Hay quien los sitúa a caballo entre el rock y el metal, aunque la mayoría coincide en clasificarlos como una banda de rock gótico. Evanescence comenzó su andadura a mediados de los años 90, aunque muchos conocieron al grupo una década después, con su tema Bring Me To Life.
A lo largo de los años, han sido varias las idas y venidas de diferentes miembros de la formación, aunque un nombre se ha mantenido siempre unido a Evanescence, y ese nombre no es otro que el de Amy Lee, vocalista y fundadora.
A pesar del gran éxito que alcanzaron a principios de siglo y de que siempre ha seguido vinculada al grupo y a la música, la de Lee es una vida completa y desconocida. Parte de una familia de cinco hermanos, su hermana Bonnie falleció en 1988, a la edad de tres años, y su hermano Robby Lee murió en 2018 a causa de la epilepsia que sufría desde los siete años. Otros capítulos notorios de los que casi no se oyó hablar fueron, por ejemplo, la demanda que interpuso contra su sello discográfico, quien según la banda les debía 1,5 millones de dólares, en 2014. Curiosamente, contra ese sello, solo dos años antes, Anonymous también había arremetido, ya que, según ellos, sus abogados estaban impidiendo que se ejecutara una demanda contra un grupo de agresores sexuales. El asunto salpicó directamente a Amy Lee, aunque apenas trascendió a los medios.
En 2014, además de la querella contra su discográfica, ocurrió uno de los eventos que marcaron un antes y un después en el devenir de Evanescence, y es que la vocalista tuvo a su primer hijo, Jack. La formación se tomó un descanso que terminó durando cinco años, pero, entre medias, Lee publicó un álbum de música infantil: Dream Too Much, nacido, contaba ella, por idea de su pareja tras oírla cantarle canciones al hijo de ambos.
De vuelta a la actividad, Evanescence ha publicado The Bitter Truth (2021) y una edición deluxe remasterizada de Fallen, en 2023. Con su última gira proyectada, darán en España un único concierto en ALMA Festival, en Madrid, el próximo 14 de junio.
Comentarios