Fin de la era López Obrador: el 'Peje' deja un México con menos pobres, más polarizado y con una convulsa política exterior

Andrés Manuel López Obrador se despide tras cinco años y medio como presidente de México.
Andrés Manuel López Obrador se despide tras cinco años y medio como presidente de México.
Carlos Gámez
Andrés Manuel López Obrador se despide tras cinco años y medio como presidente de México.

Los mexicanos votan este 2 de junio para elegir nuevo presidente; de hecho, presidenta con toda seguridad. Porque la cita electoral es también la despedida de Andrés Manuel López Obrador. El político mexicano, presidente de la nación desde el 1 de diciembre de 2018, deja el cargo a los 70 años tras cumplir con el periodo de seis años.

Por medio, una gestión llena de luces y sombras, lo que no le impide decir adiós con una aprobación cercana al 60%. Es casi un notable. Lo es de hecho si tenemos en cuenta, por ejemplo, que su antecesor, Enrique Peña Nieto, dejó la presidencia de México en 2012 con una aprobación de apenas el 20%. En México, la ley impide que un presidente se presente a un segundo mandato.

Odiado o amado. Parece que en México no hubiera término medio, al menos a la hora de juzgar al presidente saliente. Despierta pasiones entre parte de la ciudadanía, hasta el punto de tener dedicada una tienda llena de artículos con su imagen en la Plancha del Zócalo, el centro de la capital. Se llama Pejelandia por 'Peje', el mote que recibió López Obrador de sus adversarios y que rinde homenaje a un plato del estado de Tabasco, de donde es oriundo, hecho a base del pez pejelagarto.

En esa tienda, cuenta Efe, se pueden comprar llaveros o abridores de refrescos de 'Peje' y también la polémica camiseta con la imagen de la Santa Muerte, considerada una narcosanta. "La gente lo ama. La mayoría lo quieren mucho porque, desde que fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005), ha ayudado muchísimo a la gente", señala el propietario de Pejelandia, Armando Montero.

López Obrador, el populista

Pero otros muchos detestan a López Obrador, en buena medida por sus excesos y su populismo. ¿O no fue populista pedir por carta al rey de España que se disculpara por los abusos cometidos por los conquistadores? Fue en marzo de 2019, cuando el presidente, que apenas llevaba tres meses en el cargo, pidió por carta a Felipe VI y al papa Francisco que hicieran un relato de agravios y pidieran perdón "a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos".

El mandatario aseguró que la conquista "se hizo con la espada y la cruz" y recriminó que hubo "matanzas", "imposiciones" y "se construyeron iglesias encima de los templos" prehispánicos. "Es tiempo ya de decir que vamos a reconciliarnos pero primero pidamos perdón", dijo López Obrador.

En octubre de 2020, sacó a relucir de nuevo la conquista de América. La carta iba, esta vez, dirigida al Papa Francisco, que la recibió de mano de la esposa del presidente mexicano. En el texto, le pedía al Pontífice, como representante de la Iglesia Católica, y a la monarquía española "una disculpa pública" a los pueblos indígenas por las "atrocidades" y "saqueo" de la conquista.

La Cuarta Transformación vía 'Mañaneras'

Populismo, le acusan, ha sido también lo de las Mañaneras, las conferencias diarias de hasta tres horas que ha estado retransmitiendo por YouTube. Con estas charlas, donde ha hecho anuncios y ha lanzado ataques a los rivales políticos, ha afianzado su imagen y su marca, y se ha ganado, dicen los analistas, al "pueblo".

A esas masas les ha vendido semana tras semana las bondades de su proyecto político, esa Cuarta Transformación. Cuarta porque, según López Obrador, ha sido la gran continuación de los otros tres momentos fundamentales de la historia de México: la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910.

Su gancho parece innegable. Sólo así se explica que el presidente de México se haya colado entre los diez mejores streamers hispanohablantes del mundo (un ranking encabezado por Ibai Llanos). López Obrador, único representante de su país en la lista, estaba en abril en el sexto puesto con 13,2 millones de espectadores, después de haber emitido más de 200 horas de contenido en YouTube.

Conquistas sociales

Pero luz es, sin duda, que en México haya menos pobres. Según las últimas estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social de México, 8,9 millones de personas salieron de la pobreza (otras fuentes lo reducen a 5 millones). "El principal logro en esta administración es reducir la pobreza y la marginación a pesar de que se enfrentaron factores como la pandemia y los efectos de la guerra de Rusia y Ucrania", dijo el presidente al cumplir cinco años en el cargo el pasado diciembre.

Y lo ha conseguido. Según datos de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, durante el sexenio de López Obrador el poder adquisitivo real de los mexicanos ha crecido más del doble. El Gobierno ha aumentado el salario mínimo casi un 120% sobre la inflación y eso a su vez ha supuesto que el ingreso laboral promedio, es decir, la media de los sueldos haya subido un 24%.

Equilibrio macroeconómico

Todo ello lo ha logrado sin aumentar el gasto fiscal de manera descontrolada, que es lo que esperaban los mercados y los enemigos más liberales de López Obrador. De manera que su política social ha mantenido el equilibrio macroeconómico, ha fortalecido la moneda y no ha ahuyentando la inversión extranjera, resume la BBC.

