Día Mundial del Medio Ambiente​

Causas del estado actual de las cuencas españolas

Las reservas hídricas nacionales se encuentran cuatro puntos por encima de la media de los últimos diez años.
Las reservas hídricas nacionales se encuentran cuatro puntos por encima de la media de los últimos diez años.
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Las reservas hídricas nacionales se encuentran cuatro puntos por encima de la media de los últimos diez años.

Tras un 2023 con precipitaciones por debajo de la media y, según Jesús Vargas Molina, investigador del Observatorio Ciudadano de la Sequía, “con temperaturas anormalmente altas” y “varias olas de calor”, la situación de la sequía a nivel nacional ha afectado a casi la totalidad de la Península Ibérica y los archipiélagos.

La suma del descenso de precipitaciones y el repunte en las temperaturas a nivel general han provocado que la disponibilidad de agua para distintos usos “sea menor que en otros periodos de sequía”, indica el experto. 

En este sentido, el Coordinador de Política del Agua de WWF, Rafael Seiz, señala que esta sequía meteorológica se ha agudizado en estos “dos últimos años muy cálidos”; también, por la estacionalidad y “los veranos más largos y secos y los inviernos más largos, secos y cálidos”. 

Estas circunstancias provocan el escenario de escasez en el que nos encontramos, agravado, además, por “el desequilibrio existente entre los recursos hídricos disponibles almacenados en los embalses y la cantidad de demanda de agua”.

Reservas hídricas nacionales

De acuerdo con los datos publicados por el MITERD el martes 28 de mayo, los embalses españoles tienen una reserva acumulada este mes del 66,26%, cuatro puntos por encima de la media de los últimos diez años. No obstante, es necesario distinguir entre los diferentes territorios, con excepciones negativas. La situación es peor en el sur, en la cuenca del Segura o la de Guadalete-Barbate; tampoco tienen buenos datos en las Cuencas Internas de Cataluña.

En función de “los indicadores de lluvia, los indicadores de niveles de embalses y los niveles de aguas subterráneas, se categoriza la situación como de normalidad, de alerta o de emergencia, y se ponen en marcha una serie de medidas previamente planificadas para cada escenario”, agrega la investigadora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Nuria Hernández-Mora.

Especiales son los casos de Andalucía y Cataluña, puesto que la sequía está durando muchos años. No obstante, el desajuste entre los recursos disponibles y su demanda agrava la escasez, circunstancia que ocurre “en la mayoría de cuencas del centro, del sur y del Mediterráneo”, apunta Hernández-Mora.

Posibles soluciones

Anticiparse a la sequía meteorológica y a la escasez es crucial para mantener las reservas: “Deberíamos gestionar las sequías cuando tenemos recursos y cuando llueve, porque la sequía va a venir tarde o temprano”, afirma Seiz. Las restricciones en vigor en Cataluña y las próximas posibles en algunas zonas de Andalucía se deben a la situación de emergencia “que ya no vamos a poder resolver con una gestión a medio plazo”.

Reivindicar una transición hídrica justa por parte de las diferentes administraciones y velar por un reparto social del agua son pautas básicas para alcanzar el bienestar hídrico.

Colaboración ciudadana en la gestión del agua

Aunque en primera instancia pueda parecer desalentador el ingente consumo de recursos hídricos por parte de las grandes empresas, los ciudadanos siguen teniendo un papel esencial en el presente y futuro de la gestión del agua. 

Los ciudadanos siguen teniendo un papel fundamental en el presente y futuro de la gestión del agua.
Los ciudadanos siguen teniendo un papel fundamental en el presente y futuro de la gestión del agua.
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El Coordinador de Política del Agua de WWF, Rafael Seiz, indica que “cuanto más conscientes seamos de la importancia de tener seguridad hídrica (es decir, disponer de estos recursos en una cantidad y calidad adecuadas), más podremos hacer a título individual y colectivo”, puesto que “podremos exigir un modelo de producción y buenas prácticas con el agua a las administraciones”.

La investigadora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Nuria Hernández-Mora, añade que es “absolutamente fundamental mantenerse bien informado y apoyar las decisiones políticas valientes que van en la línea de la transformación hídrica que necesitamos”. Para ello, la investigadora apunta que debemos eludir los hidromitos.

Al hilo de esto, la investigadora del CREAF, Annelies Broekman, insiste en la especial importancia en “no quedarse en el rol individual de cada uno y participar en la comunidad, a través de los diferentes ciclos de planificación del agua que prevén la participación ciudadana”.

Si bien a nivel individual podemos tomar partido adoptando un estilo de vida lo menos consumista posible, alargando la vida útil de nuestros productos o comprando alimentos de temporada y de proximidad, para Broekman la clave reside en “la formación”, en tener el máximo número de perspectivas posibles. Apuesta por la implicación en los barrios mediante “iniciativas que quieran construir alianzas y estrategias que reduzcan el impacto de nuestros usos en el medio ambiente”.

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