El Gobierno encara con optimismo el final de la campaña pese al avance de la investigación de Begoña Gómez

El caso de la mujer de Pedro Sánchez, que está marcando la recta final de la campaña del 9-J, no aleja del "optimismo" al presidente del Gobierno. Todos los partidos, sobre todo el PP y el PSOE, han hecho de la imputación de Begoña Gómez su principal caballo de batalla en una campaña que apenas ha dejado espacio para el debate europeo. Mientras el PP acusa al Gobierno de "corrupción" y a Sánchez de creerse "impune", los socialistas creen que la decisión del juez Juan Carlos Peinado de imputar a Gómez en campaña se le puede volver en contra a Alberto Núñez Feijóo y apuntalar el empate técnico que creen que puede producirse este domingo.

Un día después de la citación de Begoña Gómez y lejos de esquivar el asunto, varios ministros y ministras socialistas salieron en tromba a cuestionar la decisión del juez, que tildaron de "burda". El siguiente golpe de efecto lo dio Sánchez, apareciendo por sorpresa con su mujer en un mitin en Benalmádena (Málaga) en el que todos los intervinientes remarcaron su presencia y le brindaron públicamente su apoyo. 

Pero el caso de Begoña Gómez siguió avanzando este jueves. La Fiscalía Europea dio orden a la Guardia Civil de requisar información de los contratos que afectan a Gómez en la sede de Red.es. También llegó la respuesta del juez que la citó como investigada, defendiendo que no hay ninguna ley que le impida citar a Gómez en campaña. 

Los socialistas afrontaron estas nuevas informaciones, una vez más, a golpe de mitin. Begoña Gómez no estuvo físicamente presente en el de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), aunque su imagen acompañada de Sánchez se exhibió en la pantalla gigante en el pabellón donde celebraba el acto. También fueron para ella las primeras palabras del acto, que las dio la alcaldesa Nuria Marín. "No estáis solos, los vamos a parar. Pedro, muchos besos para ti y para Begoña", dijo la regidora con la imagen de ambos de fondo. 

Sánchez también tuvo palabras en este sentido, criticando que Feijóo le considere "lacrimógeno". "A mí no me duelen prendas decir que quiero a mi mujer y que voy a defender su honorabilidad frente a los ataques infames de aquellos que solo hacen oposición destructiva frente al adversario político", pronunció.

En este sentido y en conversación informal con los periodistas, el presidente del Gobierno señaló este jueves que es "optimista" de cara a los resultados del domingo, lo que también expuso en su intervención en el mitin de Hospitalet. "Estamos preparados para ganar. Feijóo ha pasado en unas semanas de alardear de que iban a arrasar en las elecciones a cambiar el grito del PP por: Este partido lo vamos a empatar", pronunció el presidente, acompañado de Salvador Illa, el candidato catalán que ganó las últimas elecciones, que también mandó un "caluroso abrazo" a Begoña Gómez, y de Josep Borrell, responsable de Exteriores de la Unión Europea y exministro socialista.

Desde Ferraz también creen que el PSOE llega "fuerte" a la recta final de la campaña. "Nos hemos repuesto de las expectativas que vendía el PP hace meses, cuando decían que nos sacaban 10 puntos", apuntan fuentes de la Ejecutiva. Creen que el plebiscito no va a ser contra el partido que gobierna, como es habitual en las contiendas, sino contra Feijóo. "Le moverán la silla si no gana, incluso si gana por poco", valoran. 

Así mismo, sacan pecho de las medidas de "apuesta por la paz" que ha tomado el Gobierno. En este sentido, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, anunció ayer que España entrará en el procedimiento contra Israel del Tribunal Internacional de Justicia por presunto genocidio en Gaza, lo que refrendó Sánchez añadiendo que el Estado siempre estaría "en el lado bueno de la historia".