La viuda del agente asesinado en Valladolid exige al acusado que no le pida perdón: "A quien debería pedírselo está muerto"

Pablo Antonio S.H, asesino del jefe de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, durante el juicio.
Pablo Antonio S.H, durante la primera sesión del juicio.
Agencia EFE | EFE
Pablo Antonio S.H, asesino del jefe de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, durante el juicio.

La tercera sesión del juicio por el asesinato del jefe de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil en julio del 2022 en Santovenia de Pisuerga se ha celebrado este martes. Durante esta, la viuda de Pedro Alfonso Casado, Sagrario A.V., ha asegurado al autor confeso del crimen que no necesita que le pida perdón porque "a quien debería pedírselo está muerto"

La Audiencia de Valladolid está juzgando desde el viernes a Pablo Antonio S.H., para el que la Fiscalía reclama penas que suman 58 años de prisión por asesinar con un fusil a un vecino de 45 años y a Pedro Alfonso Casado, de 50. Según el relato de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en la madrugada del 1 de julio de 2022 en Santovenia de Pisuerga (Valladolid), donde, tras una discusión con su vecino Dionisio, el acusado lo mató de un disparo de escopeta y se atrincheró en una vivienda con el novio de su hijastra como rehén.

Ante esa situación, la UEI tuvo que desplazarse desde Madrid. Una vez allí y al notar la presencia de los agentes al otro lado de la puerta, el acusado disparó a través de esta e hirió al teniente coronel que dirigía la operación y que murió dos días después. Así, la viuda del teniente coronel ha expuesto que aquella madrugada su esposo, que llevaba 25 años en la Guardia Civil, recibió una llamada de trabajo sobre las 4.30 horas y dijo que se tenía que ir porque había una persona atrincherada que había matado a un vecino y tenía un rehén.

"Me han quitado la capacidad"

La hija mayor de teniente coronel también ha comparecido en el juicio, en este caso por videoconferencia, y ha contado que está con ayuda psicológica, apenas concilia el sueño y tiene ataques de ansiedad casi todos los días. "Me han quitado a la persona más importante para mí en mi vida", ha resumido la joven. "Mi hermana es incapaz de expresar ningún tipo de sentimiento y yo tampoco soy capaz de llorar por nada que no sea mi padre; me han quitado la capacidad", ha narrado ante las seis mujeres y los tres hombres del jurado que deliberarán sobre la culpabilidad del procesado.

En la misma sesión ha declarado como testigo un guardia civil, comandante de Puesto, que ha explicado que el hombre amenazó a los agentes mientras mantenía un rehén en casa. "Como entréis [en la vivienda] me los llevo por delante y alguno más también caerá", dijo aquella noche el procesado según ha recodado el agente este martes ante el jurado.

Según ha relatado el mismo policía, durante aquella madrugada el acusado dio a entender que tenía dos rehenes. Así, al personarse en el lugar, el comandante de Puesto se ocupó de coordinar a las patrullas y se situó ante la puerta de la casa en la que se encontraba atrincherado el acusado con el rehén. El testigo ha agregado que intentó entablar una conversación con el procesado, "a ver si entraba en razón" y se entregaba, hasta que llegó el negociador. Tal y como ha detallado, el hombre gritaba "que le diese cinco minutos en lo que mataba a los dos que había dentro",  mostrándose todo el tiempo "hostil" ante la presencia de los agentes allí. 

Otro guardia civil que también ha comparecido este martes como testigo ha manifestado que el rehén "pedía auxilio" desde el interior de la casa, lloraba y en un momento dado manifestó que le habían cortado un dedo. Según este testigo, el acusado dijo a los agentes que si apretaba un botón volaba la vivienda y les pidió que fueran a comprar heroína, para lo que les pasó dos billetes de cinco euros por debajo de la puerta. "Insistía en que le llevásemos droga y en que nos fuéramos de allí", ha resumido.

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