El caso Gómez agita el final de la campaña del 9J: el PSOE se ofrece para frenar el "fango" y el PP mueve el voto contra el "populismo"

Sánchez y Feijóo, en el Congreso
Sánchez y Feijóo, en el Congreso
EFE
Sánchez y Feijóo, en el Congreso

La radicalidad y el enfrentamiento se han instalado en el cierre de campaña de las elecciones europeas. El caso de Begoña Gómez ha estallado al borde de la apertura de urnas: "fango" o "populismo"; "extrema derecha" o "independentismo". Estas son las dos opciones que dibujan las principales fuerzas —PSOE y PP— de cara al próximo domingo. Una campaña que debía versar sobre el papel de España en Europa y los desafíos de la Unión Europea en la próxima legislatura y que, en cambio, ha acabado por centrarse en la investigación judicial abierta contra la mujer del presidente. No obstante, unos y otros han aprovechado el caso para agitar a su electorado en la recta final de campaña. Mientras que el PSOE se ofrece para parar el "fango" al que creen que recurre Alberto Núñez Feijóo y recurre a la propia mujer del presidente como activo electoral -Gómez incluso fue al mitin de este miércoles con su marido-, el PP mueve el voto contra el "populismo" que, en su opinión, ejerce Pedro Sánchez abusando del género epistolar.

Antes incluso de la pegada de carteles, los populares venían haciendo oposición al PSOE en torno a las informaciones que apuntaban a que la esposa del presidente habría podido incurrir en delitos de corrupción y de tráfico de influencias. El líder del PP redobló su ofensiva a dos semanas de la cita con las urnas: "¿Le consta que su mujer está investigada en un juzgado de Madrid?", le instó al presidente, que para entonces ya había mandando su primera carta a los ciudadanos en la que defendía la honestidad de su mujer sin dar explicaciones ante los medios y apenas respuestas en sede parlamentaria. Ante ello, los socialistas sacaron su mejor carta, la misma que le sirvió para reeditar el Gobierno tras las últimas elecciones generales: el miedo a la extrema derecha. Además, esta ocasión, los socialistas añadieron un nuevo argumento: "La máquina del fango". 

Pero no fue hasta este martes, a cinco días de las elecciones, cuando el caso de Gómez se introdujo de lleno en la campaña. La citación del juez para que declare como imputada el próximo 5 de julio enfrentó aún más a las dos grandes fuerzas, que han hecho de este caso su gran baza para movilizar al electorado. Por un lado, los socialistas han utilizado la imputación de Gómez en plena campaña como revulsivo electoral de cara al próximo domingo. El presidente del Gobierno abrió la veda en su segunda carta dirigida a la ciudadanía. Cuestionó que el juez Peinado se saltase la "norma no escrita" de no publicar resoluciones judiciales que puedan influir en la campaña electoral y animó a salir a votar el domingo para "rechazar y condenar" las "malas artes" del PP y Vox.

Fuentes de Moncloa creen que el proceso judicial contra Begoña Gómez es tan "burdo" que incluso podría activar a su electorado, por lo que los ministros socialistas salieron en tromba al día siguiente de la imputación y de la carta de Sánchez para pedir el voto para el PSOE en las europeas como respuesta al proceso judicial y al "fango" de la "derecha y la ultraderecha".

De hecho, Begoña Gómez es hasta tal punto vista como activo electoral para los socialistas, que Pedro Sánchez apareció con ella el miércoles, un día después de conocer su imputación, en el mitin de Benalmádena (Málaga). Sonrientes y de la mano, los dos sorprendieron a los alrededor de 2.000 asistentes, que la vitorearon y corearon su nombre.

"Hago un llamamiento a los ciudadanos para que el 9 de julio acudan a votar, ejerzan su derecho y, por tanto, les demos la respuesta que estas personas necesitan ante la falta de respeto que está experimentando la democracia", lanzó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero. El ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, también llamó a la movilización de los progresistas este domingo para poner a la derecha "en su sitio". El responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska, animó a los ciudadanos a "evaluar" si había una operación judicial detrás de la imputación de Gómez en campaña.

Aunque evitaron a toda costa hablar de "prevaricación" o de lawfare por parte del juez, dejaron constancia de la "extrañeza" que les causa su actuación. Al igual que Sánchez, también criticaron que no se haya respetado esa "norma no escrita" de no publicar resoluciones en campaña. Además, Moncloa argumenta el cuestionamiento al juez exponiendo las dos alternativas por las que podría haber optado y que ven más lógicas: imputar a Gómez en el mismo momento en el que se abrieron diligencias, o bien esperar a escuchar a los testigos para llamarla a declarar. 

Lo que no se explican es que esa "filtración" se haya producido a un mes de que Gómez declare ante el juez, que la ha citado el 5 de julio. Ven todo esto tan "obvio" que llaman a sus votantes a movilizarse el domingo para frenar lo que creen que forma parte de la "máquina del lodo" de la "derecha y la ultraderecha", que a su vez es el leitmotiv de la campaña socialista de Teresa Ribera.

Precisamente ese cuestionamiento de la investigación y la actitud que ha tomado el presidente del Gobierno ante el caso de su mujer es lo que ha llevado al PP a tildar de "populismo" al PSOE y de pedir el voto en las urnas. "Ejerce de presidente creyéndose impune, atacando a todo el mundo, pero no nos vamos a callar", censuró este miércoles Feijóo durante uno de los últimos mítines de campaña. Por eso, el PP también pide el voto a los ciudadanos: "Vamos a hablar alto y claro respondiendo en las urnas y respondiendo a la carta lacrimógena 'dosis 2' que ha mandado Sánchez a los españoles".

Según Feijóo, existe un ambiente de "cabreo e indignación" después de este "año de epístolas" en el que Sánchez trata a "todos" por "tontos" y culpa de lo que pasa en España a los "medios, jueces y oposición": "Esto es el populismo en vena impropio de un país como España". Y es que, para la oposición, el PSOE trata "tapar lo que hace con estrategias peliculeras, con conflictos internacionales, si hace falta, y directamente con insultos", hablando de la "extremaderecha, del fango y de Franco".

Con estos mensajes, el PP busca captar al electorado desencantado del PSOE porque solo así, calculan, que puedan ampliarse y llegar incluso a la absoluta. El PSOE, por su parte, trata de movilizar a la izquierda más abstencionista, la que planeaba quedarse en casa el próximo domingo y que ahora que se vea animado a votar tras ver en el caso Gómez una persecución de la Justicia y una amenaza de la ultraderecha.

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