Alberto Soler, psicólogo experto en crianza: "La educación sin límites está abocada al fracaso, la clave es cómo ponerlos"

El psicólogo Alberto Soler posa en un banco en la ciudad de Valencia.
El psicólogo Alberto Soler posa en un banco en la ciudad de Valencia.
ÓSCAR CORRONS (@oscarcorrons @nop_films / CEDIDA)
El psicólogo Alberto Soler posa en un banco en la ciudad de Valencia.

Tiene tres hijos y ha escrito cinco libros. El último, en 2023, se llama La gran guía de la crianza (Paidós). El psicólogo valenciano Alberto Soler (41 años) es uno de los ponentes que este sábado participan en el foro Educar en Positivo que organizan en Madrid Isabel Cuesta y Daniel Pérez, más conocidos en redes sociales como 'Una mamá molona y marido'. Un evento en el que también estarán presentes la psicóloga clínica Diana Jiménez y la psicopedagoga María Couso. Soler hablará de 'educar sin etiquetas'. Ese el título de su charla y la primera pregunta de su entrevista con 20minutos.

¿Qué peligro tienen las etiquetas? 
Tienen dos peligros fundamentales: que se ponen con mucha facilidad y luego cuesta mucho quitárselas y que, una vez puestas, las personas tienden a comportarse de acuerdo con esa etiqueta que le han puesto y, al final, acaba restando libertad a las criaturas para desarrollarse de la mejor manera para ellos.

¿Cómo pueden determinar el desarrollo o la personalidad de los hijos?Restan libertad y crean tendencia a comportarse de acuerdo a la etiqueta puesta. Al final, lo que acaba ocurriendo es que dejamos de ser nosotros para comportarnos de acuerdo a la etiqueta que nos han puesto, que puede ser muy injusta.

¿Hay etiquetas más frecuentes en niños y en niñas?Sí, sin ninguna duda. De hecho, es uno de los principales peligros. Tenemos una forma de dirigirnos a los niños muy estereotipada. A los niños, con atributos relacionados con la fuerza, la energía, el poder, el liderazgo... Y a las niñas, con la belleza, sensibilidad, cuidado... Y eso acaba condicionando su desarrollo. Hoy hay una brecha salarial injustificable, ellas no acceden a tantos puestos directivos ni pueden disfrutar de los espacios públicos con la misma seguridad que nosotros... eso es un problema muy importante. La misma conducta recibe connotaciones diferentes en niños y niñas. Por ejemplo, un niño que habla mucho se dice que 'va para abogado o ministro', en cambio ellas 'van para porteras o verduleras'.

¿Cómo huir de esas etiquetas?No se puede totalmente porque forma parte del modo en el que funciona nuestro cerebro, pero ser conscientes de que las empleamos nos puede ayudar a controlar el uso que les damos y tratar de evitar las más negativas. Un consejo que doy es evitar el verbo ser. No decir 'eres un desastre' sino 'tienes la habitación hecha un desastre', o no decir 'eres un mal estudiante' sino 'no has estudiado, no te has preparado este examen'. Así evitamos que pueda pensar 'para qué voy a estudiar si soy un mal estudiante'.

¿Qué es educar en positivo?La forma en la que la inmensa mayoría de familias quiere educar a sus criaturas, que es de la mejor forma posible, pero, muchas veces, el entorno en el que vivimos no nos lo pone fácil.

¿Y cuáles son esas dificultades?Las condiciones sociales: problemas de conciliación, dificultad de acceso a la vivienda, bajos salarios, falta de corresponsabilidad, falta de políticas públicas, de fomento de la maternidad... Todas esas condiciones sociales lo ponen muy difícil para las familias.

Un consejo que doy es evitar el verbo ser. No decir 'eres un mal estudiante' sino 'no has estudiado, no te has preparado este examen'. Así evitamos que pueda pensar 'para qué voy a estudiar si soy un mal estudiante'"

¿Qué significa ser un buen padre o una buena madre?Me gusta más el concepto de ser un padre o una madre suficientemente bueno, que se adapta a las necesidades de sus pequeños a lo largo de su vida y en cada momento de desarrollo.

