Más de un tercio de los hogares españoles se encuentran en edificios 'poco o nada' accesibles, según un estudio

Una mujer en silla de ruedas se dispone a coger un ascensor.
Una mujer en silla de ruedas se dispone a coger un ascensor.
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Una mujer en silla de ruedas se dispone a coger un ascensor.

Más de un tercio (34,3%), es decir, 6,45 millones, de los hogares españoles están en edificios “poco o nada” accesibles, según desprende el estudio ‘Más allá del ascensor. Movilidad accesible y barreras en edificios y vivienda’, el cual integra diferentes perspectivas sobre la movilidad y accesibilidad en la vivienda en España, de la empresa de ascensores OTIS e ILUNION Accesibilidad.

Actualmente, solo el 20,8% de las viviendas están preparadas para las condiciones propias del envejecimiento, según el estudio. Así, los dos factores que resultan determinantes en la probabilidad de que el edificio sea considerado accesible por sus residentes son la antigüedad de construcción del edificio y el nivel de ingresos de las personas.

En cuanto a la antigüedad y la accesibilidad, el estudio revela que un 9,8% de los edificios residenciales construidos después de 2010 se perciben como no accesibles, porcentaje que asciende al 28,7% entre los unifamiliares.

Con respecto al nivel de renta, cuanto mayores son los ingresos, mayor es la accesibilidad percibida de las viviendas situadas en bloques de pisos. En los bloques, la proporción de viviendas situadas en edificios con ascensor pasa del 57,6%, cuando los ingresos mensuales netos del hogar son inferiores a 1.000 euros, al 82,8%, cuando los ingresos netos superan los 2.500 euros mensuales, según argumenta el trabajo.

Igualmente, el régimen de tenencia es otro factor “clave”. Los hogares en bloques de viviendas de tres o más alturas en régimen de alquiler tienen ascensor en un 62,7% de los casos, por debajo de las viviendas propias por compra. También, se observa que la probabilidad de que el edificio sea considerado accesible aumenta según lo hace el tamaño del municipio donde está situado, según afirma el análisis.

Grupos más afectados

Las mujeres y las personas mayores de 65 años son los grupos de población que “más sufren” por la falta de accesibilidad en las viviendas. De acuerdo con el estudio, cerca del 30% de la población de más de 65 años vive en viviendas sin ascensor, generando una “importante” barrera de movilidad y autonomía de estas personas.

En cuanto a las diferencias de género, las mujeres tienen “más probabilidades de experimentar limitaciones graves” en su actividad diaria relacionadas con la accesibilidad, por su mayor esperanza de vida.

Al mismo tiempo, se enfrentan en mayor medida a estas barreras, dado que son las principales responsables de tareas de cuidado, según argumenta el trabajo. Además, casi 285.000 personas con discapacidad (6,6%) tuvieron que cambiar de vivienda por motivo de su discapacidad. 100.000 de ellas lo hicieron para evitar las barreras de acceso que tenían en su anterior domicilio. El principal problema se encontraba en el portal del edificio, escaleras, ascensor y garaje.

Casi un millón de personas con discapacidad (22,5%) hicieron adaptaciones en su vivienda, edificio o en el entorno próximo para facilitar la accesibilidad. Del mismo modo, las comunidades de vecinos y la complejidad de los trámites para recibir ayudas públicas “dificultan la adaptación de las viviendas y edificios”, expresa el informe.

País Vasco y navarra, las más 'accesibles'

Las comunidades autónomas con más viviendas principales en edificios de fácil acceso son País Vasco (73,3%), Navarra (72,9%), Asturias (72,4%), La Rioja (72%) y Castilla y León (70,3%). En contraste, Canarias, Ceuta y las Islas Baleares tienen menos del 60% de viviendas en edificios de fácil acceso, según el estudio.

Respecto al acceso al ascensor, Asturias (16,6%), Navarra, con el 17,8%, La Rioja (18,7%) y Aragón, con 19,9% tienen la mayor proporción de viviendas en bloques de tres o más alturas con presencia de este elemento.

Sin embargo, Canarias (45,3%) y Baleares (43,5%) tienen las mayores proporciones de viviendas en bloques de tres o más alturas sin ascensor, según destaca el estudio.

El estudio recoge también aportaciones de expertos, incluyendo colegios de arquitectura, el sector empresarial, entidades asociativas representantes de personas con discapacidad y responsables de políticas públicas de vivienda y rehabilitación.

Todos ellos coincidieron en los avances llevados a cabo en los últimos años, pero señalan en que “persisten carencias” en el parque de viviendas mayoritario, construido con anterioridad al Código Técnico de Edificación y su modificación de 2010, que introdujo cambios en la normativa de accesibilidad.

En esta línea, el consultor social de ILUNION Accesibilidad y coordinador principal del estudio, Luis Bascones, durante la presentación del análisis celebrada este miércoles, afirmó que “la Ley de Propiedad Horizontal presenta aspectos controvertidos, como la posibilidad por parte de las comunidades de paralizar reformas si se supera el límite de 12 mensualidades”.

Algunos de los puntos más criticados en cuanto a la oferta de ayudas son la falta de conocimiento sobre las mismas, los criterios planteados o la complejidad y dilatación en el tiempo de los trámites, según especificaron los profesionales en el estudio.

Por su parte, el consejero delegado de Otis Mobility, João Penedo, en la presentación comentó que “el ascensor se sitúa como un elemento clave para la accesibilidad, pero por sí solo resulta insuficiente. Aún con ascensor, se pueden presentar diferentes barreras, no solo arquitectónicas, sino también actitudinales”. Por ello, añadió que “el estudio muestra claros ejemplos del impacto que esto tiene sobre la vida de las personas y lo importante que es de cómo entre todos debemos trabajar para mejorar la situación”.

La directora de Ilunion Accesibilidad, Patricia Otero, señaló que “la falta de accesibilidad afecta a la calidad de vida de millones de personas, es un riesgo y sobreesfuerzo físico diario, así como una privación de derechos en el que debería ser el lugar más seguro para una persona y, de esta forma, es un mayor sentimiento de frustración, los cual eleva el riesgo de aislamiento social de un colectivo vulnerable”.

Por otra parte, el delegado del Área de Gobierno de Políticas de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, Álvaro González, apuntó la importancia de reformar los lugares de las ciudades para lograr una mayor accesibilidad y recordó “el Programa de ayuda a las actuaciones de rehabilitación a nivel de barrio que se está llevando a cabo en Madrid”.

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