La zona peatonal de Chinatown conectará también el mercado de Usera y Madrid Río

El Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde a la segunda fase del itinerario peatonal entre Usera y Madrid Río. Los trabajos consisten en crear más superficie peatonal, instalar nuevo mobiliario y más zonas verdes. La segunda fase de las actuaciones hoy aprobada afectará a las calles Andrés Arteaga, Calesas, Mirasierra, Vallandes, Antonio López y avenida del Manzanares. La remodelación de esta zona de la ciudad forma parte del objetivo del Ayuntamiento para que la capital tenga su Chinatown oficial. 

Esta semana han empezado las obras de la primera etapa del proyecto. Con las dos fases, el Consistorio regenerará en total más de 63.000 metros cuadrados de Usera entre la plaza del Hidrógeno y Madrid Río a través de un trazado de 1,7 kilómetros. Una actuación de reequilibrio territorial que supondrá la "creación de espacios estanciales más habitables y seguros", garantizando la continuidad peatonal en los cruces, a los que se unirá la eliminación de barreras arquitectónicas, según ha informado Sanz en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno que ha aprobado hoy la segunda parte del proyecto. 

Reordenación de la circulación en Andrés Arteaga 

Se cambiará la circulación entre las calles Mirasierra y General Marva para que mantenga continuidad con el tramo anterior y sea en dirección a Madrid Río. También se ampliará el ancho de la acera, se instalarán bancos y se plantarán nuevos árboles en los alrededores del  Centro Deportivo Municipal Moscardó y el Estadio Román Valero. Por su parte, en la acera de los bloques de viviendas, se renovarán los bordillos y los pavimentos, y se instalará una rampa en el sector de las plazas de estacionamiento para personas con movilidad reducida. 

En la zona donde se ubican el centro de salud, una escuela infantil y el estadio, el proyecto contempla crear una plaza en este espacio en la intersección de las calles Andrés Arteaga, Mirasierra y Calesas. Además, para reducir la velocidad de circulación en este entorno, los pasos de peatones se elevarán y serán de adoquín. Lo mismo se hará en la calle Calesas, donde además se creará otro paso de peatones y se reducirá el ancho de la calzada a tres metros por carril.

Más calzada en la calle Vallandes

En esta calle, según el Ayuntamiento, "se dan dos situaciones diferentes". En el tramo vinculado a la Instalación Deportiva Básica La Chimenea, se ampliarán aceras, se modificará el estacionamiento junto a las aceras para convertirlo en plazas en batería inversa, se ampliará la calzada para garantizar la circulación de vehículos de emergencias, se reorganizará la isleta de aparcamiento, modificando la disposición de las plazas de batería a línea y se incluirá arbolado en la isleta. Por su parte, en el tramo de la calle vinculado a los portales de viviendas, se eliminará la banda de aparcamiento de la acera sureste, se ampliará la acera y se incluirá una banda de arbolado y alumbrado. Mientras que en la acera noroeste se reorganizará el aparcamiento desplazando la actual plaza para movilidad reducida a la calle Antonio López, ya que en su ubicación actual no cumple con las condiciones mínimas de accesibilidad. 

Ya en la zona más próxima a Madrid Río, se adaptará el paso de peatones de la calle Antonio López y se intervendrá en el espacio anexo al Centro Comercial Plaza Río, incorporando nuevo mobiliario e incluyendo en el pavimento la línea azul continua común en todo el itinerario. Asimismo, para realizar la conexión con el parque lineal de Madrid Río, el paso de peatones existente en la avenida del Manzanares se desplazará hacia el sureste y se creará una rampa para conectar con la llegada de la escalera que vincula el centro comercial con el parque.

Uno de los objetivos prioritarios de la actuación es convertir al nuevo "Chinatown" en una parada obligatoria en el mapa de cualquier visitante. Lo que también permitirá descentralizar progresivamente el turismo de la capital, que mayoritariamente acude a los distritos del centro. Y reforzar la identidad del barrio como lugar de residencia de una parte importante de la comunidad china de Madrid, "favoreciendo la integración de algunos de sus rasgos culturales con las formas de vida tradicionales de los vecinos del barrio". Una zona que cuenta con más de 9.600 habitantes chinos.