La limpieza ha sido tradicionalmente uno de los principales motivos de queja de los vecinos de Valencia hacia su ayuntamiento. Dentro de este ámbito, el estado de los contenedores de residuos y de su entorno se ha convertido en un foco de malestar vecinal específico que el Ayuntamiento ha decidido atajar con un plan de revisión de las 4.000 islas de contenedores, las agrupaciones de estos depósitos que reúnen las distintas fracciones de reciclaje: papel, envases, orgánica y resto.
Según explican a 20minutos desde la Concejalía de Limpieza y Recogida de Residuos, este servicio ha identificado ya un centenar de estas áreas con el objetivo de reforzar la recogida y limpieza en las mismas. Se trata de zonas "conflictivas" por la presencia continuada de orines y de basura esparcida como consecuencia de la acción de los llamados rebuscadores.
El plan de revisión de las islas de contenedores se ha puesto en marcha coincidiendo con la entrada en vigor del nuevo contrato de limpieza y recogida de residuos el pasado mes de noviembre, que ha supuesto un incremento de los recursos humanos y técnicos dedicados al aseo urbano de la ciudad. En concreto, el número de operarios ha aumentado un 22%, hasta alcanzar los 1.192, y el de vehículos ha crecido un 29%, hasta las 508 unidades. Todo ello ha supuesto un 50% más de baldeo de las calles, que ha pasado de realizarse cada 10 días (frente a los 22 del anterior contrato) e incluso semanalmente en las zonas en peor estado.
La entrada en vigor de esta nueva planificación ha consolidado, de hecho, el plan de choque aplicado por el nuevo Gobierno municipal de María José Catalá tras su acceso al cargo y que fue una de sus principales promesas electorales. Según explican desde el servicio, el nuevo contrato incluso mejora algunas prestaciones.
Desde la Concejalía anuncian otras dos novedades relacionadas con las islas de contenedores. Por un lado, la renovación de 10.000 depósitos, lo que supondrá que solo se mantengan los que tienen cinco años o menos y, por otro, el incremento de cubos azules y amarillos para completar las islas con todas las fracciones de separación de residuos. "Como mínimo tenemos el compromiso de poner un contenedor de cada fracción, salvo algún caso excepcional porque no se puedan instalar", explican estas fuentes.
Desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia apuntan a la necesidad de "mejorar el estado y la limpieza de las islas de contenedores" y explican que es un asunto que "siempre se destaca en los debates" de la entidad. Además, la Federación "siempre ha solicitado que se acuerden los emplazamientos" que se eligen para ubicarlas.
"No puede ser que haya islas de contenedores pegadas a terrazas de bar, con lo que para tirar la basura haya que sortear a los clientes, tampoco que se pongan tan pegadas a las aceras que se bloquea el pedal de apertura, lo que supone un impedimento para personas mayores y con problemas de movilidad, o contenedores que se ponen en lugares que impiden el paso", aseguran desde el movimiento vecinal.
El ‘contrato del siglo’ para 15 años
El Ayuntamiento de Valencia logró desbloquear el verano pasado, en pleno cambio de signo político del Gobierno local, el llamado contrato del siglo de limpieza y recogida de residuos, con una dotación de 1.300 millones de euros para 15 años, la más importante de la administración municipal. Tras un tortuoso recorrido burocrático de dos años, el anterior Ejecutivo de Joan Ribó lo adjudicó durante la campaña electoral, y el actual de María José Catalá comenzó su mandato firmando los cuatro lotes en los que se divide.
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