Para las familias con bebés: ¿cómo manejar las rabietas?Eso es una ponencia de una hora entera [ríe]. Hay que entender que forman parte del desarrollo de los hijos, que es algo natural y consecuencia de un cerebro inmaduro, y no se trata de un desafío. Tenemos que validar esa emoción y no interpretarlo como que la criatura nos quiere tomar el pelo. Si entendemos esto, reaccionaremos de forma mucho más paciente, amable, amorosa y evitaremos parte de las consecuencias negativas. Eso pasa por ponernos a su nivel y por no responder con otro desafío aún más grande.. No es una lucha de poder.

¿Hay que poner límites al temperamento?El temperamento no se puede evitar. Los límites siempre tienen que estar presentes en la educación. Una educación sin límites está abocada al fracaso y a muchísimos problemas, la clave es cómo poner esos límites. Siempre desde el cariño y el respeto, pero también la firmeza. Este equilibrio les da seguridad y les ayuda.

El psicólogo Alberto Soler posa cerca del museo MUVIM, en la ciudad de Valencia.
El psicólogo Alberto Soler posa cerca del museo MUVIM, en la ciudad de Valencia.
ÓSCAR CORRONS (@oscarcorrons @nop_films / CEDIDA)

Para las familias con niños: ¿cómo conseguir que confíen en el padre y la madre y se desahoguen con ellos? 
Es imprescindible el trabajo previo creando un entorno familiar en el que haya comunicación sin distractores, sin tele en comidas o cenas. Hay que generar un entorno en el que se pueda dialogar y no castigar la sinceridad de los hijos. Si nos cuentan algo en lo que se han equivocado, no les echemos la bronca. Démosles recursos y demostrémosles que les escuchamos y que nos importan. No podemos esperar que nos cuenten solamente lo que nos interesa pero cuando nos están hablando de sus intereses, que nos importan un poco menos, no les hagamos ni caso. Tienes que interesarte también por su castillo del Lego o la excursión del cole...

¿Cómo abordar los celos que aparecen con la llegada de un hermano?Sabiendo que son totalmente normales porque están compitiendo por un recurso limitado, que es la atención exclusiva de los padres. Hagamos lo que hagamos, no vamos a evitar que aparezcan, lo importante es gestionarlo sin enfados ni castigos. Sobre todo, no hay que fomentar la rivalidad entre los hermanos con frases como 'fíjate tu hermano qué bien hace esto' o 'podrías sacar tan buenas notas como tu hermano'.

Tenemos que hablar de las pantallas. ¿Hasta qué edad recomienda no darlas?
Hay mucho consenso en que hasta los dos años nada. Mi recomendación es intentar duplicarlo y que no haya exposición a pantallas hasta los 4 ó 5 años. ¿Por qué? Porque a partir de los dos años empieza la época de las rabietas, y añadir el tira y afloja de 'un capítulo más' nos va a generar un clima familiar bastante desastroso. Es mucho más fácil sin pantallas, más allá de las consecuencias cerebrales.

No estoy nada de acuerdo con la 'costumbre' no escrita que hay de dar el móvil cuando se empieza el instituto"

¿Y cuándo dar el primer móvil?Cuanto más tarde, mejor. No estoy nada de acuerdo con la 'costumbre' no escrita que hay de darlo cuando se empieza el instituto. Creo que se gestiona bien el hecho de darle el primer móvil a nuestro hijo cuando no sabemos decir cuándo fue. Es decir, cuando ha sido algo progresivo, partiendo de un teléfono no inteligente para pasar a uno que sí tiene acceso a internet, pero con un uso muy supervisado.

