México elige a qué presidenta encomendar las "insoportables" cotas de inseguridad, la desigualdad y el control del flujo migratorio

Simpatizantes de las candidatas a la presidencia de México, la opositora Xóchitl Gálvez (i), y la oficialista Claudia Sheinbaum.
Simpatizantes de las candidatas a la presidencia de México, la opositora Xóchitl Gálvez (i), y la oficialista Claudia Sheinbaum.
EFE
Simpatizantes de las candidatas a la presidencia de México, la opositora Xóchitl Gálvez (i), y la oficialista Claudia Sheinbaum.

En medio de una ola feroz de violencia política, con 750 ataques —entre secuestros o tiroteos— solo en la campaña electoral, y un dramático balance de 35 políticos locales asesinados, este domingo 98 millones de mexicanos acuden a las urnas para elegir a la primera  presidenta de Gobierno. Ella será la mujer que tendrá irremediablemente que afrontar los grandes retos de la nación: la rampante inseguridad, la desigualdad y el control migratorio.

Aunque esta elección ya es histórica, se deciden casi 20.000 cargos públicos —locales, regionales y federales—, todas las miradas están puestas en las dos candidatas que se juegan quién se queda al frente de México. Si será Claudia Sheinbaum, la 'delfina' de Andrés Manuel López Obrador, el presidente saliente que no puede presentarse a la reelección por mandato constitucional, o Xóchitl Gálvez, la conservadora representante de la coalición de los partidos clásicos (PRI, PAN y PRD). El tercero en discordia, Jorge Álvarez Máynez (Movimiento Ciudadano), el representante de la juventud, es visto como un mero "telonero".

¿Qué país deja el sexenio de López Obrador? ¿Qué retos son los más acuciantes? ¿Cómo serán las relaciones a partir de ahora con EEUU? ¿Y con España? Preguntamos a varios expertos de América Latina para comprender mejor la encrucijada mexicana.

"La gestión de López Obrador ha sido muy polarizante", explica Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América en la Uned. "El balance de su gestión resulta distinto depende de quién la evalúe", añade. "(López Obrador sigue teniendo un apoyo popular de los mayores de América Latina (en torno al 60%), pero también tiene una oposición muy firme, y que no avala en absoluto su forma de gestionar y su forma de gobernar, que ha supuesto un desmantelamiento de importantes instituciones del Estado y ataques constantes al instituto electoral, a la prensa, a la Justicia...".

Según Malamud, el principal fallo del todavía presidente está relacionado con su gestión del problema de la seguridad. "En ese sentido, su política inicial de 'abrazos, no balazos' ha supuesto un estrepitoso fracaso", sentencia. Su política energética también la considera fallida debido a su "defensa cerrada de los combustibles fósiles". Y al debe de López Obrador, Malamud añade "su gestión de las grandes obras públicas, como el tren maya o el aeropuerto de Ciudad de México".

Entre los aciertos, el catedrático de la Uned destaca la gestión de la crisis  motivada por la pandemia del coronavirus. "Más allá de las complicaciones y dificultades que pudo tener, gestionó la crisis y evitó un fuerte endeudamiento y eso le ha permitido sortear con facilidad la legislatura". Así lo reivindicaba en el mitin final de campaña la candidata continuista. Ante miles de seguidores en la plaza del Zócalo de Ciudad de México, Sheinbaum defendió que su partido dejaba al país "con menos pobreza, con menos desigualdad, pero también con el máximo histórico en inversión extranjera directa". "Somos la doceava economía del mundo y el principal socio comercial de los Estados Unidos", dijo.

Su adversaria, sin embargo, tuvo varios reproches para el Gobierno saliente en su mitin final: la "lentitud en el desarrollo económico", el impulso de medidas para limitar la independencia judicial, y la implicación del Ejército en la seguridad pública, a pesar de lo cual la sensación generalizada es que ha empeorado. Gálvez acusaba también al Ejecutivo de una política exterior fallida, "nostálgica, impregnada de prejuicios y sesgos ideológicos".

Malamud opina que la gestión de López Obrador sería perfectamente enmarcable en la etiqueta de 'populista'. Y pone como ejemplo su decisión de "suspender por su santa voluntad las obras del aeropuerto, que ya estaban avanzadas, para darle otro emplazamiento y con el viejo aeropuerto totalmente saturado". "La herencia que deja", argumenta, "es complicada, desde distintos de puntos de vista, no solo de la seguridad, también de la gestión económica".

