Hace unos meses, el PP hablaba de arrasar en las europeas. Miraban a ese horizonte como su momento dulce del año. Pero conforme ha ido llegando el momento, los populares han desinflado las expectativas, hasta el punto de difundir vídeos por las redes advirtiendo de un posible empate técnico con el PSOE si la derecha no se une en torno al PP. Alberto Núñez Feijóo es consciente de que adversario va a por todas, que sumará lo suyo con todos los votos a su izquierda, incluidos el de los independentistas, para tratar de asemejarse al apoyo que reciban los populares. Con todo, el líder del PP busca concienciar a los españoles de la importancia de votar en estas elecciones europeas para evitar el efecto 23J. Es decir, evitar que el PP vuelva a quedarse —como en las generales— a pocos escaños de la absoluta y la suma de la izquierda le sirva a Pedro Sánchez para venderlo como una victoria personal y un aval a sus políticas, sobre todo, a la ley de amnistía.

Visto el precedente de hace casi un año, la dirección nacional ha endurecido su campaña elevando el discurso contra Vox —ya que fue lo que movilizó a la izquierda en las generales— y tratando de desenmascarar al PSOE poniendo énfasis en el caso de Begoña Gómez, ya que creen que pese a que el PSOE haya tratado de hacer de la necesidad virtud con este caso, acudiendo a polémicas internacionales o atacando ala oposición, al final los titulares de cada día han versado sobre la imputación a la mujer del presidente. "El PSOE, que suele presumir de dominar las campañas, no ha tenido el control de esta en ningún momento. Siempre a rebufo, querían hablar de Netanyahu y Milei, pero han acabado hablando de Begoña Gómez y haciendo oposición a los jueces españoles", mantienen en Génova.

Todo comenzó a los tres días de inicio de campaña, cuando Feijóo convocó por quinta vez a los españoles para manifestarse en contra de la amnistía y los ataques de Sánchez a la prensa y a los jueces. "Le pido [a Sánchez] que retire la ley de amnistía y, ya que esta legislatura está perdida y el Gobierno tiene el país parado, que ponga punto y final, que disuelva las Cortes y convoque elecciones".

Los socialistas tildaron de fiasco la concentración de miles de personas y acusaron al PP de "mimetizarse con la ultraderecha", mientras que Vox cuestionó el motivo real del acto, ya que después el PP y el PSOE llegan a algunos acuerdos. Así fue como Feijóo avisó al día siguiente de que el PSOE busca el empate el 9J dividiendo a la derecha y pidió cambiar la papeleta de Vox por la del PP más aún después de su "menosprecio" a los asistentes a la Puerta de Alcalá. Sobre todo esto ha ido versando la campaña de las europeas, que lejos de girar en torno a las propuestas para la UE se ha convertido en unas supuestas generales, tal y como admiten desde Génova.

"Para nosotros la clave es analizar el escrutinio, extrapolar el resultado a unas generales, y ver si los cuatro escaños que faltaron en julio para lograr una investidura de Alberto Núñez Feijóo siguen faltando o si por el contrario ahora podríamos lograrlos gracias a la subida del centro derecha y la derecha y a la bajada de los partidos de izquierda y de los nacionalistas. Son elecciones nacionales, es buen momento para hacer ese ejercicio", sostienen fuentes del PP.

Por todo lo anterior, los populares insisten en que nadie se quede en casa el domingo porque, recuerdan, "que si la gente no participa pasa lo de julio". También insisten en que si el PP gana el domingo la "legislatura se puede acortar" y inciden "en la vergüenza que supone que haya un presidente que exhibe la supuesta corrupción de su mujer, no como algo vergonzante, sino como un supuesto motivo de orgullo que movilice a su electorado". 

Y para eso, agitan el voto emocional: piden a los españoles que voten lo que más daño le puede hacer a Sánchez: elegir la papeleta del PP. En otras palabras: mantienen la bandera del antisanchismo, del que se burló el propio Sánchez en las generales alegando que fue un fiasco. En todo caso, los populares aseguran que sus sensaciones "son buenas", aunque no quieran oír hablar de encuestas tras el fiasco del desinflamiento de expectativas del 23J: "Eso para nosotros es mencionar la soga en casa del ahorcado".