El calor acaba con la temporada de coste cero de la electricidad y trae la segunda estación de precios cercanos a los 100 euros

Cuatro claves para combatir el calor y ahorrar en la factura de la luz
Con el calor llega una mayor demanda de electricidad que la encarece.
Cuatro claves para combatir el calor y ahorrar en la factura de la luz

Las altas temperaturas que se han registrado en los últimos días auguran la llegada del verano y, con él, de la segunda estación del año de precios altos de la electricidad. El calor, el aumento de la demanda eléctrica para hacer funcionar los aires acondicionados y la lejanía todavía del periodo habitual de vacaciones han dejado en el olvido momentáneamente el precio de la electricidad de uno, dos e incluso cero euros de los últimos meses para establecerse en esta última semana en torno a los 90, en un fenómeno cuasi meteorológico que previsiblemente no remitirá hasta agosto para volver a remontar hasta septiembre u octubre.

Aunque la previsión del tiempo vuelve a dar lluvias y temperaturas moderadas para el inicio de la semana, España ha entrado ya en una nueva temporada de altos precios de la luz, que notan particularmente los hogares con tarifa regulada -PVPC- y los grandes consumidores e industrias que compran la electricidad en el mercado diario.

En el último mes, hemos pasado de días con el precio de la luz a 20, 21 ó 23 euros en jornadas con hasta 10 horas de precios a cero euros a la última semana, en la que el precio escaló hasta los 87 euros el martes pasado o a los 93 este jueves y viernes. El salto se explica porque la de este año ha sido una primavera lluviosa, que añadió energía hidroeléctrica a la fotovoltaica y la eólica a la generación de electricidad a precios muy bajos y sin temperaturas demasiado elevadas hasta ahora. Con las primeras subidas del termómetro por encima de los 30 y 35 grados, llega la necesidad de gas y el precio rebota desde unos niveles inusualmente bajos.

"Antes, el valor medio [de la electricidad] era de 20 euros arriba o abajo, un año barato eran 30 y otro caro, 70. Ahora hay bastantes días de cero y de entorno a los 100", resume Alejandro Labanda, director de Transición Ecológica de la consultora beBartlet, sobre la montaña rusa estacional en que la entrada masiva de eólica y fotovoltaica ha convertido la fijación de precios de la luz. En lugar de cuatro estaciones como las meteorológicas, en el caso del precio de la electricidad hay dos claramente diferenciadas que se repiten, en ambos casos, dos veces al año.

Todo tiene que ver con la necesidad de consumir más electricidad, que provoca la necesidad de recurrir a la tecnología más cara para producirla, el gas natural, aunque en estos momentos está en en entorno de los 34 euros /Mwh, nada comparado con los 200 o casi 300 a los que llegó a escalar en el verano de 2022, en plena crisis energética. 

Por una parte, están los meses más "amables", de temperaturas moderadas que no hacen necesario encender la calefacción o la electricidad y que, gracias a la cada vez mayor producción de electricidad con energía eólica o fotovoltaica, su generación se suple con estas tecnologías más baratas, sin necesidad de recurrir al gas. 

Es lo que ha venido sucediendo desde que terminó el frío del invierno y llegó marzo, con las grandes lluvias de Semana Santa incluidas y los récords del precio de la electricidad, por bajos, con días y horas a cero euros, incluso por debajo, aunque los valores negativos no se trasladen a la factura. El abaratamiento de la electricidad en el mercado diario sí debería tener un reflejo también en las facturas de los consumidores con contratos en el mercado libre, con ofertas y renegociación de condiciones que algunas comercializadoras aseguran que han empezado a hacer.

Ahora, entramos en una temporada que, salvo eventos algo más frescos y húmeros con los de estos últimos días, será todo lo contrario, de más necesidad de electricidad para alimentar el aire acondicionado. Como suele ser habitual, previsiblemente durará hasta el mes de julio, con un esperable receso en agosto, el mes en el que más para la actividad por las vacaciones y, de nuevo, da un respiro a la demanda de electricidad. Si ocurre como en los últimos años, en los que el calor tarda más tiempo en irse, es previsible que el precio de la electricidad vuelva a subir en septiembre antes de entrar por segunda vez en temporada moderada, de precios bajos, hasta que llegue el invierno y, con él, la necesidad de encender la calefacción.

Avance renovable, temor por la inversión

Esta es la cadencia que se repite en los últimos años, que se ha acentuado a medida que ha ido avanzando el despliegue de renovables y que no solo tiene efecto sobre la factura de los consumidores -de forma segura, de quienes tienen tarifa PVPC- y también, particularmente en los últimos meses, sobre los promotores y productores de energía eólica y fotovoltaica, que han empezando a temer que precios demasiado bajos les impidan recuperar sus inversiones.

Aunque ahora entremos en un temporada de electricidad cara que compensa los periodos en los que está 'demasiado' barata, en el sector perdura la inquietud por los efectos a medio plazo, en el que se ve mucha producción de electricidad sin que la anhelada electrificación de la economía avance según lo esperado y grandes proyectos consumidores de la misma, como la producción de hidrógeno verde, parezcan próximo.  "Va a haber muchos meses en que tengan dificultades para capturar precios por encima de 30 y 40 euros, pero mientras no baje mucho de ahí, todavía hay capacidad de recuperar [la inversión]", dice Labanda.

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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