Juicio por el vídeo sexual de las fiestas de San Timoteo: varios acusados aseguran que lo reenviaron "para ayudar" a la víctima

Los acusados de difundir el vídeo, sentados en el banquillo
Los acusados de difundir el vídeo, sentados en el banquillo
EP
Los acusados de difundir el vídeo, sentados en el banquillo

El juicio por la grabación de un vídeo sexual a una pareja sin su consentimiento en las fiestas de San Timoteo de Luarca, ha arrancado este martes ante la jueza del Penal número 2 de Avilés. Catorce años después de los hechos, un total de 30 acusados se han sentado en el banquillo asturiano por un delito contra la intimidad al haber difundido el vídeo en agosto de 2010, por el que la Fiscalía les pide dos años y seis meses de pena de cárcel.

De los acusados, 21 han reconocido su participación en la difusión del vídeo, pero otros cinco no admitido su implicación en los hechos y aseguran que lo hicieron "para ayudar a la víctima". Entre ellos se encuentra un matrimonio, que han explicado que en 2015 el hombre recibió el video a través de un grupo de WhatsApp y al reconocer a la chica que salía en el mismo se lo envió a su mujer.

"El video le llegó a mi marido por un grupo y se dio cuenta de que la que salía era una amiga íntima de una compañera de trabajo mío, y por eso yo se lo pasé a esta compañera, con la intención de que avisase a la chica", ha manifestado la acusada, quien ha incidido en que "su intención era buena". "Solo buscaba ayudar a la víctima", ha explicado.

Lo difundieron por grupos de Whatsapp

Otro de los acusados ha indicado ante la jueza que recibió el video a través de un grupo de Whatsapp, pero con un enlace a una web pública en el que se encontraba el video en cuestión. En este sentido, ha asegurado que no conocía al chico que salía en el vídeo, pero sí a la mujer, por lo que envió el enlace a un amigo que "también la conocía", pero "sin intención de mofa".

También fue a través de un grupo de una 'peña' como recibió otro de los procesados el video, que aseguró no compartió con nadie. "Tan solo envié a una amiga unos fotomontajes que recibí porque ella me lo pidió, ya que era amiga de la chica que salía en el video y quería ayudarla", afirma el acusado.

Cuando les llamó la Policía "les parecía una broma"

Otros cuatro acusados han negado de manera tajante haber visto el video y haberlo enviado. Dos de ellos son hermanas, y aseguraron incluso que cuando les llamó la Policía "les parecía una broma", pues aparentemente el agente "ni siquiera se identificó", según aseguran.

Otra de las procesadas ha explicado que recibió la llamada de un Guardia Civil preguntándole por el video y le respondió que el mismo le sonaba de verlo en algún grupo de mensajería de la Universidad, pero "ni conocía a las personas del video y ni le prestó atención ni lo difundió".

La abogada de la acusación, "satisfecha"

Tras esta primera sesión del juicio, que continuará este jueves, la abogada de la acusación particular que representa a la chica, Anabel Prieto, ha mostrado su satisfacción al lograr que más de la mitad de los acusados hayan reconocido los hechos.

"Estoy muy satisfecha con que se reconozca, y que después de tantos años se tenga en cuenta lo que sufrió tanto ella como su familia, porque fue un acoso y un derribo", ha indicado la letrada, que ha reiterado que la víctima estuvo muy afectada por todo lo ocurrido y que incluso influyó en su vida diaria.

Habrá que esperar a la finalización del juicio para conocer el acuerdo concreto al que han llegado los 21 acusados que han reconocido los hechos y ya han consignado 2.000 euros como responsabilidad civil.

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