El Mediterráneo también tiene arrecifes de coral en serio peligro por el cambio climático: "Hay un colapso poblacional del 90%"

Mapa de los corales, en riesgo por la crisis climática, en el Mediterráneo
Mapa de los corales, en riesgo por la crisis climática, en el Mediterráneo
Carlos Gámez
Mapa de los corales, en riesgo por la crisis climática, en el Mediterráneo

Un arrecife es un hábitat marino rocoso formado por sustratos de origen geológico o biogénico (corales o moluscos), sumergidos al menos en la marea alta, que puede extenderse fuera del agua formando acantilados costeros o situarse mar adentro en aguas profundas. 

Los arrecifes de coral no solo existen en lugares tropicales, el Caribe o Australia. Allí están los más vistosos por las barreras kilométicas que llegan a formar. Pero también existen en el Mar Mediterráneo donde estos organismos, sobre todo el coral rojo (Corallium rubrum) y la gorgonia (Paramuricea clavata), forman bosques submarinos que proporcionan refugio y alimento a muchos seres vivos. Sin embargo, los científicos están dando la voz de alarma porque estos corales están sufriendo la peor mortalidad masiva a causa de las olas de calor marinas fruto de la actual crisis climática. 

"A las profundidades que encontramos corales en el Mediterráneo (10/15/20 metros) antes era era muy raro que subiera la temperatura por encima de 25 grados, pero en los últimos 20 años cada vez más frecuente. Ahora, cerca de la superficie todos los veranos hay varios días con olas de calor marinas", explica Daniel Gómez-Gras, doctor en Biología por la Universidad de Barcelona, experto en documentar el efecto del cambio climático en los coralígenos y miembro de MedRecover, un proyecto para la conservación del Mediterráneo. Este experto ilustra lo que sucede con un ejemplo que advierte es "algo bestia, pero eficaz": "Si pensamos que el covid ha sido brutal, y no ha matado ni a 1% de la población, con los corales del Mediterráneo se está dando una mortalidad en masa con colapsos poblacionales del 90% en algunos sitios".

Los arrecifes en España son hábitats fundamentales porque consiguen reunir hasta 1.800 especies vegetales y animales en sus cercanías, y sirven de refugio contra los depredadores a muchos peces infantiles. Su existencia es, en sí misma, un indicador de la buena calidad del agua

Gómez-Gras explica que los corales que habitan las aguas templadas, las caribeñas y australianas, se alimentan a través de los tentáculos, tomando  nutrientes del agua, pero ante la escasez de comida, desarrollan una simbiosis con un alga unicelular, la zooxantela, que le procura color energía a través del sol, gracias a la fotosíntesis. El calentamiento excesivo del agua fruto del cambio climático causa allí un fenómeno muy vistoso, el "blanqueamiento", que se produce cuando el agua en exceso cálida mata a las zooxantelas y anuncia que los corales se quedan sin nutrición y morirán. 

"Estamos hablando que en una zona donde han tardado 80 ó 100 años en crearse un arrecife, en una sola ola marina se mueren todos los corales", asegura Gómez-Gras. Sin embargo esta señal de alarma de los arrecifes tropicales, el blanqueamiento, no se da en el Mediterráneo, porque aquí las especies de coral no necesitan hacer la simbiosis con el alga, pero el calor los mata igual. "Mueren directamente con una pérdida de tejido y esqueletos expuestos".

Las especies que viven en el Mediterráneo son, principalmente, las gorgonias y el coral rojo, cuyo esqueleto se utiliza para hacer magníficas joyas. Su presencia es destacable en aguas de Illas Medas, Cap de Creus, Mallorca, Ibiza, Islas Columbretes (Castellón), Cabo de Palos (Murcia).

Los resultados de un estudio reciente firmado entre otros por el biólogo de la UB Gómez-Gras pone de relieve los efectos devastadores del cambio climático en el coralígeno que, según avanzan los autores, "se verá gravemente comprometido en un futuro próximo por culpa de las olas de calor marinas".

La amenaza del cambio climático

Los primeros eventos de mortalidad masiva de coral en el Mediterráneo empezaron en 1999-2003 y fueron documentados por el biólogo Joaquim Garrabou, mentor de Gómez-Gras. El siguiente episodio se dio diez años después, "pero la locura ha venido en los últimos años (2015/2020) con olas de calor marinas en todo el Mediterráneo, incluso en Costa Brava que hasta ahora se mantenía fría".

La conservación de estos arrecifes de coral superficiales resulta fundamental, reivindican los biólogos. Estas especies permiten que se asienten larvas de otras y crean un ecosistema a su alrededor complejo que atrae a juveniles e incluso langostas.

