón de alimentación se debe a varios factores, entre ellos el tamaño reducido de sus estómagos, del tamaño aproximado de una pelota de ping-pong. La ingesta de pequeñas porciones les permite digerir mejor y evitar problemas digestivos.

Además, este comportamiento está relacionado con las señales de saciedad o plenitud posprandial, que son las sensaciones que experimentan después de comer, ayudándoles a regular su consumo de alimentos. La facilidad de acceso a la comida y la calidad de los mismos también influyen en la frecuencia y cantidad de las ingestas.

La asociación entre el alimento y el consumo de agua

Los gatos tienen una tendencia natural a asociar su ingesta de agua con su ingesta de alimentos. Debido a su baja propensión a beber agua por sí mismos, dividir la ración diaria de alimentos en múltiples comidas pequeñas puede ser beneficioso para su hidratación general y salud urinaria.

De hecho, se ha observado y documentado en estudios (Finco y equipo, 1986) que los gatos que tienen acceso a alimento de forma limitada, por ejemplo solo durante una hora al día en comparación con tenerlo disponible todo el tiempo, terminan consumiendo menos alimento pero también beben menos agua y orinan menos.

Esta conducta favorece la formación de cálculos urinarios, ya que se concentran los minerales y sustancias en la orina, facilitando su cristalización. Por lo tanto, es importante garantizar que los gatos tengan acceso constante a agua fresca, y que puedan consumir suficiente líquido junto a su alimento habitual.

Instinto en el comportamiento alimenticio

El comportamiento de comer varias veces al día también tiene raíces en los instintos depredadores de los felinos domésticos. En la naturaleza, los gatos cazan y consumen varias presas pequeñas a lo largo del día, como pájaros, reptiles y roedores. Este instinto permanece en los gatos caseros, que prefieren imitar este patrón de múltiples comidas pequeñas en lugar de grandes comilonas esporádicas.

Hay investigaciones que han mostrado que los gatos pueden ajustar la cantidad de energía que consumen. Lo hacen comiendo porciones más pequeñas en lugar de comer menos veces al día, incluso cuando se cambia la composición de sus alimentos, por ejemplo, añadiendo más grasa o fibra. Esto significa que los gatos tienen la capacidad de regular cuánto comen basándose en cuándo se sienten llenos, aunque puedan comer mucho en algunas situaciones específicas (Gezici y Eken, 2001).

Naturalización ambiental

Relacionado con los instintos naturales, permitir que los gatos de interior tengan acceso a una mayor frecuencia de comidas al día también les ofrece la oportunidad de mostrar comportamientos naturales tal como lo hacen para sobrevivir en la naturaleza, lo que disminuye la frustración y mejora su bienestar mental.

De hecho, podemos aprovechar esta necesidad natural para proporcionarles oportunidades para jugar y obtener su alimento, satisfaciendo sus instintos depredadores. En hogares con varios gatos, se ha observado que limitar drásticamente la cantidad de alimento y la frecuencia de comidas aumenta los comportamientos de agresión entre ellos.

Los comederos lentos pueden resultar útiles como estimulación ambiental y proporcionar a los gatos un desafío para 'capturar' su alimento.
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Impacto en la relación entre el humano y el gato

Curiosamente, el hábito de alimentarse con mayor frecuencia parece haber fortalecido la relación entre gatos y humanos a lo largo de nuestra coevolución. Alimentar a un gato varias veces al día aumenta las interacciones positivas y reduce la agresión y el estrés felino. Estudios científicos, como el realizado por Kienzle y Bergler en 2006, han detectado que, para los gatos domésticos, el tiempo dedicado a darles de comer es considerado un momento de comunicación con los humanos. Esta acción, por lo tanto, contribuye a construir una relación afectiva.

Por el contrario, limitar la cantidad de comidas puede deteriorar la relación y desencadenar comportamientos agresivos. No obstante, es importante recalcar que el patrón de alimentación de los gatos puede variar según la raza, la edad, el sexo o el estilo de vida.

Para asegurar unos hábitos de alimentación adecuados y tener un gato saludable, es fundamental acudir a un veterinario. El profesional podrá proporcionar recomendaciones personalizadas basadas en el historial clínico del animal y sus necesidades específicas.

Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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