Casi nadie habla de ello... pero es importante: estos son los temas 'secundarios' para la UE que pasan de puntillas en campaña

El rango de fechas para las votaciones las decide el Consejo Europeo, generalmente a finales de mayo o principios de junio, y dentro de ese periodo, cada país miembro elige el día de la semana en que se celebrarán las elecciones en su territorio.
Elecciones europeas.
© European Parliament / Flickr/ CC BY-NC-ND 2.0
El rango de fechas para las votaciones las decide el Consejo Europeo, generalmente a finales de mayo o principios de junio, y dentro de ese periodo, cada país miembro elige el día de la semana en que se celebrarán las elecciones en su territorio.

Hay silencios que son reveladores; hay temas que no ocupan un espacio en primera línea del debate pero no por ello son menos importantes, y eso sucede por ejemplo en la campaña de las elecciones europeas que están a la vuelta de la esquina (del 6 al 9 de junio): algunos asuntos son relevantes para el futuro de la UE pese a que los candidatos no los mencionen apenas en sus discursos, bien porque no hay espacio o bien porque no son atractivos para atraer el voto. No obstante, en la agenda de la Unión tiene que haber hueco para todo. 

¿Cuáles son esos temas? El acuerdo con Mercosur, la evolución de la IA, la nueva ley electoral europea o la lucha contra la corrupción, una vez que el Parlamento Europeo taponó rápido y bien la situación con el Qatargate. A esto se añaden otros como la importancia de las regiones, la vivienda o el impulso a la digitalización.

La IA, un reto constante

La IA se ha convertido en una prioridad para la UE, pero no se habla tanto de que es un tema sobre el que habrá que seguir tomando medidas; la normativa tiene que evolucionar a medida que lo hace el sector. De todos modos, la Unión ha aprobado la primera legislación mundial para regularla. Quienes han seguido de cerca estos pasos, eso sí, reconocen que es una norma "abierta" porque depende de cómo cambie la IA. Una cuestión de adaptación, algo que la Unión Europea conoce bien; va dentro de su razón de ser.

Las nuevas normas prohíben determinadas aplicaciones de la IA que amenazan los derechos de los ciudadanos, como los sistemas de categorización biométrica basados en características sensibles y la extracción no selectiva de imágenes faciales de Internet o de grabaciones de CCTV para crear bases de datos de reconocimiento facial. También se prohíben el reconocimiento de emociones en el lugar de trabajo y en la escuela, el scoring social, la actuación policial predictiva (cuando se basa únicamente en el perfil de una persona o en la evaluación de sus características) y la IA que manipula el comportamiento humano o explota las vulnerabilidades de las personas.

En esta ley pionera a nivel global también se prevén obligaciones claras para otros sistemas de IA de alto riesgo (debido a su importante perjuicio potencial para la salud, la seguridad, los derechos fundamentales, el medio ambiente, la democracia y el Estado de Derecho). Algunos ejemplos de usos de alto riesgo de la IA son las infraestructuras críticas, la educación y la formación profesional, el empleo, los servicios públicos y privados esenciales (por ejemplo, la sanidad o la banca), determinados sistemas de aplicación de la ley, migración y gestión de fronteras, justicia y procesos democráticos (por ejemplo, influir en las elecciones). Con todo, para las elecciones no es un tema que atraiga mucho a los votantes.

Mercosur y una cuenta pendiente eternamente

El acuerdo UE-Mercosur lleva 20 años en el cajón y no se va a desempolvar, pero es clave para entender las relaciones entre el bloque comunitario y América Latina. Aunque los vínculos se han intentado retomar hechos como las protestas de los agricultores hacen que haya vuelto el silencio, sobre todo porque países como Francia se oponen a cerrar el pacto. Otros como España o Portugal se postulan a favor. 

Lo que un día fueron acuerdos a título individual con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, el 15 de diciembre de 1995 se convirtió en un Acuerdo Marco Interregional de Cooperación entre la Unión Europea y el Mercado Común del Sur, conocido como Mercosur. Tras veinte años de mucha política y cientos de negociaciones, la zona libre de cambio, que abarcaba 580 millones de personas, pasó a englobar, en 2019, a cerca de 800 millones de personas. Ese cara a cara genera también recelos en el lado americano, con Brasil insistiendo en la necesidad de que haya "igualdad de condiciones". La luz verde, por tanto, queda todavía muy lejana porque este pacto salpica demasiados temas y sectores que sí son decisivos para el futuro cercano de la UE.

