Barcelona

Los Mossos recuperan dieciséis motos robadas y detienen a ocho personas en las últimas dos semanas

Coche de los Mossos d'Esquadra.
Europa Press

Los Mossos d'Esquadra han recuperado dieciséis motocicletas en dos semanas gracias al dispositivo Senda. En dicha operación, la policía ha detenido a ocho personas. Los Mossos activaron este dispositivo el 16 de mayo para reforzar la seguridad con más controles policiales en la calle y en talleres, además de prevenir e investigar este tipo de delitos. 

En este tiempo, se han controlado hasta 1.331 motos. El dispositivo se mantendrá los próximos meses y se irá desplegando en diferentes zonas de Barcelona. En 2023 se robaron 2.587 motos en la ciudad y un 40% se pudieron recuperar. Se detuvo a 119 personas por robo y hurto de uso de vehículo y, de estas, 83 habían sustraído motocicletas.

Según los Mossos, el principal objetivo de este dispositivo es generar inteligencia policial para conocer más y mejor este fenómeno, y poder incrementar las detenciones, detectar los lugares donde se producen los hechos e identificar talleres de reparación que actúan como receptores de piezas robadas. El cuerpo policial calcula que el 93,4% de los robos se registran en la calle y el distrito del Eixample es la zona más afectada.

A raíz del dispositivo Senda se ha detenido a ocho personas. Una de ellas fue por requerimiento judicial, dos por robo y hurto de uso de motocicleta, una por robo con fuerza en el interior de un vehículo y requerimiento judicial; otra por quebrantamiento de condena y tres más por hurto.

También se realizaron tres inspecciones administrativas en talleres de reparación de motocicletas en el distrito de Nou Barris, donde se levantaron actas administrativas por infracciones por parte de la Guàrdia Urbana de Barcelona y la Unidad Regional de Medio Ambiente de los Mossos. Inspección de Trabajo también levantó acta porque dos trabajadores no tenían el contrato de trabajo vigente.

Modus operandi

El cuerpo policial apunta que estos robos se cometen, por un lado, para llevar a cabo otros hechos delictivos; y, por otro, para revender las motos a terceras personas o grupos criminales, ya sea íntegramente o por piezas.

Para robar las motos, los autores suelen tomar vehículos que tengan las llaves puestas por descuido del propietario o bien directamente cargándolas en furgonetas. A veces las dejan aparcadas un tiempo para averiguar si llevan algún dispositivo de seguimiento. Si confirman que no lo tienen, las llevan a desguazar en una nave industrial o un taller mecánico en el área metropolitana. Una vez desguazada, las piezas se revenden o se trasladan a otros países europeos o del Magreb en camiones de mercancías o furgonetas.

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