Coral rojo decomisado en Cap de Creus.
Coral rojo decomisado en Cap de Creus.
GENCAT

"La solución es cambiar el modelo para reducir la emisión de gases de efecto invernadero", defiende Gómez-Gras, "cualquier otra medida no servirá para nada", advierte. "Estamos perdiendo los corales superficiales, los de aguas más profundas no lo sufren tanto, pero se ha probado que la la restauración de estos ecosistemas no sirve si no eliminas el impacto del problema principal. "Es como si en casa hay una gotera y estropea una silla y cambias la silla todo el tiempo. en vez de arreglar la gotera".

Otras amenazas: el plástico o pesca furtiva

El experto en corales del Mediterráneo señala que hay otras amenazas que se ciernen sobre el medio marino. Les afecta la contaminación de origen industrial y urbano, vertidos de hidrocarburos o de plásticos, la construcción de infraestructuras costeras, desarrollo urbanístico desmesurado. También la creación de playas artificiales, las granjas de engorde de pescado, las plantas desalinizadoras, los campos eólicos marinos, el desarrollo de la industria del buceo o la proliferación de motos acuáticas.

Cuando se generalizan de forma abusiva y actúan todas ellas de forma sinérgica, se suman al conjunto de agresiones y provocan un impacto añadido. Por ejemplo, las granjas de engorde de pescado les afectan debido a la acumulación de los restos del alimento y a la deposición de heces. Otro ejemplo lo constituye la recolección del dátil de mar (Lithophaga lithophaga), cuya captura es totalmente ilegal. Para la recogida de esta especie es preciso romper las rocas, en el interior de las cuales vive, por lo que su captura ocasiona importantes destrozos.

¿Qué se puede hacer para proteger los arrecifes?

Los expertos señalan que atenuar o eliminar el cúmulo de agresiones que sufren en parte mediante la concienciación ciudadana y garantizar el cumplimiento de una legislación muy estricta que restrinja todas las actividades generadoras de impactos ayudaría a proteger los hábitats.

Reciclar bien la basura (especialmente los plásticos) para evitar que se vuele o llegue a los ríos y a los océanos, es algo tan fácil como importante. Evitar la pesca de arrastre por encima de 50 metros en las zonas sensibles, mejoras de las redes de alcantarillado para evita fugas o limitar el número de buceadores por día en zonas frágiles como los bosques de gorgonias, son más medidas posibles.

Gómez Gras añade como medida dejar de comprar pendientes de coral rojo. "Así se frenaría la pesca del coral rojo, porque lo poco que hay se muere. Intentar no adquirir estos productos, ayudaría".

El gran blanqueamiento mundial

El objetivo que persiguen los científicos es evitar que ocurra con los corales del Mediterráneo lo que sucede en aguas más cálidas, donde ya se han perdido el 50% y el 90% pueden desaparecer en 2050 si no se frena el calentamiento global, según ha advertido la ONU.

En el último año las temperaturas de los océanos se han disparado, en parte por la actividad humana e industrial, lo que está propiciando el cuarto blanqueamiento del coral marino, el más grande jamás registrado, según han alertado los científicos. Los anteriores fueron en 1998, cuando el 20% de las zonas de arrecifes del mundo sufrieron blanqueamiento por estrés térmico, en 2010 fue el 35% y en 2017 ya era el 57% de arrecifes.

El Síndrome blanco en corales del sur de Quintana Roo, Yucatán y Belice.
El Síndrome blanco en corales del sur de Quintana Roo, Yucatán y Belice.
Conabio / EFE

“Es necesaria una acción mundial urgente para reducir futuros episodios de blanqueamiento, provocados principalmente por las emisiones de carbono", alertaron entonces los científicos. De no hacerlo, dijeron, estos arrecifes, criaderos de una cuarta parte de toda la vida marina, corren el riesgo de convertirse en una de las primeras y más importantes víctimas ecológicas del calentamiento global.

'Crabfinder', un juego para crear conciencia marina

Precisamente para crear conciencia sobre la contaminación marina y el peligro que supone para muchos seres vivos, los alumnos del Grado en Creación y Narración de Videojuegos de la Universidad Francisco de Vitoria han desarrollado un newsgame disponible de manera gratuita para dispositivos Android llamado 'Crabfinder' que tiene como protagonistas a los cangrejos ermitaños, que han sido observados usando como conchas basura plástica

El juego emula una aplicación de citas para cangrejos, al tiempo que denuncia la creciente presencia de plásticos en los oceános.  Los estudiantes que han desarrollado el videojuego con la ayuda de Belen Mainer, directora del grado, son: Yago Reyero; Daniel de Linos; Roberto del Saz; Álvaro Pineda; Pablo Guix e Iván Granizo.

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