Este miércoles, 5 de junio, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente bajo el lema "Nuestras tierras, nuestro futuro". Con motivo de esta efeméride, el Ayuntamiento de Madrid propone una actividad que permitirá a los madrileños ser jardineros de la ciudad por un día en el Centro de Información Ambiental de Casa de Campo. Bajo el nombre de El viaje de la planta, los ciudadanos que acudan podrán conocer el proceso de producción de las plantas que crecen en el vivero de Casa de Campo y serán los encargados de trasplantar los esquejes a las macetas donde crecerán durante un año, hasta que se planten en las calles de Madrid. Además, se podrán llevan alguna de las plantas con las que trabajen.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha visitado en la víspera de este día el vivero para dar a conocer el programa de actividades y animar a los madrileños a participar en ellas. "Estas actividades de educación ambiental son un elemento esencial para concienciar de la protección del medio ambiente, que es lo que promueve este día", ha destacado desde las instalaciones próximas al lago de la Casa de Campo.
Otra de las actividades a la que se podrán sumar los madrileños es la ruta de Árboles notables del vivero de Casa de Campo, donde podrán conocer los árboles más curiosos, antiguos o especiales de esta zona verde de Madrid, todo a través de un itinerario circular de corto recorrido por la zona más noble del parque.
También en Casa de Campo, se ha programado la ruta circular El reservado, que consiste en un paseo para conocer algunos de los espacios más emblemáticos del Parque: Casa de Vargas, Reservado Chico y Reservado Grande. Estos tres puntos fueron el origen de la actual Casa de Campo y donde se explican los cambios de uso que han sufrido a lo largo de los años. Esta actividad incluye visita a los restos de la Galería de las Grutas del Jardín Renacentista de Felipe II.
Además, los visitantes podrán participar en una de las actividades de mayor interés para familias: Pastores por un día, que consiste en acompañar al rebaño de ovejas permanente de Casa de Campo, lo que les permitirá conocer de mano de los ganaderos todo lo relacionado con el mundo del pastoreo.
Todas estas actividades también se realizan a lo largo del año y en ellas han participado más de 90.000 personas. En total, son 4.006 actividades municipales ofertadas en materia de educación ambiental diseñadas por el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad y los distritos. De las más de 4.000 actividades, cabe destacar que en el Centro de Información y Educación Ambiental de la Casa de Campo realiza 316 rutas organizadas que suman 14.936 participantes.
Viveros municipales con 200 años de historia
Los viveros municipales de Madrid cuentan con 200 años de historia y en ellos conviven estructuras históricas con nuevas tecnologías de producción. Así sucede en el vivero de Casa de Campo, donde los invernaderos más modernos se combinan con los más clásicos, al aire libre y con estructuras metálicas que protegen a las plantas de ser atacadas por pájaros u otro tipo de animales.
Junto a este vivero, existen otros dos en la ciudad: el de Migas Calientes (Moncloa - Aravaca) y el de Estufas del Retiro, donde se generan arbustos, coníferas, frondosas, plantas de huerto y de interior. En 2023 se produjeron en estos tres viveros un total de 383.106 árboles, arbustos y plantas: 44.084 arbustos, 7.993 frondosas, 584 coníferas, 158.303 plantas de huerto, 2.737 crasas, 3.269 de interior, 84.059 de temporada y 82.077 vivaces.
La importancia de estos espacios de cultivo es "mayúscula", pues "de aquí se nutren todas las actuaciones de jardinería que se hacen en la ciudad", señala el jefe de departamento de educación ambiental del Ayuntamiento de Madrid, Luis Molina. "La principal misión de estos viveros es controlar que las plantas resisten el clima de Madrid, que es el principal problema en esta ciudad, ya que tiene sequía extrema en verano y fuertes heladas en invierno", apunta Molina.
La presencia de zonas verdes en una ciudad tan poblada como Madrid no es tanto por la descontaminación del aire, sin por "el sombreado, la humedad y la necesidad de ver verde que de los seres humanos, esa es su mayor virtud". El experto medioambiental explica que "está demostrado científicamente que el ser humano necesita zonas verdes donde desarrollarse, tanto de niño como de adulto. El color verde nos estimula y nos hace más felices".
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