A la espera de una ley electoral europea

En las elecciones europeas hay 27 comicios diferentes en los 27 Estados miembros y eso sucede porque hay países, entre ellos España, que no han transpuesto la decisión del Consejo del 2018 de reformar el Acta Electoral que desde 1976 fija cómo se elige a los diputados del Parlamento Europeo. Y eso es un problema, porque la UE sigue sin alcanzar la uniformidad en un asunto decisivo. Entre las modificaciones incluidas se encuentra la imposición de un umbral electoral mínimo, que debe situarse entre el 2% y el 5% de los votos, para todas las circunscripciones que asignan más de 35 escaños, como ocurre en España. Para las elecciones europeas de 2029 está previsto que sí se puedan aplicar estas bases... si los países miembros se dan por fin prisa.

Sin paliativos frente a la corrupción

Tampoco se hablará en campaña de un hecho que fue importante en la legislatura: el Qatargate. Con una (entonces) vicepresidenta del Parlamento Europeo directamente implicada, Eva Kaili, parecía que el terremoto iba a ser mayor, pero la reacción de la Eurocámara estuvo a la altura con una batería de medidas para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas. La institución taponó rápidamente la herida y el tema ya no es importante para la campaña electoral. La lucha contra la corrupción es algo permanente, pero la imagen del Parlamento sigue intacta y de hecho según los sondeos es la institución de la UE que más confianza genera entre los ciudadanos.

¿Una reforma de los Tratados?

Mucho menos sexy todavía es hablar de una reforma de los Tratados, un debate que suena lejanísimo para el votante medio pero que puede ser necesario sobre todo en lo referente a la ampliación de la UE. "El Tratado actual todavía se puede ensanchar más en caso de una ampliación", avisan las fuentes consultadas por 20minutos. Pero todo depende de cómo se diera esa ampliación. Además de la cuestión de los fondos, la UE necesitaría trabajar en otros frentes como el fin de la regla de la unanimidad. Cada vez son más las voces que apuntan que si ya es complicado poner de acuerdo a 27 Estados miembros la cuestión se tornaría todavía más difícil con 32 o con 35 llegado el caso. Por eso podría imperar el voto por mayoría cualificada en cuestiones clave como las sanciones o la política exterior.

El actual Tratado, el de Lisboa, entró en vigor en el año 2004, justo cuando también se produjo la última gran ampliación de la UE. Desde entonces la Unión ha tenido que afrontar varias crisis consecutivas: la recesión del 2008, la crisis migratoria del 2015, la pandemia de Covid y la invasión rusa de Ucrania, con todas las consecuencias que todo eso ha tenido para el bloque. Los más favorables a una reforma de los Tratados aseguran que es una cuestión "de adaptarse a los tiempos", algo por lo que aboga desde hace mucho ya el Parlamento Europeo. ¿Dónde está el problema? En que para un nuevo Tratado hace falta unanimidad, y esta está lejana ahora mismo.

Una cuestión de competencias

La Unión Europea quiere y debe revisar también sus competencias, porque si lo hace podrá abarcar asuntos que ahora se quedan fuera de su margen de maniobra, como puede ser el de la vivienda o el de la lucha contra la pobreza. En el plano sanitario, por ejemplo, algunos eurodiputados recuerdan que apenas había capacidad para reaccionar "y se encontró la manera" cuando llegó la pandemia. Eso puede ser extensible a otros temas. La UE tiene que trabajar también de puertas hacia dentro, con temas que no copan portadas porque no por eso son menos importantes.

Tres preguntas a... Ibán García del Blanco (PSOE)

¿La inteligencia artificial es un riesgo o una oportunidad?
Creo que es fundamentalmente una oportunidad que por su dimensión conlleva riesgos y tenemos que afrontarlos. Entre riesgo y oportunidad me quedaría más con lo segundo.

Usted ha comentado que estamos ante una realidad completamente nueva, ¿cómo le explicamos al ciudadano medio esa realidad?
Hay que contar exactamente lo que es: una tecnología que no es nueva pero que sí ha llegado a un punto de maduración que la hace parecer muy revolucionaria. Técnicamente es más potente de lo que fue en el pasado y se está aplicando ya de forma muy generalizada. La tenemos presente de una manera o de otra; eso nos va a crear riqueza, oportunidades y se calcula que la productividad mundial se va a multiplicar por siete pero al a vez tenemos que tener cuidado y para eso en la UE estamos intentando anticiparnos para protegernos frente a esos riesgos. Hay que dar tranquilidad a los ciudadanos.

¿En qué sentido hay que regular la IA?
Hay dos maneras de afrontarlo. Con una estrategia de inversión y de investigación, y eso le corresponde a las instituciomnes y tenemos que tener una regulación que mire los ámbitos en los que se pueda usar esa IA. La ley lo que hace es un planteamiento de riesgo alrededor del uso de la IA, y establece diferentes gradaciones. Al mismo tiempo también marca una serie de obligaciones en cuanto a que las empresas o los actores implicados den una información suficiente a toda la población sobre cómo funciona y cómo le puede afectar.

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