El paro en México es de sólo el 2,7%, uno de los más bajos de América Latina, si bien es cierto la mayoría de los mexicanos trabajan en el llamado sector informal. Además, 'Peje' ha dado a los trabajadores el derecho a descansar 12 días seguidos y ha aprobado la "ley silla" para evitar que los empleados se pasen toda la jornada laboral de pie.

La violencia sigue creciendo

Entre las sombras, la decisión de transferir la Guardia Nacional al Ministerio de Defensa, de enormes implicaciones. "Con esta decisión, el Estado mexicano se quedaría sin policía federal de corte civil para la prevención e investigación de delitos", escribe Carlos A. Pérez Ricart, profesor Investigador del CIDE. De cumplirse la reforma, la Secretaría de Seguridad se volvería solo una gestora de recursos. "Considero que se trata de un error y una capitulación del Estado mexicano", asegura.

Y sin embargo, el monstruo de la violencia ha seguido creciendo. Desde la llegada al poder de Lopez Obrador, más de 180.000 personas han sido asesinadas en el país, según datos oficiales. Más de 5.000 de estas muertes han sido catalogadas de feminicidios. Además, unas 36.000 personas han desaparecido.

Y la violencia institucional

La cifra global supera con creces los 150.000 del gobierno entre 2012 y 2018 de Enrique Peña Nieto y los 122.000 del gobierno entre 2006 y el 2012 de Felipe Calderón. El recuento lo ha hecho en 20minutos el periodista Gervasio Sánchez.

López Obrador atribuye el aumento de los asesinatos a carteles delictivos, pero Human Rights Watch y Amnistía Internacional acusan a las instituciones de no investigar la mayoría de los delitos ni de identificar y enjuiciar a los responsables. Hay denuncias de torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros del aparato del Estado.

Pero la incontinencia del presidente le ha llevado a decir, por ejemplo en julio de 2022, que doce muertes violentas de periodistas durante el ejercicio de la profesión "no era para rasgarse las vestiduras". La libertad de prensa en México atravesó momentos muy complicados bajo el mandato de Peña Nieto y eso no ha cambiado con López Obrador.

Las 'saqueadoras' empresas españolas

Esa misma incontinencia la sufrieron en julio de 2021 las empresas españolas. Aunque el presidente mexicano dijo tener "con el pueblo de España una relación de mucho respeto, fraternal", aseguró que "las diferencias son con el Gobierno y con la cúpula empresarial". Y así, acusó a las empresas españolas de haberse "dedicado a saquear" el territorio mexicano.

"En el período neoliberal [en referencia a los anteriores Gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto] se cometieron actos de corrupción por parte de empresas españolas que nos vieron como tierra de conquista y se dedicaron a saquear y a robar. Claro con el apoyo de las autoridades mexicanas", dijo.

La "pausa" en las relaciones con España

Metido en esa espiral, López Obrador llegó a plantear en febrero de 2022 hacer "una pausa" en las relaciones con el Gobierno de España, y también con las empresas, a fin de mejorarlas. "Vale más darnos un tiempo, hacer una pausa. A lo mejor cuando cambie el Gobierno (el mexicano) ya se restablecen las relaciones", comentó el mandatario durante su Mañanera.

"Queremos tener buenas relaciones, pero no queremos que nos roben", apuntó el presidente. "Es el caso de las empresas españolas, si ahora no es buena la relación y a mí me gustaría que hasta nos tardáramos en que se normalizara, para hacer una pausa, que yo creo que nos va a convenir a los mexicanos y a los españoles, desde luego al pueblo de México y al pueblo de España", aseguró.

Sin mascarilla en plena pandemia

En noviembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, López Obrador sostenía que no se ponía mascarilla porque, según él, no se sabía "a ciencia cierta" si funcionaba y porque él ya procuraba guardar la "distancia" con las otras personas. Dos meses después, el presidente mexicano anunciaba que tenía covid con síntomas "leves".

Su populismo le ha llevado a ponerse del lado de Donald Trump, al menos cuando pidió al dueño de Twitter, el magnate Elon Musk, "liberar" la red social y "reparar el daño" creado, según él, por haber cancelado la cuenta del exmandatario estadounidense. En aquel entonces, Trump tenía prohibido usar la plataforma tras el ataque al Capitolio cometido por sus seguidores.

Una voluble política exterior

En política exterior, López Obrador ha sido, como poco, ambivalente. Cuando ha querido ha defendido la no intervención y cuando le ha venido mejor ha hablado y criticado. Al llegar a la presidencia, dijo que la política exterior de México se regía por la autodeterminación de los pueblos y la no intervención. Y eso aplicó a Nicaragua, Cuba o Venezuela.

Pero no en los casos de casos de Pedro Castillo y Dina Boluarte en Perú o el boicot a la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles en 2022. Tampoco en 2019, cuando ofreció asilo diplomático al boliviano Evo Morales, derrocado por un golpe de Estado. El presidente respondió a sus críticos defendiendo la tradición diplomática de asilo político de México desde hace décadas.

En 2024, rompió relaciones con Ecuador, tras la toma de la embajada mexicana en Quito donde se detuvo al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, que había pedido asilo. Y recientemente, López Obrador protagonizó un encontronazo diplomático con el argentino Javier Milei que puso en serias dificultades la normal relación entre ambos países.

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