¿Y eso cómo se consigue?Con mucha información, paciencia y poniendo límites, sin dejarnos llevar por la presión grupal. El primero, solo para hacer y recibir llamadas y para que la criatura se acostumbre a responsabilizarse de tener un teléfono. A partir de ahí, puede empezar a socializar de manera controlada y supervisada con sus amigos en algún grupo de WhatsApp o similar pero desde un dispositivo familiar como un ordenador o tablet de casa, y siempre con la supervisión de los padres. Luego ya con un 'smartphone' familiar y también con control parental: se pacta el uso entre ambos. Así se les educa y se les enseña a usarlo y los peligros que hay. Esto requiere años y no es que llegue la primera comunión o el comienzo del instituto y decirle 'toma, aquí tienes tu móvil'.

¿Qué consejos daría a los adolescentes para hacer uso de las redes sociales sin que les afecte a su bienestar emocional?
Según la investigación disponible, el uso de redes sociales afecta al bienestar emocional. No podemos evitarlo. Afecta a nuestra capacidad de atención, a nuestro autoconcepto, a nuestro estado de ánimo... Tenemos que saber que hay afectación, ser comedidos con el uso porque cuanto más se usa, peores son las consecuencias. Y no hay que dejar a las criaturas en internet solas sin supervisión ni acompañamiento, es una conducta negligente. 

Usted dirige un centro de psicología en Valencia. ¿Hay una edad mínima para ir a terapia? ¿Cómo podemos saber quién necesita apoyo psicológico: los niños o los padres?No se trata de una edad mínima, sino de que la criatura tenga una capacidad mínima. Eso va muy ligado a la capacidad verbal. Por debajo de los 5 ó 6 años el trabajo que se puede hacer es limitado. Por debajo de esas edades, nosotros trabajamos con juegos y, sobre todo, con las familias. No concibo trabajar con un niño sin combinarlo con el trabajo con las familias. Muchas veces nos encontramos con familias que quieren llevar a sus hijos a terapia y se sorprenden cuando les decimos que a la primera sesión no queremos que vengan los niños, sino las familias. La familia tiene un papel esencial y no podemos trabajar con el niño sin tener en cuenta su entorno.

¿Cuáles son los problemas que más frecuentemente tratan en la consulta?Mucha ansiedad en niños pequeños, muchos problemas de conducta cuya causa a veces no se ha encontrado y tiene que ver con un déficit de atención no diagnosticado o con unas altas capacidades no identificadas correctamente, dificultades familiares para gestionar situaciones del día a día... Eso es lo más habitual.

Ansiedad en niños pequeños, ¿con qué edad?Estamos viendo niños con cuatro, cinco o seis años con problemas de ansiedad. Y a partir de Educación Primaria es tremendo.

Necesitamos el aburrimiento para que se les ocurran cosas interesantes"

¿Cómo tan pronto? Si lo único que tienen que hacer es ser felices...Piensa en un caso promedio de un pequeño se seis años que esté empezando Primaria, que salga a las 16.30 horas del cole, que tiene sus extraescolares, su repaso, que por la mañana ha ido a la escuela de madrugadores porque sus padres trabajan un montón y la tienen que dejar antes, que luego la recogen de las extraescolares los abuelos... Tienen un nivel de presión que es tremendo y no es el adecuado para su edad. Luego tenemos la presión a la excelencia de muchas familias con sus hijos, que les ven como futuros ministros o arquitectas... ¡Son niños, déjalos jugar!, pero parece que cualquier tiempo que no sea productivo es tiempo perdido, cuando en la infancia lo que hay que hacer es perder mucho el tiempo.

Luego se quejan cuando se aburren. ¿Qué responderles en esos momentos?Cuando me dicen 'me aburro', respondo 'cómprate un burro' [ríe]. Lo que tenemos que hacer nosotros es aumentar la tolerancia a que ellos se aburran para que ellos también aumenten la tolerancia al aburrimiento, porque este es la puerta de entrada a la creatividad. Necesitamos ese aburrimiento para que se les ocurran cosas interesantes.

Redactora '20minutos'

Periodista y portadista en 20minutos desde 2012. Empecé en la sección de Multimedia y de ahí he pasado por Redes, Cultura, Cierre y Mi Bolsillo. Desde hace cuatro años formo parte del equipo de Última Hora lidiando sobre todo con el coronavirus. Me gusta escribir de salud, ciencia, medio ambiente, educación y temas sociales.

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