El fenómeno de Taylor Swift es apabullante. La cantante estadounidense está arrasando allá por donde va con su gira mundial Eras Tour y va dejando un reguero de anécdotas que dejan claro lo enorme de su figura.
Una de ellas la ha protagonizado una swiftie australiana, que acudió a uno de los conciertos de la cantante de Pennsylvania en Melbourne cuando estaba embarazada de nueve meses... y se puso de parto.
Tal y como recoge el Daily Mail, Jenn Gutiérrez, de 31 años, tenía 38 semanas de embarazo cuando voló 665 km desde Canberra a Melbourne para ver actuar a su artista favorita.
A pesar de estar embarazada de nueve meses, Jenn recibió autorización para volar seis días antes del espectáculo.
Jenn, su esposo Michael Sin, de 31 años, y su hermana gemela Dani, quienes pagaron 360 euros por sus entradas VIP, se propusieron que no se detendrían ante nada para experimentar en directo el concierto de Taylor Swift.
Pero apenas una hora después del concierto y mientras bailaba, Jenn empezó a sufrir dolores de parto. "Pensé 'No voy a ir a ninguna parte. Si este bebé nace, será ahora", dijo la joven.
"Las contracciones empeoraron progresivamente. En el set de Midnights (el último de la noche) pensé "Dios mío, voy a tener este bebé ahora mismo", prosigue la joven en su relato.
"Estaba tan sorprendida. Me quedé un poco desconcertada. Mi hermana gemela estaba a mi lado monitoreándome. Mi marido estaba controlando mi frecuencia cardíaca en mi reloj Apple. Fue una experiencia eufórica", asegura la fan.
Las contracciones continuaron durante el resto del concierto, sin embargo, Jenn de alguna manera logró seguir bailando y cantando a pesar de de ellas.
"De ninguna manera íbamos a perdernos el espectáculo. Espero que las chicas detrás de mí no pensaran que no soy un verdadera swiftie porque estuve sentada", dice, y es que con el paso del tiempo, la situación empeoraba y al final del show, Jenn tenía dificultades para estar de pie y caminar.
"Sentí que el bebé salía porque estaba muy bajo", dijo. "Imagínate estar de pie durante tres horas con una bola de bolos entre las piernas. Salí del estadio contoneándome", dice la joven.
Al acabar el concierto, Jenn tomó un Uber de regreso a su hotel, donde logró aliviar sus contracciones. El grupo pudo volar de regreso a casa a la mañana siguiente y unos días después, Jenn dio a luz a una niña "feliz" y "saludable" que pesó 3,375 kg.
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