Gran parte de los electores llamados a las urnas nacimos en España, pero vivimos en Europa y por eso votamos a un Parlamento muy original, uno que no representa a un "demos" que aún es inexistente. Quizá por eso, los europeos enfocan estas elecciones en clave nacional, unos comicios en los que no es fácil comparar los resultados con los de 2019: se eligen varios diputados más y, por eso, es fácil colegir que todos los partidos que obtengan representación se van a dar por satisfechos con los resultados la noche del 9 de junio.
La encuesta que publica este periódico muestra que, como ocurrió en 2023, el Partido Popular será de nuevo la fuerza más votada, con casi cuatro puntos de ventaja sobre los socialistas, dando la vuelta así a lo ocurrido en 2019. Con estos resultados, los populares podrían doblar sus escaños y consolidarse en la Eurocámara como una de las delegaciones más relevantes de su grupo parlamentario. La encuesta muestra también un resurgir de Vox, que mejora en casi cuatro puntos respecto a las últimas europeas, pese a que trasvasa casi un 15% de votantes a la estrafalaria lista de Luis Pérez.
Enfrente, está el PSOE, una formación que pierde más de dos puntos y en la que se consolidan, a su izquierda, tanto la debacle de Podemos, como la debilidad estructural de un Sumar, una formación que sigue sin hacer honor a su nombre, incluso en unas elecciones como estas, en las que el sistema electoral les favorece por la existencia de una circunscripción única y la ausencia de barrera de entrada. Malos tiempos, en fin, también para las fuerzas nacionalistas, que perderán representación casi con total seguridad: que quienes quieren nuevas fronteras luchen por estar en un Parlamento que trabaja para abolirlas da para una tarde con el psiquiatra, pero ese es otro tema.
Las europeas despiertan poco interés en España: la abstención suele ser muy alta cuando no coinciden con otras elecciones y el votante se las toma en ocasiones como un experimento para jugar. Es interesante destacar que la encuesta señala que el interés por estas elecciones se incrementa conforme lo hace el nivel formativo de los votantes, así como su edad: a la gente que recuerda la España previa a 1986 no hay que contarles mucho sobre la importancia del club comunitario. Además, es curioso observar que la España del bipartidismo ha terminado siendo la España más europeísta. A veces, la modernidad viene de lejos…
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