Nacida a principios de los años sesenta, Foster era solo una niña cuando la llevaron de la mano a participar en un programa de El show de Doris Day. Fue aquel su primer contacto con las cámaras y los platós pero, desde luego, no fue el último.
Durante los años setenta su presencia en televisión fue constante y en ascenso, apareciendo como extra (extra con frase, a veces) en infinidad de series. Podemos anotar, como curiosidad, que incluso fue la actriz de doblaje responsable de ponerle voz a Pugsley Addams en la serie de animación de 1973. Al acabar la década, ya había conseguido incluir en su haber títulos del calado de Paper Moon o, por supuesto, Taxi Driver, donde hizo el que tal vez siga siendo el papel más polémico de su carrera al ponerse en la piel de una niña prostituida. Sin embargo, fue en 1991 cuando interpretó el papel por el que la mayoría del público la recuerda: el de Clarice Starling en El silencio de los corderos, junto a Anthony Hopkins.
Ganó por aquel papel el que fue su segundo Oscar a mejor actriz principal, tras haberlo conseguido ya en 1989 con Acusados, y solo tres años después volvió a estar nominada en la misma categoría por su papel en Nell, que protagonizó junto a Liam Neeson. Hemos tenido que esperar casi treinta años para volver a verla desfilar por la alfombra de los nominados en la gala de los Oscars aunque, esta vez, como actriz secundaria, por su interpretación en Nyad.
Entre ambas nominaciones, la de Nell y la de Nyad, un abanico de cintas que abarcan desde el thriller hasta la comedia romántica o el cine familiar con la ejecución digna de una actriz que ha alzado dos veces el premio de la Academia.
Imposible olvidar que fue coprotagonista en el que casi fue el debut de Kristen Stewart en cine, cuando ambas interpretaron a madre e hija en La habitación del pánico, o su participación en la entrañable La isla de Nim. Y aunque, a partir de 2010, es cierto que su producción cinematográfica vino a darse más pausada, todavía nos ha podido sorprender con estrenos, demás de Nyad, como Hotel Artemis (2018), The Mauritanian (2021) o Elysium (2013), en la que interpreta a una suerte de villana que gobierna con mano de hierro para mantener la lujosa vida de las clases altas en una Tierra devastada y superpoblada. El mismo año que se estrenaba Elysium, Foster decía públicamente que es gay y se lamentaba, también, de que hiciera falta decirlo públicamente.
La veterana actriz se mantiene en un plano discreto, alejada del foco tanto en cámara como en redes, de las que dice, tal como recogió Clarín, que «hay que salir para priorizar la vida». Eso sí, este año ha estrenado serie en streaming, en la cuarta temporada de True Detective, que ha contado en sus temporadas anteriores con un elenco estelar formado por intérpretes de la talla de Matthew McConaughey, Colin Farrell o Rachel McAdams. Foster se mete en la piel de Liz Danvers, la protagonista de esta cuarta entrega de la antología de HBO.
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