El profesor de Historia la Universidad Complutense de Madrid Fernando Harto de Vera, especialista en política latinoamericana contemporánea, habla también de un legado de claros y oscuros. Elige empezar con lo más positivo que deja López Obrador, y distingue "los programas sociales, las políticas de ampliación del bienestar, las becas de educación, la protección a la tercera edad, la cobertura y montos de las pensiones, y los subsidios a jóvenes desempleados".

Harto de Vera sitúa el capítulo de obras públicas en el haber de su legado, pero recuerda las críticas desde sectores ecologistas de su marco político por lo que desvela que el mandatario siguió "la política más clásica del desarrollismo, a favor del crecimiento de empleo y no tanto del medioambiente". Ahondando en el legado favorable, el profesor de la Complutense opina que su política de relaciones internacionales "se ha  caracterizado por equilibrar la tradicional dependencia con EEUU, haciéndola más independiente y con un juego de contrapesos como el fortalecer su relación con China".

Coincide Harto de Vera con Malamud en el fracaso absoluto del Gobierno en frenar la inseguridad. "La violencia que se ha vivido en los últimos seis años ha ido creciendo. La penetración del narco lejos, de haber ido disminuyendo, ha ido en aumento. Es aterrador, a lo largo de seis años no se han mejorado los índices de seguridad sino todo lo contrario".

En su análisis, el profesor universitario también destaca una crítica en la que coinciden partidarios y detractores de López Obrador: el autoritarismo de la gestión. "En contra de la sana gobernanza, con separación y equilibrio entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, la gestión del Ejecutivo ha invadido competencias de los otros poderes". A su juicio, el mandatario no ha empujado el sistema político mexicano hacia su democratización, sino que se ha estancado en el autoritarismo.

Los retos del gigante mexicano

Mirando al frente, los analistas destacan que México debe corregir unas cotas de desigualdad brutales entre estados y afrontar las bolsas de pobreza, así como la falta de oportunidades educativas y sanitarias de muchos millones de mexicanos. En cuanto al sistema sanitario, la clave está en que llegue a todos los que lo necesitan y hacerlo más eficiente. En educación lo que recomiendan invertir es en su modernización.

Sin embargo, el problema más grave es la inseguridad. La violencia diaria de los cárteles y sus sicarios tiene a México inmerso en una dramática "ola de violencia" que suma 186.000 víctimas de homicidio, 50.000 desaparecidos y 12.000 menores asesinados. Los medios de comunicación locales han narrado la campaña electoral más sangrienta, a modo de aviso de los narcos, que aspiran a someter a todas las instituciones.  

"Hay un claro chantaje de los cárteles de la droga a la democracia mexicana. Su voluntad es condicionar el resultado electoral, amedrentar a los candidatos", asegura Carlos Malamud. Para el profesor Fernando Harto de Vera, "la lucha contra el crimen y la mejora de la seguridad pública como objetivo están claras". "México no soporta los altísimos niveles de inseguridad y violencia política que está viviendo", continúa.

La corrupción, la falta de transparencia de la administración pública y la introducción de una fiscalidad progresiva aparecen igualmente en la lista de retos pendientes del nuevo Gobierno. En un lugar muy destacado de ese listado también se encuentra la relación con el vecino del norte, sobre todo en materia de migración. El relax en las deportaciones y el escaso control de las caravanas de migrantes del inicio del mandato de López Obrador llevaron a EEUU a amenazar a México con aranceles, lo que dio un giro a la política federal, que sigue aun sin ser considerada efectiva por el Gobierno estadounidense. Y eso que en el primer trimestre de 2024 los migrantes irregulares interceptados por México crecieron cerca de un 200%, hasta casi 360.000. 

Para el catedrático Carlos Malamud, la seguridad es el reto prioritario, seguido de la gobernabilidad, que podría dar un vuelco "a peor", augura, si el partido de López Obrador obtiene los dos tercios necesarios del Parlamento para reformar la Constitución. En tercer lugar sitúa la relación con EEUU por la cuestión migratoria. "Con un problema derivado, que no depende de México, y es la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia, que pondría todo bastante patas arriba". 

Por agregar un reto más, bajo la premisa de que no tiene ni la misma dimensión ni trascendencia que los anteriores, pero porque interesa, Malamud se pregunta cómo será la relación bilateral con España y recuerda que con López Obrador "se ha visto comprometida tanto desde el punto de vista simbólico, cuando exigió al rey pedir perdón "por la Conquista", como de gestión, en el tratamiento a empresas españolas como Iberdrola, por su proteccionismo nacionalista". El profesor Harto de Vera considera que, con la nueva presidencia, el discurso anticolonialista "volverá a la academia y las relaciones diplomáticas con España seguirán un camino más pragmático".

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