Miriam Martínez, atleta paralímpica: "No sufro por ir en silla de ruedas, sufro por quedarme apartada de la sociedad"

Miriam Martínez
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SERVIMEDIA
Miriam Martínez

La atleta paralímpica Miriam Martínez, que vive ahora una encrucijada ante la posibilidad de no volver a competir por sus problemas físicos, afronta nuevos retos como el de crear una asociación para ayudar a las personas que tienen algún tipo de limitación. La razón que la motiva a seguir luchando es muy clara: "No sufro por ir en una silla de ruedas, sufro por quedarme apartada de la sociedad".

Así lo afirmó Martínez en un diálogo en Servimedia sobre accesibilidad con la manager de Impacto Social de Iberia, Ainhoa Serrano, bajo el título 'Transporte aéreo y Accesibilidad: Viajar y disfrutar del viaje'. Y es que otro de los nuevos retos de Martínez es asesorar a la aerolínea en el desarrollo de un plan de acción sobre accesibilidad porque, según su punto de vista, "no es sólo llegar al avión y sentarse, es hacer una vida mejor para las personas".

Estos nuevos proyectos suponen otra reinvención de esta mujer nacida en Ibi (Alicante) en 1990 y que cuando tenía 22 años estaba en el Ejército. Por entonces, sus planes pasaban por convertirse en piloto. "Ahora me encuentro a compañeros del Ejército que están en Iberia", explicó Martínez, quien valoró que estos antiguos camaradas le muestren su respeto y admiración por sus logros tras tener que abandonar la carrera militar por una miocarditis.

Pero Martínez nunca tira la toalla incluso cuando su enfermedad puso en riesgo su participación en los Juegos Paralímpicos de Tokio, donde era la principal favorita para hacerse con el oro en lanzamiento de peso. "Se me apagó todo otra vez", recuerda.

Sin embargo, seis días después en el vestuario, ayudada por Quim y Héctor, sus compañeros de entrenamiento, fue capaz de volver a lanzar, en ese caso una toalla, que simbolizó un nuevo renacimiento en su vida. Después en la pista también lanzó el peso a más de nueve metros, logrando la medalla de plata.

Desde los Juegos ya no ha podido volver a andar, lo que le obligó a cambiar su disciplina deportiva por el lanzamiento de jabalina, utilizando una silla fabricada por su padre.

Otro momento simbólico que marcó la vida de Miriam fue cuando tras un nuevo brote, que le obligó a dejar su carrera como ingeniera en una constructora en Bilbao, despertó del coma viendo las luces rojas y blancas del estadio de San Mamés. Entonces se fijó el reto de volver a correr y en tres años fue campeona del mundo de atletismo. "Casi lo conseguí, antes que andar o tragar", apunta.

Y este es el mensaje de superación y adaptación que quiere transmitir a las personas que, de repente, deben afrontar "un giro inesperado en su vida" que les obliga a renunciar a actividades importantes en sus vidas a través de su asociación, que se llamará 'Mi vida contigo'.

"Siempre he pensado en servir a los demás", asegura Martínez, quien explica que cuando estuvo en el Ejército también se planteó formar parte de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para participar en rescates, aprovechando que también había practicado espeleología. "Me metía en todos los rincones y me llamaban la pulgui", recuerda, antes de sentenciar que "no es justo quedarse fuera de los planes por tener una limitación o una discapacidad".

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